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sábado, 6 de junio de 2020

MARTÍN VIZCARRA: El nuevo autoritarismo

Como sabéis, en el Perú la reelección presidencial inmediata se encuentra expresamente prohibida, por tres razones. Por el principio de alternancia, que entiende que el poder tiene un efecto corruptor, en tanto obnubila el raciocinio de las personas pervirtiendo su capacidad de autocrítica, impulsándolos a superar sus límites éticos a fin de de conservar su situación privilegiada. En el presidencialismo norteamericano se prohíbe expresamente la segunda reelección, para que nadie supere a George Washington que tuvo dos períodos de cuatro años cada uno, lo cual constituye un freno normativo a las tácticas demagógicas y populistas ampliamente conocidas en Latinoamérica y si nos referimos al Perú, el despreciable genocida Kenyo Fujimori fue un claro ejemplo de ello, quien tras el autogolpe de 1992 se “reeligió” fraudulentamente hasta su vergonzosa fuga del país en el año 2000 y posterior condena tras su captura, a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad. En cambio, el parlamentarismo preponderante en Europa permitió por ejemplo que Margaret Thatcher y Angela Merkel gobernaran más de ocho años seguidos en los que pudieran ser derribados por mayorías parlamentarias que actúan como un control político permanente. Si lograron sumar varios períodos se debió a sus maniobras políticas, impidiendo que la oposición pueda alcanzar los votos necesarios para apartarlos del poder, pero cuando estos grupos lo logran, obligan al jefe de gobierno a dar un paso al costado, como sucedió en España con Mariano Rajoy. La segunda razón consiste en evitar que por el afán reeleccionista de quien ejerza la presidencia, se usen recursos del Estado para obtener ventaja sobre sus adversarios electorales, obligados a buscar apoyo de particulares solo por simpatía programática; así, mientras el dinero que una empresa destina para aportes de campaña es fruto de su actividad económica, siendo su destino alternativo el lucro de los accionistas, el dinero gastado desde el poder en subsidios desproporcionados, bonos populistas y otras formas de comprar votos, son recursos que se niegan a los niños de la educación pública y a los humildes en los hospitales. Pero la razón más grave es el tercera. Quien piensa en su posible reelección, contamina los procesos de decisión gubernamental y dedica sus esfuerzos a seducir a la opinión pública en lugar de aspirar a ingresar, en el largo plazo, en la historia grande de su país; su pretensión le genera inseguridad y su entorno suele ganar influencia hasta condicionar gravemente los pensamientos del gobernante. En el Perú, fue Fujimori quien utilizo esos métodos vedados en la década de los 90 para intentar eternizarse en el poder (que por cierto, no lo consiguió y que hoy se pudre en la cárcel) y ahora vemos como Vizcarra sigue sus pasos, primero disolviendo inconstitucionalmente un Congreso sumamente adverso convirtiéndose en dictador, para posteriormente dilapidar millones de dólares en la compra de un avión Antonov AN-178 al régimen golpista de Ucrania a precios sobrevalorados; contratando “asesorias” entre una sarta de vagos y arribistas de todo pelaje, que no tienen una mínima idea de la realidad peruana; colocando publicidad estatal en medios de comunicación quebrados como los pertenecientes al grupo El Comercio, grupo La Republica y grupo RPP - que acaban de echar a cientos de trabajadores a la calle, cerrando además Publimetro - a cambio de que les sean incondicionales y que les son muy útiles para sus campañas mediáticas y cortinas de humo; financiando ONGs y encuestadoras “amigas” para manipular conciencias, así como a las legiones de trolls en las redes sociales para que ataquen rabiosamente a todo aquel que no este de su lado, sin olvidarnos claro esta de aquellos grupos terroristas que marchan en las calles hipócritamente “indignados” con la corrupción, pero que no dicen una sola palabra sobre los múltiples delitos cometidos por Vizcarra y sus secuaces, incluido aquel individuo apodado Richard Swing, que se autodenomina “reina”, quien además se levanto 175,000 mil soles de las Arcas del Estado y que grotescamente se vanagloria de haber echado del cargo a la Ministra de Cultura. Para ellos no hay una sola palabra de condena, al contrario, los defienden con un ardor digno de mejor causa “justificando” sus acciones. Hay quienes inocentemente se preguntan porque ese demagogo incapaz e improvisado insiste afanosamente en querer aparecer en los medios con un alto índice de “aprobación” a pesar del desastre causado por su nula labor para combatir al Coronavirus, convirtiendo al Perú en el epicentro mundial de la pandemia. Sucede que Vizcarra busca a como de lugar ser “reelegido” en el 2021 - a pesar de que la ley expresamente lo prohíbe - por mas que de boca para afuera diga lo contrario, para evitar terminar en la cárcel junto a Fujimori por la gravedad de sus delitos ya conocidos, a los que perfectamente se pueden agregar las miles de muertes causadas por su ineptitud e incompetencia durante la plaga del Coronavirus - cuyo número real de victimas en el Perú es el triple de las oficialmente reconocidas según acreditados medios extranjeros que han dejado al descubierto sus mentiras - y que no tiene cuando acabar. Precisamente, este vil sujeto insiste en transformar esta pandemia en un fulminante para imponer su denominada “nueva convivencia social” que según afirma, “traerá un nuevo orden menos egoísta, con más empatía y solidaridad” que no es sino aquel universalizado caballito de batalla populista. Solamente que esta vez quienes lo rodean ya encontraron el instrumento político ideal para validar su viejísimo anhelo: no dejar el poder por ningún motivo. Incluso los últimos avisos que ha lanzado el vizcarrismo respecto a las “nuevas medidas” que entraron en vigor se titulan “Hacia una nueva convivencia”. En otras palabras este fracasado, responsable del descontrol epidemiológico y de la debacle socioeconómica que agobia al Perú, apunta a utilizar políticamente el Coronavirus con el objeto de asegurarse el apoyo de los ‘beneficiados’ con sus medidas populistas que a cambio de mas bonos “universales” le darán gustosamente sus votos, en unas elecciones evidentemente manipuladas para “asegurarse” la victoria. Es así como la “nueva convivencia social” que persevera en implantar Vizcarra - mediante decretos que esconden ese propósito detrás de supuestas medidas sanitarias, todas fracasadas - no es sino el programa de avanzada estratégica reeleccionista. Propuesta bien envuelta, en papel de seda, para distraer a un segmento de gente embobada - manipulados a su antojo mediante sus bonos populistas y sus aburridos monólogos en la televisión - para finalmente presentarse en las elecciones como candidato “porque el pueblo lo pide” y eternizarse en el cargo por los siglos de los siglos, en un país paralizado desde hace meses con una “cuarentena” que ya dura casi tres meses y que al parecer, según rumores que circulan por estos días, ira con ciertos matices hasta el próximo año inclusive, afectando no solo la economía sino hasta la propia campaña electoral perjudicando gravemente a los otros candidatos, quienes estarán impedidos de presentar sus propuestas y hacer mítines por todo el país, mientras Vizcarra aparece diariamente en cadena nacional acaparando todos los espacios, por lo que se presume que las próximas elecciones generales serán tan insípidas como las ultimas legislativas, donde se eligieron a absolutos desconocidos. Hasta se podría pensar que esa es la estrategia del sátrapa, hacer creer a los votantes que es mejor malo conocido - o sea el - que elegir a otro advenedizo mil veces peor. Por cierto, vaya uno a saber quienes se presentaran como candidatos, ya que de los outsiders que aparecen cual globos de ensayo en los primeros lugares de las encuestas manipuladas por Palacio, ninguno tiene alguna experiencia pero si muchos cuestionamientos, por lo que Vizcarra cree que tendrá el camino libre para continuar ilegalmente en Palacio al cual llego sin merecerlo tras la obligada renuncia de Kucsynski, buscando con ello la impunidad de sus delitos. Pero si finalmente decide no presentarse, “elegirá” entre uno de ellos a quien lo suceda, al cual manejara a su antojo desde las sombras y que tendrá la única misión de “blindarlo” ante cualquier acción de la justicia, para volver a Palacio en el 2026. El poder corrompe y a este sujeto con mayor razón (Con un país en ruinas y con miles de peruanos infectados de Coronavirus que están muriendo en las puertas de los hospitales por falta de oxigeno a vista y paciencia de médicos y enfermeras que se niegan a atenderlos, mientras que al mismo tiempo Vizcarra contrata a su "reina" con jugosos contratos para que dicte “charlas motivacionales”, a quien por cierto llevo como “acompañante” al Canadá cuando era embajador y que ahora acosado por las pruebas comprometedoras de su ilícita relación con ese impresentable sujeto, afirma “no conocer”. Venga ¿se puede ser tan cínico y mentiroso?) :(

jueves, 4 de junio de 2020

M&Ms: En boca de todos

Intrigante e inseguro, simple y despreocupado, sexy y elegante, neurótico y paranoico, moderno y seguro. Son los rasgos de personalidad de los integrantes de la familia M&M's. Rojo, Amarillo, Verde, Crispy y Azul han entrado en los hogares de todos los rincones del mundo desde el nacimiento de los primeros personajes en 1.954. Desde entonces la marca se ha esforzado mucho para que sus mascotas fuesen figuras mediáticas. Su nivel de popularidad hoy en día se puede medir con la de Mickey Mouse o Bart Simpsons. Como parte de una estrategia publicitaria, en 2007 aparecieron acompañados del ogro más famoso del cine: Shrek. En la actualidad ya hablan 45 idiomas y están presentes en 100 países. Para descubrir los orígenes de estos simpáticos snacks, por muy curioso que parezca, hay que remontarse a la Guerra Civil española, cuando Forrest Edward Mars vio a los soldados combatientes comer bolitas de chocolate cubiertas de azúcar para evitar que se deshicieran en los dedos debido al calor. El joven Mars que había emigrado a Londres tras una disputa familiar con su padre Frank Mars, creador de la también internacional chocolatina en barra “Milky Way” y del imperio de las golosinas en Chicago, quedó entusiasmado y por ello se asoció con R. Bruce Murriec para comprar los derechos de aquellas bolitas. En 1939 ambos consiguieron introducir el producto en el mercado estadounidense bajo el nombre de M&M. Dos años después ya estaban a la venta en el país y en 1950 ya habían conseguido alcanzar gran popularidad entre los ciudadanos estadounidenses, gracias, en parte, al auge de la televisión. Precisamente a este medio llegaron los primeros personajes de la familia, que bajo el eslogan “el chocolate se derrite en tu boca, no en tu mano”, consiguieron hacerse un espacio rápidamente en todos los hogares. Famosos actores han puesto la voz a los personajes desde entonces. En 1964, ya suavizadas las disputas entre padre e hijo, Forrest Mars y M&M se fusionaron con el imperio familiar de las golosinas: Mars Inc. El resultado de esta unión ha dado lugar a algunas de las golosinas favoritas de varias generaciones. Uno de los factores importantes que contribuyeron a este éxito, más allá del delicioso sabor de las golosinas, fue el hecho de que las marcas de Mars siempre estaban a disposición del público donde y cuando ellos quisieran comprarla. En este sentido, los canales de distribución ocupaban un lugar central en la política de la compañía. Todos los estadounidenses podían encontrar sus golosinas favoritas de Mars en cualquier rincón del país, desde las superficies más glamorosas de las grandes ciudades hasta las gasolineras de los pueblos más remotos. Este hecho ha contribuido en que M&M se haya convertido en un icono americano a la altura de Coca-Cola o Mc Donalds. En la década de 1980, M &M se expandió internacionalmente, pudiendo encontrar desde entonces los famosos dulces en Australia, Canadá, Europa, Hong Kong, Japón, Malasia y el Reino Unido y hasta en el espacio, ya que desde 1.981 los astronautas incluyeron las bolitas de chocolate como alimento en sus viajes. Por ello los confites pueden encontrarse exhibidos en el Museo Nacional Aéreo y Espacial en Washington DC. En el Perú, tienen tanta aceptación, más aun cuando ya se siente frío ¿A que esperas a ir por el tuyo? :)

martes, 2 de junio de 2020

TERREMOTO EN YUNGAY: Lecciones no aprendidas

Hace 50 años, un sismo provocó que parte del nevado Huascarán (el más alto del Perú) se desprendiera y sepultara por completo a la pequeña ciudad andina de Yungay en una tragedia que cobró dimensiones míticas. A pesar de ello y del tiempo transcurrido, prácticamente nada se ha hecho por parte de las autoridades y las cicatrices están aun abiertas en los lugares donde sucedió aquella catástrofe. En efecto, aquella tarde del 31 de mayo de 1970, los peruanos estaban atentos al partido inaugural de Copa Mundial de la FIFA. El evento tenía un atractivo particular ya que era la segunda vez que su mediocre selección de fútbol intervenía en un torneo de esa naturaleza desde 1930, a la que asistieron únicamente por invitación. Sin embargo, antes de que pudieran interesarse por el resultado de dicho encuentro, el país sufría uno de los terremotos más mortales de su historia. La tragedia comenzó exactamente a las 15:23 hora local con un terremoto de 8,0 grados en la escala Richter, comentó el geólogo Patricio Valderrama, a 50 años de lo que aún es la mayor tragedia provocada por un desastre natural en Perú. El epicentro del sismo estuvo dentro del Océano Pacífico a 200 kilómetros de la costa de la ciudad de Chimbote, en la región de Áncash, en el norte del Perú. Valderrama apuntó que la magnitud del terremoto generó un primer tsunami que afectó a varias ciudades del norte del país. Sin embargo, eso no fue lo peor. A pesar de haberse generado lejos de la costa, el temblor se produjo cerca de - aseguro - "lo que hasta ahora es la región que contiene el 70% de la masa glaciar tropical del mundo". En efecto, en esa zona se ubica el Huascarán, que tiene en su pico sur - con 6.757 metros sobre el nivel del mar - el punto más alto de todo el Perú. Los glaciares montañosos están ubicados sobre roca de granito que, según explicó Valderrama, "tiene la característica de ser muy dura, por lo que tiende a partirse fácilmente en bloques grandes". Un dato que sería fatídico a segundos de producido el movimiento telúrico. "Al momento de ocurrir el terremoto, las ondas sísmicas viajaron y se encontraron con ese gran muro de granito gigantesco. Eso hizo que las ondas se amplifiquen y lo que hubo fue un gran derrumbe de la montaña más grande del Perú. Hubo un desprendimiento de una masa enorme de hielo y rocas que se vino ladera abajo con una velocidad y magnitud tremenda", detalló el experto. Debajo de la montaña, los habitantes del pequeño poblado de Ranrahirca y de la ciudad de Yungay, pequeña pero pujante capital del distrito y la provincia homónima, apenas pudieron reaccionar a lo que estaba sucediendo. Valderrama remarcó que uno de los aspectos más extraordinarios de lo sucedido el 31 de mayo de 1970 fue "el tiempo". De hecho, desde la roca se desprendió producto del sismo y que los pueblos - ubicados a 5 kilómetros de la montaña - quedaron sepultados pasó poco más de un minuto y medio. Relevamientos hechos por el geólogos a partir del relato de los pocos sobrevivientes sirvieron para reconstruir los últimos instantes de Yungay luego de sentir el terremoto durante entre cinco y seis minutos. "La gente estaba asustada y en la calle porque seguramente muchas casas ya se habían derrumbado. Como las casas andinas son de adobe, al colapsar generan mucho polvo y suciedad, por lo que la gente estaba especialmente aturdida", reconstruyó el especialista. Es así como fueron impactados por un aluvión de tierra y hielo que arrasó con la ciudad a una velocidad estimada en 325 kilómetros por hora. "Eso no dio ninguna oportunidad a que la población se pudiera salvar, Fue instantáneo y muy violento" aseveró. Todas las viviendas de la ciudad quedaron sepultadas bajo una montaña que alcanzó unos 220 metros. Los relatos cuentan que solo sobrevivió un puñado de habitantes que, al momento del aluvión, se encontraban más cerca de una colina que funcionaba, paradójicamente, como un cementerio, en cuya se encuentra una gran imagen de Cristo con los brazos extendidos, del cual algunos pobladores pudieron aferrarse para no morir. El caos de la tragedia se trasladó al recuento de víctimas. Por muchos años los peruanos aseguraron que el aluvión había causado la muerte de 70.000 personas, pero para Valderrama se trata de un error surgido de la confusión entre la cantidad de habitantes que había en la ciudad de Yungay con su provincia homónima. Según estudios más recientes, el alud causó la muerte de entre 4.500 y 5.000 personas y destruyó por completo la ciudad, reducida desde entonces a un "camposanto" convertido en un memorial de la tragedia. Pero no fueron los únicos afectados. El terremoto y posterior tsunami también causó muertes y destrozos en otras ciudades y pueblos cercanos, que perdieron porcentajes considerables de su población en cuestión de segundos. Según el geólogo, el número total de muertes de ese día supero las 15.000 personas. Cabe destacar que por su ubicación geográfica, los terremotos y tsunamis no están fuera del menú de desastres naturales para los peruanos. Sin embargo, hasta 1970 el país no había sufrido una catástrofe de tal magnitud y los mecanismos de contención eran prácticamente inexistentes. Valderrama apuntó que fue a partir de ese incidente que el Gobierno peruano recién decidió conformar el Instituto Nacional de Defensa Civil, un organismo nacido en 1972 encargado de la atención de las víctimas de desastres. También comenzaron a realizarse estudios y mapeos en busca de lograr predecir eventos de esa magnitud, así como campañas educativas y mayores fiscalizaciones sobre planes de evacuación en edificios e instituciones. Tal es el impacto de aquel hito que la fecha del 31 de mayo fue escogida habitualmente para la realización de simulacros nacionales de sismos y tsunamis implementados por el Instituto Nacional de Defensa Civil, que hoy pasan completamente desapercibidos porque la población no le da ninguna importancia y quienes son obligados a participar, son escolares y empleados públicos. Al resto de los peruanos, ni le va, ni le viene. Es mas, ahora en plena pandemia del Coronavirus y gracias al (des)gobierno vizcarrista, ninguna autoridad se ha “acordado” de celebrarlo este año. Valderrama se lamento por ello y agrego que el país no aprendió las lecciones necesarias. El nuevo pueblo de Yungay, recordó, se emplazó apenas a unos kilómetros del original y el de Ranrahirca permanece en el mismo lugar, como un lugar abandonado y sombrío "Seguimos viviendo en viviendas inseguras y en zonas riesgosas no solo por aluviones sino también por terremotos e inundaciones", alertó. "Nos falta mucho por aprender. Cada desastre que nos toca parece que fuera el primero porque el discurso es que 'no estábamos preparados'. Sin embargo, si revisamos la historia geológica peruana vemos que el mismo fenómeno ocurrió en el mismo sitio cinco, quince, treinta y cincuenta años antes. Este evento fue el más grande que hemos tenido en el pasado pero no el más terrible que vamos a tener en el futuro", advirtió. Venga ya, esperar que un inútil como Vizcarra realice labores de prevención para evitar que los peruanos vuelvan a ser sorprendidos por un sismo de tal magnitud, es como pedirle peras al olmo ¿no os parece? :(
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