Este 30 de enero se conmemora un año mas del fallecimiento de Pedro Paulet, uno de lo más grandes científicos peruanos que se adelanto a su época. Nacido en Arequipa en 1874 ya tenia entre sueños volar por el espacio sin perjuicio de sus intereses artísticos ni sus funciones diplomáticas, Se graduó en La Sorbona (París) en ingeniería química, en la tierra de Julio Verne. Alentado por las fantasías de este genial creador, alimento sus propias aspiraciones de surcar el cielo. En un tiempo en que los motores de los automóviles se impulsaban por la combustión de un hidrocarburo que interactuaba con el oxigeno, Paulet diseño un avión torpedo- el Autobólido - con un motor a reacción capaz de resistir las condiciones adversas del aire, despegar verticalmente y volar horizontal y diagonalmente. Esta nave aeroespacial tenía un espacio interior adecuado para una tripulación, revestido a su vez en su parte externa con una capa de material resistente a las condiciones del espacio y de la atmósfera. Eligió el diseño esférico de la cabina debido a que él consideraba que esta forma geométrica es más resistente a las presiones externas producidas por el medio ambiente y porque a su vez permite una completa libertad de movimiento a la tripulación. Además, el diseño consideraba el uso de paredes térmicas y la producción de electricidad para el instrumental por medio de baterías termoeléctricas. Descubrió además las bondades del combustible líquido para la propulsión de cohetes, el cual fue la clave para la ciencia del espacio como lo reconoció el famoso inventor alemán Wernher Von Braun (creador de los temibles cohetes V-2 que arrasaron con Londres durante la II Guerra Mundial). El aporte de Paulet fue la posterior puesta en vuelo de los satélites en orbita, el envío de cohetes al espacio y dar viabilidad a los viajes interplanetarios. De esta manera fue un pionero de los vuelos espaciales y reconocido como tal por la Sociedad Astronáutica Alemana en 1928. Sin embargo, su falta de visión impidió que su sueño se convirtiera en realidad rechazando generosas ofertas que le hicieron a cambio de su invento, tanto por los estadounidenses como por los alemanes porque pretendía que “únicamente se utilice en un cohete para llegar a la luna, y que esta llevara la bandera del Perú”. Como ven, perdió la oportunidad de su vida y todo por una quimera en esa época enfrascada en una guerra. Aun así, en la historia de la aviación espacial se resalta la figura de Pedro Paulet, en su búsqueda de alcanzar el sueño de todo hombre, el de surcar los cielos y llegar hasta el espacio.Precisamente en el Museo de Aeronáutica existe un prototipo del Autobólido, el cual nos da una idea de como se vería en realidad de haber sido construido y podido remontar las alturas, allí donde el aire no existe y las aves no vuelan, pero donde las estrellas brillan y el espacio no conoce límites :)
