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sábado, 31 de octubre de 2020

PERU: La muerte de una Nación

Nubes oscuras se avecinan sobre el país andino, donde el usurpador Martín Vizcarra, determinado a atornillarse en el poder al precio que fuera necesario, amenaza con un nuevo golpe de Estado si el Congreso aprueba el pedido de vacancia en su contra, debido a su comprobada responsabilidad en la realización de múltiples delitos cometidos con grave perjuicio de los intereses del Estado, desde los tiempos en que era gobernador regional de Moquegua. Como sabéis, este vil sujeto conjuntamente con sus secuaces - integrantes de la banda delincuencial denominada Los injertos Moqueguanos - realizaron toda una serie de viles negociados robando millones de dólares a manos llenas, para lo cual necesita tener el control absoluto del Estado de la forma que fuera para seguir haciéndolo con total impunidad ahora desde Palacio de Gobierno, adonde accedió por la ventana en el 2018 ya que nadie lo eligió. Como sabéis, un golpista jamás cambia. Es adicto como cualquier otro vicioso. Una vez que rompe la Constitución seguirá quebrantándola cada vez que necesite, ya sea para consolidar su mando único o para evitar la cárcel. El caso de Vizcarra es uno más en la historia del golpismo. Aquí y en el mundo entero. Se rodeó de parásitos comunistas, mediocres expertos en intrigas, mentiras, inescrupulosidades con quienes organizó una mafia autocrática trajeada de ‘democrática’ para clausurar ilegalmente el Congreso anterior y elegir otro disminuido, al cual esperaba manejar a su gusto, pero vaya que se equivocó, por lo que ahora pretende deshacerse de el. Además del Ejecutivo, ahora controla el Tribunal Constitucional, prohibiendo que el Legislativo designe a nuevos tribunos para reemplazar a seis de los siete que hasta el momento continúan aferrados al TC, y que votan a favor del golpista sin la menor vergüenza, teniendo dicha institución como presidenta nada menos que a la hija de un terrorista. Su abyecto servilismo al régimen ilegitimo es total y ello queda meridianamente demostrado cuando sus integrantes declararon escandalosamente como “constitucional” (?) el golpe de Estado realizado por Vizcarra para cerrar el Congreso, estando vencido - hace dos años - el plazo para el cual fueran designados, por lo que sus resoluciones jurídicamente, carecen de validez alguna. El sátrapa también controla el Ministerio Público tras pactar con cuestionadísimos fiscales como Vela Barba y Pérez Gómez, dos atrabiliarios que sostenida y públicamente desacatan las órdenes de sus superiores, basados en el incondicional apoyo que reciben del dictador. Asimismo, este individuo también maneja el ex Consejo Nacional de la Magistratura, ahora Junta Nacional de Justicia, larvada a partir de un psicosocial de dimensiones siderales al que la prensa prostituida y adicta al golpista para sobrevivir - a través de multimillonarios subsidios librados como “pago de publicidad estatal”- denominó Los Cuellos Blancos del Puerto, obligando a que los jueces y fiscales, lo mismo que los miembros del Jurado Nacional de Elecciones, se sometan a las órdenes del tirano. Finalmente controla al MEF - donde ha colocado a una practicante como “ministra” que ni sabe donde esta parada - lo que le posibilita manejar el Tesoro Público a su antojo. La receta es idéntica. Salvo manejar el MEF, Fujimori hizo lo mismo. Y hoy permanece encarcelado. El prontuario delincuencial que el país ha conocido de Vizcarra - tras hacerse públicos unos reveladores audios donde se le escucha conspirar con su “círculo íntimo” para eliminar las huellas de su vergonzosa relación con un tal “Richard Swing”, un pobre diablo que hizo suculentos negocios con el Estado gracias a su cercanía con Vizcarra - exhibe su entraña viciosa y falsaria. Sumémosle hoy el rosario de crímenes conocidos con posterioridad a que se difundieran dichas denuncias, dando cuenta de múltiples sobornos recibidos por Vizcarra a su paso por la gobernación moqueguana. Estas gravísimas imputaciones las viene investigando la Fiscalía corroboradas por colaboradores eficaces quienes atestiguaron tales hechos de corrupción. Con semejantes antecedentes, ese impresentable sujeto no puede ni debe permanecer ni un minuto más al mando del Estado, ya que pondría en riesgo las elecciones, quebraría la moral pública y el Perú sería una vergüenza colosal ante la aldea mundial. Por estos motivos, el Congreso esta vez no debería exhibirse tan penosamente como hizo semanas atrás. Ahora necesita comportarse a la altura de las circunstancias formalizando este lunes el proceso que desemboque en la fulminante destitución de Vizcarra y su inmediata entrada en prisión para evitar su fuga del país. No hacerlo sería contravenir ineludibles deberes constitucionales y aniquilar la dignidad del Perú. Pero ante la posibilidad de que ello ocurra, porque significaría terminar en una jaula con Fujimori, Vizcarra ordeno declarar a ese pobre hombre que funge de primer ministro, quien al mismo estilo de un matón golpista intento amedrentar al Congreso con sacar a los militares “si se aprueba la vacancia de Vizcarra”. En efecto, durante una entrevista televisiva el pasado domingo, este sujeto cometió un grave delito que no puede ser pasado por agua tibia. Al responder a una pregunta sobre “el pensamiento de las Fuerzas Armadas” (FF.AA.) acerca de la situación que vive hoy el país en medio de las acusaciones por corrupción que pesan sobre el golpista y la posibilidad de que se debata y se vote una nueva moción de vacancia en su contra en el Congreso, dijo: “[Las FF.AA.] no son deliberantes, pero están para hacer respetar la Constitución, las leyes y el Estado de derecho”. No contento con esa definición - imposible de encontrar en el texto constitucional - añadió: “Y no se va a permitir que se rompa el Estado de derecho, con tanta necesidad que hay en la gente; en este momento, faltando cinco meses para las elecciones, realmente es una cosa de locos el estar pensando en cambiar un presidente”. La verdad, sin embargo, es que la Constitución dice en su artículo 165 que la finalidad primordial de las FF.AA. es “garantizar la independencia, la soberanía y la integridad del territorio de la República”. Se cuida también la Carta Magna de subrayar que “no son deliberantes” y que “están subordinadas al poder constitucional”. En ese sentido, lo dicho es particularmente grave. ¿Se imagina alguien a unas FF.AA. que decidan por sí y ante sí en qué momento ‘no se ha respetado’ la Constitución y, en consecuencia, decidan intervenir en la vida política del país? ¿Qué quiso decir con aquello de “no se va a permitir que se rompa el Estado de derecho […] faltando cinco meses para las elecciones”? ¿Que si la moción de vacancia prospera en el Parlamento van a tomar cartas en el asunto? Asimismo ¿De que ‘Estado de derecho’ puede hablar si el Perú vive bajo una dictadura? En las FF.AA. simplemente no está la facultad de definir qué procesos en el país merecen o no una intervención de su parte. No están ellas ni para recibir órdenes de Vizcarra advirtiéndolas de los escenarios que una eventual vacancia podría producir. Para eso existe tenemos un Tribunal Constitucional que debe ser remplazado por el Congreso cuanto antes para volver a ser confiables y no seguir siendo un apéndice del vizcarrismo. Por si no lo ha entendido, las FFAA no tienen ningún derecho de interponerse en las atribuciones del Legislativo de evaluar la pertinencia de poner en vigor un instrumento que la Constitución pone a su disposición. Por cierto, ante la evidencia de la tormenta que sus expresiones han generado, desde la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) circuló un “ayuda memoria” en torno al episodio en el que se trató de argumentar que el primer ministro no dijo lo que dijo o que sus palabras no tuvieron “nada que ver con el Congreso de la República y la moción de vacancia”. La verdad, sin embargo, es que fue precisamente en ese contexto que tales palabras fueron pronunciadas. Si alguien necesita un “ayuda memoria” acerca del hecho de que las FF.AA. no son deliberantes (y sin ‘peros’ que valgan) no es ni la opinión pública ni la prensa… En su afán de persuadir a la opinión publica de que los problemas en los que está enredado Vizcarra por lo declarado sobre él por media docena de aspirantes a colaboradores eficaces, distintos representantes del Ejecutivo han tratado de darle alas a la teoría de que existe una absurda confabulación para “socavar los cimientos de nuestra democracia” - ¿de cual volvemos a repetir? - pero en realidad los únicos que no parecen tener claro cuáles son los límites que esta impone son ellos mismos. ¿Y son estos quienes pretenden garantizar la limpieza de los comicios del próximo año donde Vizcarra literalmente se juega la vida? ¿A quien pretenden engañar? Esas elecciones serán un fraude de principio a fin :(

jueves, 29 de octubre de 2020

JAGUAR E-PACE 2021: Sumamente adictivo

El Jaguar E-Pace, el SUV compacto de la marca británica, está de estreno, y eso es una gran noticia, ya que el E-Pace no es sólo el SUV más vendido de Jaguar, también es el modelo más demandado de toda la gama. Con mucha diferencia, por cierto. Así que no es de extrañar que estén de celebración. El 'cachorro' británico se actualiza para ofrecer más tecnología y, sobre todo, incorpora motores más eficientes y electrificados. La gran novedad, aparte de la tecnología 'mild-hybrid' presente en casi toda la gama mecánica, es la versión híbrida enchufable, que introduce al Jaguar en una dimensión más ecológica y actual. El nuevo tren motriz P300e PHEV combina el motor de gasolina Ingenium de tres cilindros y 1,5 litros de 200 CV, asociado a una caja de cambios automática de ocho velocidades, con otro motor eléctrico de 109 CV (80 kW) situado sobre el eje trasero, lo que garantiza la tracción integral. Entre ambos motores se consigue una potencia total de 309 CV, lo que permite al Jaguar E-Pace híbrido enchufable acelerar de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos. La batería de iones de litio de 15 kWh (ubicada bajo el piso del maletero) permite una autonomía eléctrica de 55 kilómetros, según el ciclo de homologación WLTP, más que suficiente para realizar en modo 'cero emisiones' el recorrido medio diario de cualquier conductor en España (unos 42 kilómetros según varios estudios). Además, según Jaguar, la batería es capaz de recuperar del 0 al 80% de su capacidad en tan sólo 30 minutos en un punto de carga público de corriente continua (CC) de 32 kW o superior. En cuanto a consumo y emisiones, el E-Pace homologa un gasto de 2,0 litros a los 100 kilómetros (siempre que tengamos energía en la batería) y unasemisiones de CO2 de 44 g/km (también con la batería alimentando el motor eléctrico). Pero la versión PHEV del E-Pace no es la única que se electrifica. Además, el SUV compacto ofrece la tecnología 'mild-hybrid' (de hibridación suave o microhíbrida) con dos motorizaciones diésel (de 163 y 204 CV, ambas con motor 2.0 de cuatro cilindros) y también con tres opciones de gasolina (de 200, 249 y 300 CV, también con motor de 2,0 litros de cuatro cilindros). En todas estas versiones, el motor va asociado a una transmisión automática de nueve velocidades y tracción integral permanente. La única versión del nuevo Jaguar E-Pace que no está electrificada es la versión de acceso a la gama con motor diésel turboalimentado de 2,0 litros de cuatro cilindros con 163 CV de potencia. Esta mecánica va asociada a un cambio manual de seis marchas y tracción delantera, que lo hace mas interesante. Y para los conductores más exigentes, también habrá una versión tope de gama, el E-Pace 300 Sport, propulsado por un motor de gasolina de 300 CV y con sistema Adaptive Dynamics de serie para una conducción más deportiva y emocional. Esta versión puede acelerar de 0-100 km/h in 6,9 segundos. En cuanto al resto de novedades más importantes, destacan los faros LED de última generación, el ionizador de aire con filtración PM2.5 para capturar partículas ultrafinas y alérgenos, además del nuevo sistema de infoentretenimiento Pivi Pro a través de una nueva pantalla táctil de cristal curvo HD de 11,4 pulgadas. Y en cuanto a su coste, solo queda imaginárselo ¿no os parece? :)

martes, 27 de octubre de 2020

LAS CATACUMBAS DE LIMA: Para estar mas cerca del cielo

Ubicada bajo la monumental iglesia de San Francisco - en el centro histórico de la ciudad - se encuentra uno de los cementerios más antiguos y reconocidos de la capital del Perú, conocido como las Catacumbas de Lima, el cual consiste en una red de túneles, cuartos subterráneos o criptas que cubren una gran extensión. La fama del lugar se debe a su infraestructura y su valor histórico, ya que esta serie de bóvedas subterráneas sirvieron como antiguo cementerio en los tiempos felices del Virreynato a miembros de asociaciones de fieles católicos. Funcionó como tal hasta 1810 y se calcula que en aquella época debió albergar hasta 25 mil personas. En las criptas destacan dos pozos de casi diez metros de profundidad, llenos de huesos y cráneos humanos. La finalidad de estos pozos era proteger la antigua edificación de movimientos telúricos de gran magnitud. Se cree que también existieron pasadizos secretos que la comunicaban con la Catedral y el Tribunal de la Santa Inquisición. Como sabéis, San Francisco es una de las joyas más representativas de la arquitectura virreinal del Perú. Los ambientes que forman parte de este conjunto son las Iglesias de San Francisco, la Soledad y el Milagro, que con sus claustros, patios y anexos constituyen lo que se conoce como el Convento de San Francisco, el cual, como podéis imaginaros, reúne tesoros artísticos de gran valor artístico, los mismos que han sido conservados y admirados a lo largo de cuatrocientos años. El esplendor de su patio, biblioteca y salas decoradas con azulejos, tallados en madera y oleos en pan de oro, contrasta enormemente con el oscuro y misterioso ambiente que se encuentra debajo de esta portentosa edificación religiosa. En ella reposan los restos de Fray Juan Gómez, español que llegó a Lima en 1587, quien fue enfermero de San Francisco Solano durante su larga enfermedad. También está enterrado Fray Ramón y Tagle y Bracho, uno de los hijos de los Marqueses de Torre Tagle, quien falleció el 2 de agosto de 1780 a la edad de 70 años. Asimismo, Fray Andrés Corso, quien fue unos de los fundadores del Convento de los Descalzos en el Rímac, quien falleció el 10 de junio de 1620.A pesar de que fueron clausuradas para la visita del público en 1821- tras la proclamación de la Independencia del Perú - en 1950 fueron reabiertas y diariamente reciben a cientos de visitantes nacionales e internacionales, los mismos que van en búsqueda de su historia y los misterios que esconden sus profundidades. Sin duda alguna, un punto obligatorio para los turistas interesados en la historia religiosa colonial. Por cierto, ¿qué llevó a las personas a enterrar a sus muertos dentro de las iglesias? Es bueno precisar que la Iglesia de San Francisco no era la única que lo hacía. Todas las iglesias por aquellos años tenían sus pequeños cementerios cercanos, criptas sepulcrales o bóvedas fúnebres. Desde la Iglesia de Santa Ana hasta la Catedral de Lima. Se trataba de una costumbre traída de España, donde la Iglesia acostumbraba tener a sus muertos dentro o cerca de sus basílicas. “Las iglesias eran los lugares de culto. Desde las primeras, que fueron templos romanos entregados a los cristianos, siempre se emplearon como cementerios porque la iglesia es el lugar de la celebración de la eucaristía. El altar representa a Cristo, es como la tumba de Cristo”, explico el sacerdote jesuita Edwin Vásquez. “Es así que los cuerpos de los cristianos se enterraban ahí con el fin de que estén lo más cerca posible al cuerpo de Cristo”, aseveró. Como sabéis, el rey Alfonso el Sabio, monarca de Castilla y León entre 1252 y 1284, explicó en sus famosas 7 Partidas el origen de esta costumbre. Enumera cuatro puntos: el primero indica que así como los cristianos consideran que su creencia debe estar más cerca de Dios, lo mismo debe ocurrir con su sepultura; el segundo señala que, cuando ellos se acercan a las iglesias para ver los restos de sus parientes, se acuerdan de rogar a Dios por ellos; el tercero, porque les rezan a los santos en cuyo nombre son fundadas las iglesias; el cuarto precisa que el mal no va a poder llegar a ellos, a los muertos en las iglesias, que son lugares consagrados. El mismo rey preciso que no cualquier fallecido podía ser ingresado a las criptas de una iglesia. Estos espacios fueron separados para reyes, reinas, obispos, comendadores y otros cargos más; sin embargo, con el pasar de los años, esta norma se fue flexibilizando en España y otras partes del mundo. Diversos historiadores concluyen que tras la conquista de América, casi la mayoría de cristianos podía optar por ser enterrado en una iglesia. Tal fue el caso del conquistador español Francisco Pizarro. Sus restos fueron sepultados en la Catedral de Lima y hasta el día de hoy permanecen allí. Pero todo acabaría en 1808. Aquel año se inauguraría en Lima el primer cementerio civil en América: el Cementerio General, conocido más tarde como Presbítero Matías Maestro. Los cambios se habían comenzado a dar en los primeros años del siglo, cuando en España Carlos IV ordenó la prohibición de enterrar a los fallecidos en las iglesias. El principal problema había sido la falta de salubridad. Cada vez llegaban más informes de que estos recintos eran un caldo de cultivo de diversas enfermedades y epidemias. Además, la acumulación de los cadáveres en espacios reducidos fue un peligro para los fieles. “Para evitar la propagación de epidemias y malos olores se esparcía cal sobre los cuerpos que se depositaban apenas con una mortaja y separados únicamente con tierra”, detalla una publicación del Museo y Convento San Francisco. “Con la llegada de la Ilustración, las ideas respecto a la salud comienzan a cambiar. Empieza una desacralización de la ciudad y la medicina comienza a tomar más fuerza, se invierte más en salud pública y en higiene. Se empiezan a caer muchas teorías clásicas, como la de los miasmas o humores”, indica Estefanía Queirolo, historiadora de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. A su turno, en un artículo titulado “Historia de los cementerios de Lima y Callao”, el historiador Santiago Tacunan explica que tras la culminación del Cementerio General, el cual fue construido en los extramuros (hoy Barrios Altos), el entonces virrey José Fernando de Abascal ordenó el cierre definitivo de los cementerios, bóvedas, en las iglesias. A pesar de la fuerte resistencia que encontró, el virrey se mantuvo firme. Para la inauguración se exhumaron los restos del arzobispo de Lima, Juan Domingo Gonzáles de la Reguera, quien había sido enterrado en 1805 en la Catedral de Lima, y fueron enterrados en el nuevo cementerio. Esta medida “obedeció a que la población se mostraba reticente a enterrar a sus muertos en un espacio alejado de los altares de las iglesias y fuera de la ciudad”, sostiene Tacunan. Aunque los entierros en las iglesias continuaron de forma clandestina hasta mediados del siglo XIX, el camino ya estaba trazado. Los fallecidos eran llevados a los cementerios de la ciudad en una costumbre que perdura hasta hoy. La “hermana muerte”, como la llamaba San Francisco de Asís, por fin tenía un lugar donde descansar :)
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