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sábado, 13 de septiembre de 2025

ARGENTINA: Voto de castigo

Se veía venir. En efecto, el gobierno populista de Javier Milei sufrió una aplastante derrota en los comicios provinciales celebrados el pasado domingo en la Argentina, ante un renaciente peronismo ávido de venganza. Este resultado es visto por los analistas como consecuencia de los escándalos de corrupción que tanto del propio Milei (el caso de las criptomonedas $LIBRA, donde miles de argentinos perdieron su dinero es uno de ellos) como el de su hermana Karina (que lidera una red de sobornos desde la propia Casa Rosada) aparecen involucrados, por los que tarde o temprano, terminaran en la cárcel. Quien en su campaña electoral atacaba ferozmente a la “casta que hundió a la Argentina” - representada por el PRO y Mauricio Macri - termino al final por convertirse en su socio de gobierno, adoptando sus propios métodos de corrupción. Lo triste de todo ello es que le ha dado alas a un desfalleciente kirchnerismo, que espera repetir estos resultados en las elecciones nacionales a celebrarse en octubre, para que una vez que tomen el control del Congreso, procedan a destituir a Milei. Están con la sangre en el ojo y según sus propios dirigentes, no van a descansar hasta verlo en prisión. Entretanto, los 14 puntos de ventaja obtenidos por el peronismo sobre La Libertad Avanza de Milei (47,28% de los votos contra 33,71%, con el 98,96% escrutado), en el oficialismo ya apuntan contra algunos responsables de la debacle electoral. Ahora saltan por doquier las divisiones internas, las acusaciones cruzadas y se nota mucho más el daño que le han hecho los escándalos de corrupción protagonizados por Karina Milei, hacia donde se ubica el centro de las críticas. Según La Nación, entre ellos también se sitúan el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de Karina Milei en el armado nacional y salpicado por los audios atribuidos al extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad Diego Spagnuolo, que alude a numerosas coimas. “Los cambios son reclamados, en principio, por el ala que responde al asesor presidencial Santiago Caputo, y pegan en la línea de flotación de los primos Menem, ya cuestionados puertas adentro por su estrategia electoral en las provincias, y el manejo del Congreso en el caso de Martín Menem”, indicó el periódico argentino. Al respecto, según el medio La Política Online (LPO), Caputo aprovechó la paliza que se comió el gobierno en las elecciones bonaerenses para volver al lado de Javier Milei y “enterrar” a los Menem y Sebastián Pareja, el principal armador de La Libertad Avanza, “que lo habían marginado de las listas”. “Antes, el presidente y los ministros escucharon los consejos del gurú, que había perdido ascendencia por el avance de Karina en el manejo político del gobierno”, destacó LPO. Con el escenario esta vez a su favor, Caputo fue categórico: dijo que los Menem y Pareja “dilapidaron” el capital político de Milei porque corrieron a los jóvenes, tanto de las listas como de la campaña, para meter candidatos de la tercera edad y originarios del kirchnerismo. Tampoco escapó a los cuestionamientos Karina Milei, la hermana del mandatario y secretaria general de la Presidencia. “La derrota tiene un padre y una madre: Javier y Karina Milei. Tiene tíos, también. Y varios. Sebastián Pareja y los Menem, Martín y Lule. La estrategia fue calamitosa y allí quien saldrá fortalecido es Santiago Caputo, quien podrá levantar el dedo y azuzar: ‘Yo les avisé’. El armado ‘border’ con expulsados del PJ, con los desplazados de los partidos tradicionales, no le hizo ganar territorialidad. Las Fuerzas del Cielo, agrupación que responde al asesor, lo había advertido: no podían confiar en dirigentes que hace unos años se desvivían por (el gobernador de Buenos Aires, el kirchnerista Axel) Kicillof”, escribió el diario Ámbito Financiero. En medio de este escenario, el vicejefe de gabinete del Interior, Lisandro Catalán, se expresó en redes sociales tras la derrota electoral del gobierno y adelantó: “Corregiremos lo necesario de cara a las elecciones nacionales del 26 de octubre”. Sin embargo, advirtió que “el rumbo que eligieron los argentinos en el 2023 seguirá avanzando y no podemos volver atrás”. “Nuestro compromiso con hacer grande a la Argentina nuevamente no se negocia: o la Libertad Avanza o la Argentina retrocede”, completó. El propio Javier Milei anticipó la noche del domingo tras conocer la debacle cuál será el futuro de su gestión. “No se retrocede ni un milímetro, el rumbo no solo que se confirma, sino que lo vamos a acelerar más”, enfatizó. “El peronismo celebra, y levanta el mito del Ave Fénix, resurgiendo de las cenizas con una victoria resonante a apenas dos años del descalabro de la presidencia de Alberto Fernández. Se posiciona como opción de gobierno, y eso lleva a recalcular a todos los actores de la política y la economía doméstica”, escribió a su vez Ámbito Financiero. A juicio del periódico, el gobernador de Buenos Aires, el kirchnerista Axel Kicillof, “es el gran ganador del peronismo, el referente que se proyecta hacia el 2027 y blinda la Legislatura provincial, de paso, para transitar dos años de gestión más calmos, con menos roces de los compañeros del partido. Le da aire fresco al peronismo, que venía pidiendo una renovación”. “Mostró el gobernador que el carácter es decisivo para ponerse al frente de un partido verticalista como el PJ. Sostuvo los embates de La Cámpora y ganó la pulseada”, agregó. En la misma línea, Infobae catalogó a Kicillof como “el gran ganador de la jornada electoral”. “Desafió a la dirigencia política y especialmente a la resistencia interna del kirchnerismo con su idea de desdoblar la elección (realizarla en un día distinto a los comicios nacionales) y los resultados le dieron la razón”, apuntó el periódico, destacando que “la victoria ratifica su liderazgo como gobernador de la provincia más grande del país, lo posiciona como el principal referente de la oposición y, especialmente, lo pone en carrera como candidato a presidente en el 2027”. “El peronismo encontró candidato”, coincidió Ignacio Fidanza, director de La Política Online. “Pueden surgir otros, pero la punta para empezar a ordenar el tránsito del peronismo hacia octubre del 2027 apareció. El impresionante triunfo del domingo validó toda la estrategia de Kicillof desde que resistió las presiones de Cristina y Máximo para que fuera candidato a la Presidencia en el 2023, hasta la decisión arriesgadísima de desdoblar las elecciones bonaerenses, por primera vez en la historia de la provincia. Jugo fuerte y ganó fuerte”, escribió. Y en el entorno del gobernador lo saben: por eso la noche del domingo se escuchó en La Plata el nuevo estribillo “borombombom, borombombom, es para Axel la conducción”, apuntó Ámbito Financiero. En su discurso como gran ganador de la noche, Kicillof “abrazó” a toda la dirigencia y aseguró enfáticamente que la condena a Cristina Kirchner es injusta, todo un gesto en medio de la interna. Luego apuntó directamente contra el gobierno libertario. “Las urnas le dijeron al presidente Milei que va a tener que rectificar el rumbo; las urnas le dijeron al presidente que no se les puede pegar a los jubilados; las urnas, con 13 puntos de diferencia, le explicaron que no se puede abandonar a las personas con discapacidad”, puntualizó. Y continuó: “Las urnas le dijeron que no se puede desfinanciar ni a la educación, ni a la universidad ni a la ciencia ni a la cultura en la Argentina”. Y cerró con un mensaje rumbo al 2027: “Hay otro camino y hoy empezamos a transitarlo”. Si el kirchnerismo ya ha propuesto iniciarle juicio político en el Congreso a Milei por los más diversos motivos, ahora que las urnas le dieron el primer golpe y lo ha puesto contra las cuerdas, redoblará sus esfuerzos. De ello no hay duda alguna. Milei ya no es aquel coloso en ascenso que en el 2023 entusiasmó a las masas para ganar las presidenciales con más de once puntos de ventaja. De ser un outsider vociferante que ofreció, hasta hace pocos días, incrustar el "último clavo a la urna kirchnerista" poniendo (equivocadamente) toda la "carne en el asador" en esta elección, ahora tendrá que cargar con esta derrota política de cara a las elecciones de "medio término" que se llevarán a cabo dentro de escasas siete semanas. Durante este lapso, el presidente y su partido estarán siendo rondados por el fantasma de la experiencia del "macrismo", el movimiento de derecha que ganó la Presidencia con tremendo empuje en el 2015 y que, luego de dos años, recibió como Milei, el primer garrotazo que le exorcizó toda su soberbia. En pocas horas, el presidente argentino ha pasado de estar seguro de su victoria en las legislativas de octubre, al conteo regresivo hacia una posible debacle para su proyecto personalista. Lo peor es que, si bien reconoció su derrota y llamó a la autocrítica, en su discurso tras conocerse los resultados se mostró tremendamente tozudo en la línea de continuar, o incluso acelerar, su "plan de ajuste" económico. No tiene intención de "enmendar el capote" en el breve tiempo que resta. Desde este momento hasta el próximo 26 de octubre, cuando se elijan casi la mitad de diputados de la Cámara Baja y un tercio de la Cámara Alta, Milei tiene que dar señales de su capacidad política de recuperación, generar algún avance en el legislativo y maniobrar en torno a su proyecto económico, que es lo que más peso le hace. Solo que ahora enfrenta a un peronismo con nuevos aires y un liderazgo como el del gobernador Axel Kicillof, que ya no puede ser reducido a una simple extensión del kirchnerismo, sino que ha logrado producir una nueva aura que lo proyecta como un presidenciable “con tacto e independencia”, aunque en realidad sería un retorno al pasado vergonzante, que Milei pudo aprovechar en su momento, pero que ahora ese aura que lo rodeaba se acabó. Tal vez un buen termómetro del malestar político deba buscarse entre los dirigentes de PRO, donde les empiezan a pasar duras facturas políticas a los que llaman “los apresurados” (en aliarse con Milei) y a reivindicar a dirigentes que tomaron distancia a tiempo del mileísmo, como María Eugenia Vidal o Silvia Lospennato. Otros dirigentes de ese partido contraargumentan que la soledad de PRO en las elecciones pasadas lo hubiera dejado en un lugar muy pobre en los resultados del domingo, y que, encima, el Gobierno habría tenido el pretexto de culparlo de la derrota. “Pagamos el precio de acercarnos, es cierto, pero ahora el Gobierno está obligado a mirarse en el espejo si quiere encontrar el culpable”, señala, socarrón, un alto dirigente de PRO. El silencio de Mauricio Macri es también un síntoma de su incomodidad. “Le dio todo su apoyo al presidente cuando el país vacilaba entre caer en manos de Sergio Massa o de Javier Milei, y el Gobierno le contestó con el destrato, la indiferencia o el agravio”, cuentan los que frecuentan al expresidente. Ni siquiera, aseguran, aceptaron un solo consejo de los muchos que les dio el macrismo. La soledad es también una construcción propia. Milei corre el riesgo de perder en octubre por ello todos los votos que PRO le dio en la segunda vuelta de las presidenciales del 2023. Hasta el sábado, la política y los encuestadores aseguraban que el Gobierno perdería las elecciones bonaerenses del último domingo (nunca imaginaron que sería por semejante diferencia) y que ganaría las elecciones nacionales de octubre. Pero luego del descalabro de Buenos Aires, ninguna certeza está vigente. Para peor, al frente lo tiene al odiado peronismo que juro “enterrar” y que, al parecer, tal como sucedió con Macri, terminara “enterrado”. Se vienen siete semanas de terror para el Gobierno. Si vuelve a ser derrotado, se enfrentará a su destitución por el Congreso. La ley de acefalía señala que, ante el alejamiento definitivo del presidente y vicepresidente de la Nación, la Asamblea Legislativa elegirá un presidente provisional para cumplir el mandato en curso entre funcionarios elegidos: gobernadores, senadores o diputados nacionales. Schiaretti es candidato a diputado nacional por Córdoba para los comicios de octubre. Lo primero que debe señalarse es que Milei debe llegar a las elecciones de octubre (también eso se pone ahora en duda) y que debe cumplir con su actual mandato, que concluirá el 10 de diciembre del 2027. La caída apresurada de un presidente conlleva demasiado sufrimiento social, como se vio cuando cayó Fernando de la Rúa. Lo segundo que debe advertirse es que existe una vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, que Milei se encargó de alejar de sus logros y, felizmente para ella, de sus fracasos. Y que la Constitución señala que es el vicepresidente quien debe concluir el mandato en caso de acefalía en la Presidencia, si es que los peronistas se lo permiten, claro. En conclusión, a menos de dos años de haber asumido, Milei sufrió su primera gran derrota. Se derrumbaron las acciones y los bonos argentinos y tanto el dólar como el riesgo país emprendieron vuelo. Se esfumó la autoimagen del “mejor gobierno de la historia”, enfrentando un escenario de muy difícil pronóstico.... por lo visto, esa motosierra ya no corta.
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