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martes, 9 de julio de 2019

LA MADRE DE TODOS LOS VICIOS: El billar es una cosa de vagos

Considerado con justa razón de esa manera, el billar - que se practica impulsando con un taco un número variable de bolas en una mesa con tablero de pizarra forrada de paño, rodeada de bandas de material elástico y con agujeros (troneras) o sin ellas - es preferido por aquellos ociosos sin oficio ni beneficio que se la pasan horas de horas en esos antros de perdición llamados billares, donde como podéis imaginar, se juega por dinero. Su origen no está claro, pero se dice que Cleopatra ya lo practicaba en el siglo I a. C. (como no tenia nada que hacer, no nos sorprende aquello). Entonces se jugaba en el suelo, costumbre que se siguió hasta el siglo XV. La mesa de billar recién la ideó en 1469 el ebanista de Luis XI de Francia, Henri de Vigne, pensando en la ‘comodidad’ del jugador. El vicio se hizo tan popular que María Estuardo, reina de Escocia, durante su cautiverio y antes de ser ejecutada por orden de Isabel I de Inglaterra, se quejó amargamente de que su enemiga le hubiera retirado de la celda una mesa de billar, para privarla de una de sus ‘aficiones’. Otros historiadores sitúan el origen del juego de billar en el ámbito de la Grecia clásica. Dichas afirmaciones están fundadas en numerosos documentos que han perdurado hasta nuestros días. Curiosamente, el francés Jacques Bonhomme ironizaba en el año 1885 diciendo que de haber sido el billar una actividad del mundo grecolatino, el poeta de la época Horacio le hubiera dedicado una oda (poema griego). Aunque Horacio (65 a.C – 8 a.C.) no le dedicara una oda, el billar se jugaba en Atenas en el siglo V a.C. Es más, un siglo antes (en el VI a.C.), el filósofo escita Anacarsis dice que era popular en las ciudades griegas que visito, por la cantidad de dinero que se ponía en juego. Otros consideran que el billar es heredero del juego renacentista del paille-maille, pall-mall o juego del mallo, que se jugaba en tierra con aros bajo los que se hacía pasar una bola de madera. Sea como fuere, por entonces existían otros juegos similares, como uno que apasionaba a Enrique VIII de Inglaterra (1491-1547): la shovilla bourde. Empezó a hablarse del billar como ‘juego de sociedad’ hacia el siglo XVI, en que estaba muy arraigado en Inglaterra y Francia. El billar fue juego ‘aristocrático’ hasta la Revolución Francesa, y se generalizó a lo largo del siglo XIX. Originalmente, el billar francés se jugaba con dos bolas, de la misma manera que en Inglaterra. La tercera bola, llamada carom, fue una innovación francesa de la cual procede el término carambola. Por su parte, el billar americano (el de los agujeros en los lados y costados) fue una variedad del juego. Los agujeros en la mesa de billar o troneras por donde la bola pudiera colarse se hicieron al principio en el centro de la mesa y no en los ángulos o partes medias de las bandas largas como hoy. Poco a poco, el billar ganó cada vez más popularidad hasta que en 1825 se creó el primer campeonato mundial, que fue ganado por John Carr. Y así, llegamos al momento actual, donde han aparecido decenas de modalidades e insólitamente ‘gozó’ de carta olímpica para los Juegos Olímpicos del 2004. Eso no quita el hecho que su práctica en los salones de billares ha enviciado a muchos, precisamente por el dinero fácil que se obtiene al ‘jugarlo’, originando que surjan voces solicitando su erradicación por considerarse un peligro publico, ya que cada vez con mayor frecuencia aparece relacionado - al igual que los casinos de juego - con las mafias dedicadas al lavado de dinero de origen ilícito, especialmente en países como el Perú. La policía tiene la palabra :(
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