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Saturday, September 10, 2016

LA IZQUIERDA EN EL PERÚ: Una opción política sin visión de futuro

Para algunos puede parecer exagerado calificarlos de esa manera apenas salen a la luz pública algunas discrepancias entre sus integrantes, pero la ‘experiencia’ demostrada por la izquierda peruana a lo largo de los años para no ponerse de acuerdo en lo mas elemental por parte de sus eternos ‘dirigentes’ que se creen dueños de la verdad, demuestra que estoy en lo cierto. Es innegable - salvo para aquellos que no quieran verlo - que estamos asistiendo a un patético espectáculo protagonizado por quienes se vanaglorian de ser los abanderados del ‘cambio’ pero que en el fondo resultan ser peores que los políticos tradicionales que tanto detestan. El que tenga ciertas coincidencias con esos sectores (especialmente si se trata de combatir a la mafia criminal aprofujimorista) no me impide opinar sobre la lucha desatada al interior del llamado Frente Amplio, una coalición política de partidos y movimientos de izquierda, donde dos facciones se disputan ferozmente las cuotas de poder alcanzadas sin importarles en lo mas mínimo el daño que su ambición y oportunismo pueda causar a los esfuerzos para lograr su consolidación como una alternativa de gobierno para el 2021.Por lo visto, no han aprendido las lecciones de la historia y están repitiendo los mismos errores que llevaron a la desaparición de Izquierda Unida a finales del siglo pasado, para felicidad de los sectores conservadores que pueden repartirse el poder sin un real adversario político que pusiera en riesgo sus intereses, ya que al fin y al cabo - aparte de algunas ‘diferencias’ superficiales entre ellos - son lobos de una misma camada. Al respecto, diversos analistas no dudan en hablar ya de que el conglomerado izquierdista padece de una crisis terminal que acabará desintegrándolo: “El Frente Amplio que hemos conocido hasta ahora ha muerto para la política. Tardará algún tiempo en ser enterrado, pero es obvio que ha dejado de existir. Y ha muerto por suicidio más o menos convenido. Ahora, el dilema de la izquierda es nuevo y reside en lo siguiente: si lo que fue el Frente Amplio será reemplazado por un nuevo frente y pacto -llámese como se llame- que siga reuniendo al partido que lidera Marco Arana y a los grupos que lidera Verónika Mendoza en otras condiciones, o si por el contrario -lo que es mas probable- cada una de estas tendencias seguirá un camino propio” escribe uno de ellos en La República. Celos, envidias, resentimientos y ambiciones de sus integrantes acabaran así por liquidar el mas serio intento en las últimas décadas de consolidar una opción política que ha demostrado su fuerza en las ultimas elecciones al impedir la llegada al poder de Keiko Fujimori, cabecilla de una banda delincuencial que busca infructuosamente la liberación de su líder - un despreciable genocida condenado en un proceso ejemplar a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad - quien se creía favorita desde hace mucho y cuya derrota en el ballotage del 5 de junio fue tan dolorosa como inesperada que no se lo podía creer y lloró amargamente durante días, según confesaron sus allegados. A pesar de que la izquierda había logrado lo que para muchos parecía impensable, en vez de continuar ese camino como la verdadera fuerza de oposición y consolidarse plenamente para lo que se viene en el futuro, lamentablemente sus integrantes no piensan lo mismo. El caudillismo del que hacen gala quienes conforman ese frente - especialmente Marco Arana y su grupo Tierra y Libertad - es francamente deleznable, ya que pretenden desconocer el indiscutible liderazgo alcanzado por Verónika Mendoza, su mejor carta de presentación para el 2021, anteponiendo los suyos a como de lugar. La mezquindad en su máxima expresión. Por lo que se puede leer de sus declaraciones, el experimento ha fracasado (y ya van…) por lo que a mi modo de ver, lo mas adecuado seria no insistir en realizar un congreso partidario para tratar de salvarlo - con esa clase de gente no se puede ir a ningún lado, ya que tarde o temprano insistirían en lo mismo - sino que Mendoza debe liberarse de esas indeseables ataduras, reafirmando su liderazgo en la izquierda, creando su propia organización para no depender de los caprichos de nadie, construyendo desde ya su alternativa para el 2021 ¿estará en la capacidad de hacerlo? :(
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