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sábado, 24 de agosto de 2024

PERÚ: Visible, pero sospechosamente “inubicable”

Hoy se cumplen 323 días desde que Vladimir Cerrón, cabecilla de la organización filosenderista Perú Libre (PL) y secuaz de Pedro Castillo, pasó a la clandestinidad. Sin embargo, contrario a lo que dictaría la lógica entre quienes se encuentran en su situación, no ha optado por un perfil bajo, sino que en todo este tiempo ha continuado con su intensa actividad en las redes sociales, se ha burlado de los policías que lo buscan, ha atacado a la prensa que lo cuestiona y hasta se da el lujo de dar discursos para sus seguidores. A veces, este prófugo de la justicia daría la impresión de que es un ciudadano más, que no tiene cuantas pendientes, cuando lo cierto es que esta involucrado en múltiples delitos desde que era gobernador regional de Junín. El problema, obviamente, es que sobre él pesan al menos tres resoluciones del Poder Judicial. La primera es una condena a tres años y seis meses de cárcel ratificada el 6 de octubre del 2023 por corrupción en el Caso Aeródromo Wanka. Y las otras dos son órdenes de prisión preventiva admitidas por la justicia, una de 24 meses por lavado de dinero y ser cabecilla de una organización criminal denominada Los Dinámicos del Centro y otra de un año por el Caso Antalsis. Además de que su nombre figura en la lista de los delincuentes más buscados del país por el que las autoridades ofrecen nada menos que S/100 mil a quien dé información que conduzca a su captura. Pese a todo ello, desde su guarida, Cerrón continúa en actividad. Recientemente, el pasado mes de julio realizó más de 460 post en X (antes Twitter), varios de ellos en defensa del grotesco fraude perpetrado por el dictador Nicolás Maduro en Venezuela. Asimismo, participó desde la clandestinidad en un evento político en el que dio un discurso de casi 50 minutos, uno que la propia legisladora Kelly Portalatino (de PL) confirmó que fue transmitido en vivo. Pero no se trata solo de que Cerrón continúe con sus actividades pese a su condición de prófugo, sino también de que sus seguidores aplauden esta conducta de desacato a la justicia. Días atrás, por ejemplo, el vocero de PL en el hemiciclo, Flavio Cruz, manifestó en una entrevista en una radio local: “Yo creo que todos lo protegemos políticamente a Vladimir Cerrón, respetamos su estrategia; está protegiendo su vida y su libertad”. Mientras que el imprestable Guido Bellido (hoy en la bancada de Podemos Perú) llegó a compararlo con la lideresa de la oposición venezolana, María Corina Machado, que lleva escondida ante la amenaza del chavismo de darle caza. “Es su decisión si se mantiene en la clandestinidad”, expresó. La que más lejos ha llegado con esta actitud ha sido la cuestionada parlamentaria Kelly Portalatino, a quien el Ministerio Público ha abierto investigación al estar utilizando su cargo para ayudar a Cerrón a eludir a la policía. Sin embargo, esto no parece amedrentar a sus cómplices, ante los cuales el prófugo apareció el vía Zoom hace unos días, para participar de la celebración del aniversario de su partido y se dirigió a la militancia por largos minutos entre vivas y arengas políticas de sus secuaces, quienes tuvieron la ocurrencia de homenajearlo desde las mismísimas instalaciones del Congreso, como una perfecta alegoría de que el mayor apoyo que tiene ese vil sujeto para evitar estar tras las rejas está adentro del propio Estado. Cerrón debe sentirse muy seguro de que no van a dar con su paradero, ya que de otro modo no se explica cómo hace estos alardes. Mientras esto ocurre, desde el Gobierno juran que están haciendo todo lo que pueden “para darle caza”. Pero el propio ministro del Interior, Juan José Santiváñez, no tuvo mejor idea que decirles a los reporteros que “conocían la ubicación de Cerrón y que estaban próximos a ponerlo a disposición de la justicia”. Una afirmación irresponsable que, por tratar de sonar contundente, terminó poniendo sobre alerta al sentenciado que debe haber agradecido aquel “dato” para cambiar inmediatamente de locación. Venga ya ¿En qué país del mundo una autoridad anuncia que tiene la ubicación de un perseguido que se ríe en la cara de él y de toda una institución porque no lo pueden - o no quieren - capturar? Parece una paradoja, pero es la realidad: Vladimir Cerrón es un prófugo visible, pero inubicable para las autoridades. Y desde la clandestinidad continúa su vida como si supiera que en el fondo nadie irá a por él. Obviamente que se siente protegido, y no solo por su bancada en el Congreso ¿Por quienes más? Pero lo más grave sobre el prófugo son las declaraciones del jefe de la Policía, el general Víctor Zanabria, que pocos han advertido. En efecto, en una entrevista en RPP, dejó entrever que Cerrón contaba con un sistema tecnológico, que no tiene la Policía, lo que frustraba su captura. Textualmente afirmó: “Las limitaciones tecnológicas de mi institución impiden su captura. Tenemos deficiencias porque tienen un conocimiento que les permite salir de los sistemas que pueden ubicarlo”. ¿Quién ha facilitado a Cerrón ese ultramoderno sistema que supera al que tiene la Policía? ¿Quiénes conforman ese grupo que maneja ese dispositivo? Son algunas de las preguntas que los entrevistadores pudieron hacerle al general Zanabria para esclarecer lo que estaba afirmando, pero no lo hicieron. En esa línea, tras las declaraciones de Zanabria, toma cuerpo la versión de un grupo policial, según la cual el corrupto exgobernador de Junín tendría la protección de la Dirección de Inteligencia de Cuba, conocida como el G2. El G2 cubano es uno de los más siniestros del mundo. Sus agentes son expertos en operaciones de alta tecnología y sabotaje. Son entrenados por exmiembros de la KGB, la otrora central de inteligencia de Rusia y actualmente operan profusamente en Venezuela. Cabe precisar que el embajador cubano en el país andino es Carlos Zamora, ‘El Gallo Zamora’, un viejo hombre de inteligencia quien llegó al Perú con el oprobioso régimen filosenderista de Pedro Castillo. Además es íntimo del prófugo jefe de PL a quien de seguro lo tiene a buen recaudo, quizás en la propia embajada cubana. Según el especialista en materia de terrorismo y seguridad Pedro Yaranga, Cerrón estaría recibiendo apoyo logístico y tecnológico por parte del servicio de inteligencia cubano para mantenerse inubicable ante la justicia peruana. El especialista no descartó que funcionarios dentro del Gobierno también estén involucrados en que el sentenciado por delitos de corrupción se mantenga en la clandestinidad. “Se sabe que el señor (Vladimir Cerrón) está siendo protegido por los servicios de inteligencia de Cuba. Toda la tecnología que tienen en la embajada la están utilizando a favor de él. Obviamente también de parte del Gobierno debe haber algunos sectores comprometidos”, indicó Yaranga. “Es bastante extraño que en tanto tiempo no puedan capturarlo. Hacen operativos, pero cuando llegan, él (Cerrón) ya no está. Me da la sensación de que, de parte de un sector del Gobierno, siempre hay una ayuda, por eso es que él está siendo casi inubicable”, sostuvo. Estas declaraciones subrayan la complejidad y los vínculos internacionales que están permitiendo a Cerrón eludir la captura, planteando serias preocupaciones sobre la infiltración y el apoyo interno dentro de las estructuras gubernamentales peruanas por parte de elementos que aún no han sido expectorados tras la ignominiosa caída del golpista Pedro Castillo en el 2021, y que todavía siguen allí. Como sabéis, Cerrón es conocido por sus vínculos educativos e ideológicos con la Cuba de Fidel Castro, donde estudió medicina y forjó sus ideologías políticas, nunca ha dejado de expresar su admiración por el fallecido dictador cubano y su estilo de gobierno dictatorial. Como fundador de PL, Cerrón adoptó un lápiz como símbolo de su partido, una idea que concibió durante su estancia en Cuba. ¿Cuándo se capturará a ese delincuente? El mismo general Zanabria dio esta insólita respuesta: “Estamos esperando que cometa un error”. ¿O sea, tarde, jamás o nunca? Sin embargo, es de esperar que el día que caiga en manos de la justicia, terminara donde siempre ha debido de estar: La cárcel.
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