CEMENTERIO PRESBÍTERO MAESTRO: Paseando entre los muertos
Considerado el camposanto más antiguo de Latinoamérica, el cementerio Presbítero Maestro fue fundado el 31 de mayo de 1808. Ubicado entre las cuadras 16 y 18 del jirón Áncash, en Barrios Altos, tiene una extensión aproximada de 20 hectáreas, siendo mandado construir por el Virrey Fernando de Abascal - encargando la obra al arquitecto y escultor vasco Matías Maestro - para evitar que los limeños sigan siendo enterrados en las criptas de las iglesias, tal como era costumbre en la época, pero ello decidió prohibirse por razones de salubridad pública, originando como podéis suponer un gran escándalo, ya que los devotos pretendían que su lugar de descanso eterno sea en terrenos consagrados por la iglesia y no fuera de ella, “como los luteranos y demás herejes”. Demás esta decir que los sacerdotes incentivaron las protestas ya que dicha medida les ocasionaría grandes pérdidas económicas, porque generalmente al morir los feligreses les donaban todos sus bienes, lo que dejo de ocurrir desde ese momento. De nada valieron sus interesadas quejas, ya que al final, las autoridades y la razón terminaron por imponerse. Cabe precisar que además de la imponente Cripta de los Héroes, alberga las más bellas esculturas y curiosas historias en sus 766 mausoleos y 92 monumentos. En su interior encontramos representaciones que guardan relación con la tradición de Lima de los siglos XIX y XX. Estas, esculpidas en su mayoría por artistas europeos, embellecen el cementerio bajo estilos que van desde el neoclásico hasta el moderno. En efecto, en este camposanto se concentra la genialidad artística de los más reconocidos escultores del siglo XIX, tales como el español Damián Campeny y los franceses Louis Ernet Barrias, Émile Robert y Antonin Mercie (estos dos últimos trabajaron en la Cripta de los Héroes). Se puede observar, además, el talento de los italianos Ulderico Tenderini, Giovanni Battista Cevasco, Pietro Costa y Rinaldo Rinaldi, todos muy reconocidos en el medio artístico de su época. En este cementerio descansan los restos de expresidentes como Manuel Pardo y Lavalle, Felipe Santiago Salaverry, Augusto B. Leguía y José de la Riva Agüero. Por cierto, no deja de llamar la atención una escultura en bronce sobre la tumba del dictador Luis M. Sánchez Cerro, que es imponente, al igual que las cinco esculturas en mármol de personajes griegos, esculpidas en tamaño natural, alrededor del mausoleo al mariscal Ramón Castilla. Un impacto similar produce el mausoleo donde descansan los restos del dictador Óscar R. Benavides, no solo por su gran dimensión, sino también por las gigantescas esculturas en bronce colocadas en su fachada. Entre los lugares más curiosos de este camposanto está el cuartel destinado para los difuntos con más de 100 kilos de peso o aquel diseñado con nichos para las personas que tenían más de 2 metros de altura. Sin embargo y como podéis suponer, uno de los monumentos que más destaca en el Presbítero Maestro es la Cripta de los Héroes, un mausoleo de más de 30 metros de alto donde descansan los restos de 234 defensores que participaron en los combates de Angamos, Iquique, Antofagasta y Callao, así como en las batallas de Tarapacá, Tacna, Arica, San Juan, Chorrillos, Miraflores, Huamachuco y San Pablo, episodios de la infausta Guerra con Chile (1879-1883). Su distribución en tres niveles permite al visitante experimentar un momento de solemnidad en una de las etapas más significativas de la historia bélica que vivió el Perú a fines del siglo XIX, rodeado de insignes héroes para los peruanos como Miguel Grau, Francisco Bolognesi, Alfonso Ugarte y Andrés Avelino Cáceres. De otro lado, puede apreciarse un gran bloque de mármol blanco en forma rectangular que descansa sobre la vía principal del cementerio que se ubica a 100 metros del mausoleo a Ramón Castilla. Sobre la plancha de mármol se lee un extracto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Debajo está el espacio reservado para sepultar los restos del ex secretario general de las Naciones Unidas Javier Pérez de Cuéllar y dos miembros de su familia. No olvidemos además a reconocidos literatos que están enterrados allí, como Abraham Valdelomar, Ricardo Palma y Ciro Alegría. Por último, otro valor agregado a este cementerio, son los paseos turísticos nocturnos que organiza la Beneficencia de Lima todo el año para el público que quiera disfrutar de un periplo lleno de misterio y misticismo, donde tendrás una cita con lo desconocido y lo paranormal, mientras escuchas relatos al lado de las tumbas y mausoleos. Prepárate para ser parte de historias reales que te pondrán los pelos de punta y descubre la ciudad bajo diversos mitos y leyendas urbanas: aquí, el miedo no existe.