Este 4 de noviembre se celebra un aniversario más del levantamiento de Túpac Amarú II, un líder indígena que encabezo el mayor movimiento anticolonial que se dio en la América española durante el siglo XVIII. Descendiente del último Inca de Vilcabamba, perteneció a una clase acomodada dedicada al comercio, lo cual le permitió viajar constantemente y ver con sus propios ojos la explotación y los infinitos abusos cometidos contra la población aborigen. A pesar de sus continuos reclamos para que este tipo de injusticias cesen inmediatamente, sus protestas fueron ignoradas por las autoridades, por lo que no le quedo otro camino que levantarse en armas para acabar con ese estado de cosas, liderando una gran rebelión que hizo temblar a la Corona y que se inicio en la localidad cuzqueña de Tinta un 4 de noviembre de 1780. Fue el primero en pedir la libertad de toda América de cualquier tipo de dominación extranjera, así como la abolición de la esclavitud y la eliminación de diversas formas de explotación indígena - la mita minera, reparto de mercancías, obrajes - como de los corregimientos, alcabalas y aduanas. Al estallar la revolución, el corregidor del Cuzco, tomó medidas urgentes y organizó la defensa de la antigua capital de los Incas, al tiempo que informaba a Lima del levantamiento. Sin embargo su sed de venganza fue su perdición porque en vez de esperar a las tropas de refuerzo enviadas por el virrey Jáuregui, fue irresponsablemente en busca de Túpac Amaru siendo derrotado el 18 de noviembre en Sangarará, en la cual perdió la vida. Triunfantes los revolucionarios, en vez pasar a la ofensiva y tomar el Cuzco, que se hallaba indefensa y donde se hubiera coronado Inca, de una forma por lo demás inexplicable, debido a su inexperiencia militar, decidió dirigirse al sur del país, saqueando e incendiando poblaciones, tratando de ganar a su causa a los indígenas que allí vivían oprimidos. Sin embargo, al recibir noticias de la llegada al Cuzco de las tropas provenientes de Lima, dio media vuelta y se dirigió a la ciudad para tomarla sin conseguir su objetivo, por lo cual la sometió a sitio. Al ver que sus esfuerzos eran estériles, debido tanto a la resistencia del adversario como de las numerosas deserciones en sus filas, decidió levantar el sitio y darse a la fuga, siendo perseguido, capturado y llevado encadenado al Cuzco, donde fue sometido a brutales torturas y ejecutado públicamente en la plaza mayor, al mediodía del 18 de mayo de 1781.Reconocido como el fundador de la identidad nacional, su sacrificio no fue en vano, ya que 40 años después, el Perú obtuvo la independencia y es considerado como uno de los precursores de la Patria, erigiéndose varios monumentos a su memoria. Su imagen ha sido reivindicada tanto por diversos movimientos indigenistas, como por partidos políticos de izquierda, aunque lamentablemente también por grupos terroristas de infausta recordación. Asimismo su retrato se exhibe en la Galería de los Patriotas Latinoamericanos creada en la Casa Rosada por la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner en el 2010, con motivo del año del Bicentenario de la Revolución de Mayo. Su nombre estará siempre asociado a la lucha contra toda clase de injusticias, a las que tanto combatió y por el cual no dudo en dar su vida :)
