La situación en el país andino dista mucho de mejorar a medida que se acerca la fecha del ballotage que definirá al ganador de los comicios, cuando uno de ellos - Pedro Castillo - no oculta su deseo de instaurar una dictadura comunista ni bien acceda a Palacio. Como sabéis, casi desde que se concibió la Constitución vigente, los parásitos de la izquierda han intentado cambiarla en su integridad. Más allá de los disparatados pretextos que puedan plantearse para ello, lo cierto es que la ojeriza está dirigida especialmente a su capítulo económico y a la distancia que plantea de los modelos estatistas de antaño, cuyo fracaso está plenamente documentado, pero que ellos añoran. Y, con prescindencia de cuán descaminada podamos creer que es esa ridícula propuesta, poco podría protestarse contra una reforma de la norma fundamental emanada de procesos democráticos y respetuosos del Estado de derecho. Sin embargo, desde la organización Perú Libre (cuya cercanía al grupo terrorista Sendero Luminoso no esta en discusión al ser parte de el y compartir sus demenciales objetivos) se propone todo lo contrario. De hecho, con pocos tapujos, se anuncian caminos que más se asemejan a un golpe de Estado que al empleo de mecanismos republicanos. En concreto, Vladimir Cerrón - un impresentable sujeto condenado por corrupción - ideólogo y portada del plan de gobierno del partido del lápiz, se ha referido recientemente a diversas “vías” para cambiar la Carta Magna. El exgobernador de Junín, condenado por el delito de negociación incompatible, precisó que su plan original es que “el pueblo” decida a través de un referéndum deshacer la ley de leyes (figura inexistente en el marco jurídico peruano sin que participe el Congreso). Empero, de fallar ese camino, propone una “tercera vía”: “Si el Congreso rechaza [el proyecto], se vuelve a presentar por insistencia, y si se rechaza la insistencia, ya se hace cuestión de confianza del Gabinete, y si cae un Gabinete, bueno, ya saben qué pasa constitucionalmente cuando cae un segundo Gabinete”. En otras palabras: si el Parlamento no se ciñe a sus oscuros intereses, será disuelto ipso facto. No se entiende, sin embargo, cómo la aplicación de esta “tercera vía” habría de facilitarles las cosas, toda vez que, extinto el Legislativo, queda la Comisión Permanente hasta que se elija uno nuevo y la Constitución no le faculta a esta (artículo 101) “materias relativas a reforma constitucional”. El Ejecutivo, por su parte, no es un poder constituyente y, además, no puede convocar unilateralmente un referéndum para ese fin sin que sea aprobado por el Congreso (artículo 206). En suma, solo se podría considerar esta una “vía” para los fines de Perú Libre si el objetivo es vulnerar las normas vigentes, lo que equivaldría a un golpe de Estado… y eso es lo que buscan desde el primer momento. Demás esta decir que el panorama es preocupante pero el candidato a la presidencia del partido en cuestión ha buscado poner paños fríos deslindando de lo dicho por su jefe: “El señor Cerrón no tiene nada que ver con esta lucha”, ha sentenciado el senderista iletrado. Pero, a estas alturas, la distancia que sugiere del fundador del partido que lo quiere llevar a la presidencia se sabe hechiza. Cerrón, además de ser el autor del plan de gobierno presentado al Jurado Nacional de Elecciones por esta agrupación, cuenta con el respaldo de los virtuales legisladores de Perú Libre. También es un vocero de facto y acompaña de cerca al candidato en la campaña, al punto que fueron juntos a la Embajada de Rusia para coordinar una potencial adquisición de la vacuna producida en este país. En suma, es el que tiene la última palabra y será el poder en la sombra si Castillo logra ganar el 6 de junio. Así,las declaraciones de este último sirven de poco consuelo para los objetivos autoritarios de su socio chavista. Dicho todo esto, la reflexión debería llevarnos más allá. Si el camino definido para deshacerse de la actual Constitución se desvía de los límites del Estado de derecho, está casi garantizado que el proceso para sustituirla tendrá las mismas características, y un régimen de pulsiones autoritarias (confirmadas por su animosidad hacia el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo, el BCR y el Parlamento) buscará proyectar ese espíritu a la nueva norma fundamental. En fin, ¿qué asegura que, si la elección de una asamblea constituyente no corresponde a los objetivos de un Ejecutivo liderado por Castillo, se respetará el designio popular? Si el proyecto de Perú Libre, sin que siquiera se hayan instalado los nuevos poderes ni elegido el nuevo jefe del Estado, incluye forzar la disolución de un Parlamento novel, es claro que la voluntad ciudadana no se valora. Y es que salvo, el poder, todo es ilusión. Por cierto, es extraño, por no decir ominoso que, cada vez que se le interroga sobre su equipo técnico, el senderista respondía al comienzo con evasivas y ofrecimientos de revelar nombres “más adelante”. Pero ahora cuando la prensa le ha vuelto a plantear la misma pregunta, contesta incluso con prepotencia e insólita agresividad. Es mas, en una reciente actividad proselitista en Bagua, tuvo el descaro de aseverar que recién lo mostrará “cuando le dé su reverenda gana”. Un discurso totalmente autoritario que lo desnuda de cuerpo entero y lo muestra como el monstruo comunista que es, intolerante a más no poder. Este vil sujeto olvida que el pueblo, ese “pueblo” que él tanto invoca en sus mediocres peroratas, tiene derecho a recibir esa respuesta antes de acudir a las urnas, ya que los integrantes de los equipos técnicos - por lo habitual, profesionales que destacan en distintas disciplinas - son los que cimientan la confianza o desatan las dudas alrededor de cualquier propuesta o plan de gobierno. Pero en su caso, cero. Pese a tan clamorosa carencia para un proyecto que pretende ser gobierno, una investigación logró revelar que entre los allegados a Vladimir Cerrón ya se están repartiendo cargos ministeriales, así como direcciones y jefaturas en sectores estratégicos del Estado, algunos de los cuales su candidato ha ofrecido “limpiar”. Es decir, de equipo técnico no hay rastro hasta ahora, pero, en cambio, tienen bolos fijos para ministerios sin siquiera haber ganado las elecciones o sustentado con argumentos mínimamente serios, más allá del discurso en las plazas públicas, las desfasadas medidas que anuncian en cada mitin. Quizás porque Cerrón piensa que para llevarlas a cabo - lejos de necesitar profesionales capacitados y de cierta trayectoria - basta con seguir al pie de la letra el programa del partido que escribió él mismo. Es más, entre los primeros nombres que han salido a la luz no se distinguen gente preparada y si más bien con antecedentes penales, similares a los del dueño del partido, sentenciado por corrupción. ¿Son estos los profesionales que requiere el país? La interrogante continúa sin ser despejada y lo cierto es que ese presunto y misterioso equipo de ‘especialistas’ es inexistente, demostrando con ello una improvisación total ya que no los tenían en mente y fue una sorpresa para ellos acceder al ballotage, por lo que ahora no tienen a quien presentar y están por allí reclutándolos a ultimo minuto, al mismo tiempo que intentan quebrar el orden democrático. Como podéis notar, el golpe esta avisado de antemano en caso Castillo y Cerrón logren asaltar el poder y atornillarse en Palacio por los siglos de los siglos. Solo queda que la ciudadanía no pierda esto de vista e impedir con su voto el 6 de junio que esta desgracia para el Perú - del cual difícilmente se podría salir, sino miren los casos de Cuba y Venezuela, países miserables que se encuentran en la ruina total y que son tan admirados por ellos - llegue a ocurrir alguna vez. No hay que permitirlo de ninguna manera :(