TV EN VIVO

sábado, 31 de mayo de 2025

PERÚ: La espera desespera

Venga ya, la justicia caviar sí que es selectiva en el país andino, que puede resumirse en una cínica frase: “Para mis amigos todo. Para mis enemigos la ley” convertida en su guía máxima. Pero cuando se trata de sus adversarios políticos allí si que es diligente para perseguirlos a pesar de no tener prueba alguna de los hechos que les imputa, y sus acusaciones solo se basan en dichos y opiniones sesgadas de la prensa basura, que autoerigido en el “supremo juez” los condena de antemano con sus nauseabundas campañas mediáticas sin proceso alguno. Sin embargo, cuando se trata uno de los suyos, actúa con guantes de seda, esperando que pase el tiempo para que sus delitos prescriban y ni siquiera lo disimula. Allí tenemos por ejemplo el caso del miserable lagarto Martin Vizcarra, el cual a pesar de estar involucrado en sonados casos de corrupción no es molestado y mucho menos han pedido prisión preventiva en su contra para evitar su fuga. Es más, este vil sujeto insiste en querer ser candidato en las elecciones del 2026 a pesar que ha sido inhabilitado por el Congreso. Ahora se dice que piensa asilarse en Bolivia como “perseguido político” (?) si es procesado. Otro caso similar era de la ex alcaldesa de Lima, Susana Villarán, cuyos delitos han sido cometidos hace varios años - incluso ha confesado públicamente en mayo del 2019, que recibió millones de Odebrecht para su campaña del NO a la Revocatoria - pero sospechosamente solo ha estado breves días con arresto preventivo, saliendo de la prisión afirmando que tenía “una enfermedad incurable” que resulto no ser cierto. Pero a pesar de descubrirse el burdo engaño no volvió a la cárcel, por lo que la muy sinvergüenza se daba la gran vida creyéndose intocable al sentirse ‘blindada’ por la fiscalía caviar. Pero su juego se acabo. En efecto, tras una larga espera, se ha establecido fecha para su juicio por los aportes de Odebrecht y OAS a sus campañas. Sin embargo, de una forma por lo demás escandalosa, el proceso oral recién se iniciará en septiembre; es decir, luego de varios años de dilación, lo que no es en modo alguno razonable, ya que le está dando tiempo para escapar del país. La fiscalía, para disimular su complicidad, ha pedido adelantar esa fecha y ha observado que, si se realizasen audiencias diarias, podría emitirse sentencia en solo un año. Pero ha olvidado mencionar que la sospechosa demora para llegar a este punto es exclusivamente responsabilidad suya. A su turno, el presidente de la Corte Superior Nacional, Jhonny Contreras, ha señalado que si bien tal adelanto podría producirse si el Tercer Juzgado Penal Colegiado lo considerase conveniente, las audiencias solo tendrían lugar dos o tres veces por semana. El plazo entonces no será precisamente breve; sobre todo si consideramos que, tras la sentencia en primera instancia, vendrá con seguridad una apelación y, eventualmente, algunos otros recursos que podrían prolongar aún más la acción de la justicia hasta las calendas griegas. Por cierto, los testigos llamados a participar en el juicio, son cerca de 500, por lo que su juicio será interminable. Como recordareis, el controvertido fiscal José Domingo Pérez, ha pedido para la exalcaldesa 29 años de prisión por los delitos de lavado de activos, asociación ilícita, colusión, falsedad genérica y falsa declaración en procedimiento administrativo. Específicamente, se la acusa de haber lavado más de US$11 millones de las ya mentadas constructoras brasileñas y de la peruana Graña y Montero a través de sus campañas contra la revocatoria (2013) y por la reelección (2014). Según el Ministerio Público, los aportes de esas empresas habían sido parte de un acuerdo para ser favorecidas luego desde la Municipalidad de Lima. Ciertamente no todos los cargos son igualmente sólidos y la suerte que correrán en el juicio quizá sea diversa, pero lo particular de toda esta situación es que la propia Villarán ha admitido haber recibido los aportes en cuestión. Aunque ella y su defensa alegan que aquello “no constituyó delito”, la posibilidad de que consiga hacer prevalecer tal tesis luce remota. La insistencia en que ese dinero sirvió para financiar las ya referidas campañas y no para beneficiarse económicamente en lo personal resulta baladí, ya que de cualquier forma fue una contraprestación ilícita a cambio de un beneficio. El ámbito en el que este se materializó carece de importancia. La claridad de la situación, a decir verdad, debería determinar que el juicio oral a la exalcaldesa de Lima no se extienda adrede por la fiscalía que ya no sabe cómo seguir protegiéndola y que de ser posible, su inicio debe ser adelantado para que sea ejemplarmente condenada cuanto antes por sus delitos. No cabe duda que su estrategia para el juicio que enfrentará está clara: mostrarse como una incompetente, pero no como corrupta. En las manifestaciones que dio a la Fiscalía no reconoce delito, pese a haber aceptado los millonarios aportes de Odebrecht y OAS. “No he ordenado, no he concertado, no he instruido, no he participado en ninguna acción contraria a la ley que vaya en detrimento del erario público y de la población de Lima Metropolitana a la cual he servido como alcaldesa. Por lo tanto, en relación con los hechos imputados me declaro inocente”, sostuvo por ejemplo el jueves 10 de diciembre del 2020. Se trataba de su primera manifestación fiscal tras salir de la cárcel. Hasta esa fecha, Villarán había sido interrogada tres veces por el Ministerio Público, una en diciembre del 2017 y dos en el 2018. Y, a pesar de que el equipo liderado por Vela le consultó si alguna compañía había financiado sus campañas del No a la revocatoria o para su reelección, esta había negado cualquier posibilidad. Lo que le hizo decir la verdad ante la prensa, y no ante la Fiscalía, fue el pronunciamiento del delator Jorge Barata en abril del 2019. En un demoledor testimonio desde Brasil, el exsuperintendente de Odebrecht reveló a los fiscales peruanos que la constructora desembolsó US$3 millones para financiar las actividades proselitistas de Villarán en el 2013 por la revocatoria y US$1’193,000 para la reelección en el 2014. Barata no solo dio la cifra; también detalló que el acuerdo se cerró con el gerente municipal José Miguel Castro. Es más, fue Castro el que llamó al empresario para rogarle el apoyo económico, que fue aceptado en una reunión presencial en donde - de acuerdo con la acusación penal - Villarán de la Puente se unió al pedido a través de una llamada telefónica. El abono, eso sí, no sería por buena voluntad. El exejecutivo brasileño dijo que el pacto fue para conseguir a cambio el contrato de concesión de los peajes de Rutas de Lima. Para la reelección, Odebrecht cedió también. Con OAS hubo un acuerdo similar, según la acusación fiscal. Para aplicar una adenda al proyecto Línea Amarilla, que permitió ampliar el cobro de peaje de 30 a 40 años, la empresa no solo entregó US$3 millones para la campaña del No, sino que desembolsó otros US$4 millones para la reelección de la exalcaldesa. Pese a las evidencias y a su confesión previa, la exburgomaestre ahora niega un intercambio de favores. Señala que cometió un error, pero que no incurrió en delito. La actitud de Villarán, en realidad, es una estrategia legal, una que le ayude a evitar los 29 años de cárcel que pide la Fiscalía contra ella. En todas las diligencias en las que participó, la exautoridad edil ha señalado que, luego de usar los aportes, “nunca supo o no recordaba de alguna modificación en los contratos que mantenía la municipalidad con OAS y odebrecht” a pesar de que s documentos llevan su firma. En todo momento, aseguró que esas gestiones técnicas estaban “en manos de funcionarios técnicos”. Por ejemplo, en su declaración de octubre del 2022, dijo que, luego de superar la revocatoria, “no se enteró de que en el 2013 su gestión había tratado el reajuste de la tarifa del peaje de la Línea Amarilla, obra de OAS”. Señaló que esa era función de la Gerencia de Promoción de la Inversión Privada y el Fondo Metropolitano de Inversiones (Invermet). No era un precio cualquiera. La Contraloría advirtió que la compañía generó S/20’739,527 de ingresos adicionales con ese cambio de monto, gracias a Villarán, quien cínicamente declaró:“Debe ser debatido si es legal o no es legal el reajuste de la tarifa del peaje (…) esos aspectos técnicos financieros son responsabilidad de la GPIP y de Invermet”. Todo apunta a que la acusada alegará en el juicio, “que fue incompetente, por no saber qué hicieron sus subordinados, mas no corrupta”.Pero la condena contra el expresidente Ollanta Humala puede definir su futuro. Los jueces ya concluyeron que el dinero proveniente de la Caja 2 de Odebrecht, de donde salieron los recursos para la campaña del No, es fuente ilícita. Cuando admitió en el 2019 que sabía de los aportes de las empresas brasileñas, Villarán aseguró que aceptó el dinero porque no quería ceder el poder a la “mafia política” que la quería sacar del cargo y que “no quería liberarse de las ganancias que les daba el gobierno de la ciudad”. Sin embargo, permitió que otra mafia de intereses se hiciera con el dinero de los limeños, por lo que no puede clamar inocencia de ninguna manera. A la cárcel con esta garrapata caviar y que se pudra en prisión.

martes, 27 de mayo de 2025

VALLUNARAJU: El nevado de los sueños

Una de las características más llamativas de Huaraz, la ciudad peruana ubicada en el corazón de Cordillera Blanca, es que muchos de los hermosos nevados de esta cordillera pueden contemplarse desde sus calles. Entre ellos se destacan por su cercanía el Ocshapalca, el Ranrapalca y el Vallunaraju, todos ubicados en la quebrada de Llaca. Desde Huaraz, esta se interna hacia el este, hasta alcanzar el circo formado por las citadas cumbres. Vallunaraju, que en lengua quechua significa "El Nevado de los Sueños", se ha convertido últimamente en unas de las montañas más concurridas del circuito montañístico de Cordillera Blanca, debido a su acceso expedito, corta aproximación y fácil ruta normal. Este nevado, cuya forma asemeja a una silla de montar, y que fue ascendido por primera vez por A. Szepessy y M. Szepessy en 1949, constituye un excelente mirador del espectacular cordón del cual forma parte y una buena alternativa de aclimatación. Lamentablemente, debido tanto al cambio climático que afecta gravemente a los nevados de la cordillera Blanca (Áncash) como a la indiferencia de las autoridades y la población que prefieren ignorar este drama ecológico, es una montaña que agoniza en su propio lecho, un gigante de nieve ignorado por aquellos que solo buscan dosis de aventura a la vuelta de la esquina; pero jamás por los aventureros que las miran con ansias de explorarlas y coronarlas . El Vallunaraju no está lejos de la ciudad, su silueta blanca todavía se distingue al este de Huaraz. “Antes de subir al Valluna hay que aclimatarse”, es la advertencia que escuchan los retadores de esa cumbre, cuando llegan a la urbe enclavada en el Callejón de Huaylas. Pero nadie desanima a 3.100 m.s.n.m. Por el contrario, aprovechan su estancia por Huaraz como excusa para estirar las piernas. Escalar la montaña es el objetivo de los excursionistas: ascender al corazón de la cordillera Blanca y conquistar esa pequeña Antártida que pierde sus dominios a causa de los efectos del cambio climático. Según el último Inventario Nacional de Glaciares y Lagunas, realizado por el Instituto Nacional de Investigación de Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem) en los últimos 54 años (entre 1962 y el 2016), el mundo de hielo de Perú (la cobertura de los glaciares) se redujo en un 57 por ciento. Se trata de un destino irreversible. Al igual que en las películas de aventura, los primeros pasos son fáciles. Viajar en camioneta a los dominios del Parque Nacional de Huascarán (PNH) -viendo los bosques de quenuales y alisos de la quebrada Llaca- hasta llegar al refugio de la Asociación de Guías de Montaña del Perú, son las primeras escenas de esta aventura cinematográfica que tiene como paradero un santuario para los andinistas de todo el mundo que visitan Áncash para escalar alguno de sus 660 glaciares. Solo pocos son conquistables, entre ellos el nevado de Vallunaraju. Al llegar, hay quienes hacen una folklórica ceremonia de invocación a los “Apus” - demonios de las montañas - y un polémico “tributo a la tierra” con hojas de coca, la planta maldita de los Andes. Así creen que iran protegidos en los rumbos montañosos. ¡Fin del absurdo ritual! Es momento de darse un último respiro y ajustarse bien las botas para retar a la altura. La trocha se amplía en el horizonte. El ichu (Una curiosa planta de hojas es forma de espinas) apenas roza las rodillas de los andariegos que avanzan firmes por los empinados suelos altoandinos que, poco a poco, van convirtiéndose en accidentadas morrenas, montículos enormes de rocas. La travesía - más ruda que nunca - empieza a dejar exhausto a los escaladores. Pero ese agotamiento pronto desvanece ante la belleza geográfica que se despliega ante sus ojos. Contemplación y conciencia a 5.686 m.s.n.m. Un paisaje inspirador tras otear el horizonte. Tres nevados se “visten de novia”: Ranrapalca, Ocshapalca y el imponente Vallunaraju. A sus pies yace la laguna Llaca, cuyas aguas verdes son alimentadas por los nevados. Al llegar a su cima, la conquista al Vallunaraju es un sueño hecho realidad. Un sueño que sin embargo, ha empezado a sufrir los estragos del calentamiento global; un sueño complicado por los síntomas del ‘soroche’ – mareos producidos por la falta de oxigeno - aunque esas dolencias no son nada frente a la frustración de no poder salvar al gigante níveo que exclama ayuda. La noche - aún más fría y amenazante- empieza a caer. Hora de partir, de regresar a la base. Hasta pronto Vallunaraju, la montaña que agoniza, la montaña cuya belleza solo permanecerá en los recuerdos y en las fotografías de aquellos que lograron coronar el nevado de ensueño con color a paraíso.
Creative Commons License
Esta obra está bajo una Licencia de Creative Commons.