TV EN VIVO

martes, 22 de septiembre de 2020

PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN: Monasterio de Santa Catalina (Arequipa)

Conocida como la “Ciudad Blanca” debido a que desde su fundación española en 1540 fue construida con sillar, Arequipa es uno de esos lugares que no podemos pasar por alto en nuestra ruta por el sur del Perú. Y dentro del precioso conjunto que componen sus edificios, el Monasterio de Santa Catalina - ubicado a unos pasos de su Plaza Mayor - destaca tanto por su belleza y tamaño como por las apasionantes leyendas que lo envuelven. Fundado en 1579 gracias, en gran parte, al aporte de Doña María de Guzmán: una joven viuda de la nobleza que, además de ser su primera ocupante, ostentó durante seis años el cargo de priora del convento. El origen de la ciudadela que lo rodea, haciendo de él un caso único en el mundo, lo encontramos en un gran terremoto que asoló la zona a finales del siglo XVI debido al cual gran parte de sus instalaciones fueron destruidas. Al ser éste un monasterio de clausura, fueron las propias monjas quienes se hicieron cargo de las reparaciones, optando por construirse celdas individuales que decoraban a su gusto. Según se dice, en esta “ciudad dentro de la ciudad” de Arequipa llegaron a vivir más de 450 mujeres, de las cuales sólo 180 eran monjas (en su mayoría, españolas de alta alcurnia). El resto su población la componían muchachas de bajo nivel económico que encontraban en el monasterio un refugio y un plato caliente a cambio de servir a las religiosas. Por este motivo, todo lo concerniente al Convento de Santa Catalina se ha visto siempre envuelto en el mayor de los misterios y no son pocas las leyendas que pueden escucharse en las calles de Arequipa acerca de lo que ocurría tras sus muros. El encanto de esta ciudadela reside en la solidez y plasticidad de sus volúmenes, además sus diferentes zonas, recámaras, pasillos, calles, jardines, pinturas coloniales y motivos religiosos, hacen que la experiencia del recorrido esté llena de historia. En los interiores, las cúpulas y las cubiertas de bóveda amplían considerablemente el espacio y aumentan la sensación de fortaleza de los edificios. Los principales lugares a conocer en el Monasterio de Santa Catalina son: la Portada del Monasterio, el Claustro los Naranjos, el Patio el Silencio, el Claustro Mayor, la cocina, la lavandería, la Torre del Campanario y la iglesia. Debido a su origen peninsular, no es de sorprender que varias ciudades españolas, como Toledo, Sevilla, Granada o Burgos, den nombre a las calles de esta pequeña ciudadela. Se percibe asimismo, sobre todo en la zona de las callejas, la intervención de albañiles que, carentes de un diseño propiamente arquitectónico, fueron levantando muros, tejados, celdas, patios y portadas de sencillo planteamiento. El actual edificio atesora espléndidas piezas de arte, como un altar barroco de madera tallada y dorada, de un cuerpo y tres calles, que exorna la capilla, y varias pinturas de la escuela cuzqueña. Durante casi dos siglos en la época virreinal, los claustros y celdas del monasterio han sufrido diversas modificaciones, agregados y nuevas construcciones que hacen que Santa Catalina se haya convertido en un mostrador a escala humana de la arquitectura colonial arequipeña. Tras vivir cientos de años prácticamente ninguna conexión con el exterior, las monjas decidieron abrirlo al público en 1970 para que todos pudieran conocer y disfrutar de este enigmático lugar. Desde entonces se ha convertido en una parada obligatoria para los turistas que llegan a la ciudad y, desde hace unos años, este lugar es, junto con el Cañón del Colca, el destino más visitado de Arequipa :)
Creative Commons License
Esta obra está bajo una Licencia de Creative Commons.