¿Sabías que en la Plaza Mayor de Lima se realizó el primer auto de fe en América? No solo eso: aquí también se ejecutaron sentencias de la Inquisición, se proclamó la libertad del Perú y se colocó la primera fuente de bronce de la ciudad. Este no es un simple lugar turístico. Es el corazón donde late la historia del Perú, un escenario que ha sido testigo de gloria, horror y transformación. Y lo más sorprendente: todo sigue en pie, esperándote. Como sabéis, la Plaza Mayor de Lima no es solo una plaza. Es el punto donde nació la ciudad en 1535, el lugar desde donde se empezó a construir la capital del Perú. Aquí se han firmado decretos, se han celebrado fiestas, y también se han vivido momentos difíciles. Es el escenario principal de la historia limeña, un lugar cargado de simbolismo y memoria. Situada en el Centro histórico de Lima, esta plaza marca el kilómetro cero de la ciudad. Desde allí, Lima se expandió, y con ella, su cultura, su arquitectura y su influencia en América Latina. A su alrededor se levantan sobriamente el Palacio de Gobierno del Perú, la Catedral de Lima, la Iglesia del Sagrario, el Palacio Arzobispal de Lima, el Palacio Municipal de Lima y el Club de la Unión. Ante todo, cabe precisar que, en 1523, el emperador Carlos V (I de España) dictó las Ordenanzas para la fundación de ciudades en América. Estas establecían que el trazado debía partir desde la Plaza Mayor, organizando la ciudad en cuadrícula para facilitar su expansión. Siguiendo esta norma, el 18 de enero de 1535, Francisco Pizarro fundó Lima y colocó en el centro de la futura Plaza Mayor un rollo o picota, símbolo de justicia. Junto a Nicolás de Ribera, Diego de Agüero y Francisco Quintero, delineó las calles y manzanas de la ciudad. Se adjudicó la manzana al norte de la plaza y destinó otros lotes para la iglesia, la vivienda del cura y el cabildo. El resto fue repartido entre los españoles durante la conquista de los Incas. Con el tiempo, el virrey Diego López de Zúñiga ordenó trasladar el rollo cerca del río Rímac para instalar una pileta en el centro de la plaza. Posteriormente, lo devolvieron al Callejón de Petateros, y en 1668, el virrey Pedro Antonio Fernández de Castro lo envió a la Plaza de Santa Ana. No obstante, lo regresaron al año siguiente por el aumento de delitos menores. Durante el Virreinato, la Plaza Mayor cumplió múltiples funciones: fue mercado, plaza de toros y lugar de ejecuciones públicas. Allí también se realizaron autos de fe organizados por el Tribunal del Santo Oficio, cuyo primer evento se celebró el 15 de noviembre de 1573, día en que se dictó la primera condena a la hoguera en América. Ese mismo día ejecutaron a Mateo Salado en el lugar donde hoy se ubica la Plaza de Toros de Acho. Si bien la construcción de la Catedral de Lima culminó en 1622, se completó completamente en 1797 con la edificación de sus campanarios. Este templo sigue en pie en el lado oriental de la plaza. En 1821, el Libertador José de San Martín proclamó la Independencia del Perú desde la Plaza Mayor. Tras la ceremonia, encabezó una procesión portando la nueva bandera nacional. En 1855, el presidente Ramón Castilla instaló el primer alumbrado público a gas en la plaza e introdujo jardines por primera vez. En 1860 se tendieron rieles para tranvías tirados por animales, y con la construcción de la Penitenciaría de Lima, las prisiones se trasladaron fuera del Palacio de Gobierno. Durante el siglo XX, la plaza vivió sus cambios más importantes: en 1922 se terminó el Palacio Arzobispal; en 1938, el Palacio de Gobierno; y en 1944, el Palacio Municipal. En 1940 se instauró el estilo neocolonial en los edificios y portales del lado sur, que lucen balcones de madera, consolidando así la imagen actual de la Plaza Mayor de Lima. En reconocimiento a su valor histórico y cultural, fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1991, como parte del Centro Histórico de Lima. Este título destaca la importancia de la plaza como núcleo fundacional de la ciudad y testigo de los acontecimientos más relevantes del Perú virreinal y republicano. Su traza original, sus edificios coloniales y republicanos (como la Catedral, el Palacio de Gobierno y el Palacio Municipal) y su conservación como espacio público han sido clave para recibir esta distinción. Aunque conserva su trazado original, la plaza ha sido restaurada y embellecida varias veces. Hoy en día es un lugar que mezcla historia con vida moderna: 1-La fuente de bronce del siglo XVII: En el centro de la plaza se encuentra una fuente de bronce construida en 1651, coronada por el Ángel de la Fama. Es uno de los elementos más antiguos que se conservan, y es uno de los puntos favoritos para tomar fotografías; 2- Palacio de Gobierno: Frente a la plaza se alza la imponente sede presidencial, también conocido como la “Casa de Pizarro”. Actualmente, es la sede del presidente del Perú. Todos los días, a las 11:45 a.m., se puede ver el cambio de guardia, un espectáculo gratuito que muchos turistas no se quieren perder; 3- Municipalidad de Lima: Otro edificio que destaca es el de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Tiene balcones coloniales bellamente conservados y una arquitectura que resalta entre las construcciones modernas de la ciudad; 4- Catedral de Lima: Sin duda, uno de los atractivos más importantes es su Catedral, ubicada en uno de los lados de la plaza. Su construcción empezó en 1535 y ha pasado por varias remodelaciones. En su interior está enterrado Francisco Pizarro, y también se pueden ver altares barrocos, pinturas coloniales y vitrales de colores. Ahora, el Programa Municipal para la Recuperación del Centro Histórico (Prolima) ha planteado una ambiciosa propuesta para devolverle a la Plaza Mayor su apariencia del siglo XIX, una iniciativa que busca resaltar el valor patrimonial de uno de los espacios más emblemáticos de la capital. Desde que Prolima, empezó a ejecutar el Plan Maestro del centro histórico en el 2019, solo dos espacios del Damero de Pizarro no han sido peatonalizados y repavimentados con piedra: la Plaza Mayor y el Jr. de la Unión. Recuperar este emblema de la ciudad es uno de los motivos del proyecto que propone Prolima para su remodelación integral. Como parte de este plan, se plantea ampliar el área del Damero de Pizarro de 11 mil a 19 mil metros cuadrados, con una inversión estimada de 31 millones de soles. Al respecto, Luis Martín Bogdanovich, líder de dicha gerencia, la otra razón principal es devolverle el peso simbólico como la plaza más importante del país, que fue también la más importante de Sudamérica durante el extenso virreinato del Perú. Bogdanovich expresó que la plaza es un lugar “donde todo sucede”, donde los ciudadanos se encuentran y que también puede ser escenario de celebraciones cívicas, religiosas y culturales. En ese sentido, la Plaza Mayor puede ser sede de conciertos, ferias y procesiones, entre otras actividades. “Este carácter multifuncional es lo que busca consolidar la propuesta de Prolima” indico. El proyecto busca recuperar el diseño de la Plaza Mayor de 1860 - en palabras de Bogdanovich, “la mejor composición que ha tenido” -, adaptándolo a los usos contemporáneos y promoviendo la sostenibilidad ambiental. Es así que se plantea ampliar los límites de la plaza, equiparando su nivel con el de las calzadas que la rodean, para generar espacios peatonales fluidos y aptos para personas con movilidad reducida. El piso actual sería reemplazado mediante la técnica tradicional de pavimentación con piedra granítica blanca y gris oscura para los caminos y el perímetro. También, se pretende utilizar piedra basalto y canto rodado en áreas específicas. Para las vías perimetrales - los jirones De la Unión, Huallaga, Junín y Carabaya - se emplearía relleno de piedra talamoye partida. “El empedrado se colocará sobre tierra y cal, lo que permite una mejor permeabilidad del suelo, favoreciendo el drenaje natural y reduciendo la retención de calor”, señaló Bogdanovich. En esa línea, el proyecto también propone reemplazar los jardines y 15 palmeras que luce actualmente por 24 molles costeños. El gerente de Prolima manifestó que este cambio mejorará el confort de los ciudadanos al recorrer la plaza. “Los árboles proporcionarán más espacios con sombra y, por lo tanto, frescor. Debajo de ellos habrá bancas en las que las personas podrán sentarse cómodamente”, relató. Los árboles estarían ubicados hacia los frentes del Jr. Junín y el Jr. Huallaga. Desde Prolima también comentan que las palmeras consumen alrededor de 44.000 litros a la semana, mientras que los molles costeños solo necesitarían 1.500 litros. “Alrededor de la fuente de la Plaza de Armas, vamos a colocar macetas con flores de estación. Este manto de flores hará que la pileta destaque y se vea aún más bella”, agregó Bogdanovich. De esta forma, el proyecto propone ampliar el área actual de la plaza de 11.205,43 m² a 19.069,22 m². La inversión tendría un costo aproximado de S/ 31 ’669.479,03. Como parte del fundamento y análisis técnico de la propuesta, el gerente de Prolima indicó que se tomó en cuenta a cuatro plazas importantes de Hispanoamérica: la Plaza Mayor de Madrid, la Plaza Mayor de Salamanca, la Plaza de la Constitución o Zócalo de Méjico (plaza principal del virreinato de Nueva España) y la Plaza Mayor de Bogotá (plaza principal del virreinato de Nueva Granada). “A fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, estos espacios dejaron de ser plazas para convertirse en parques, porque se llenaron de jardines. Cuando en estas ciudades se ha comprendido lo que involucra el paisajismo y la recuperación del urbanismo, han regresado a ser plazas. Somos los últimos donde falta hacer la recuperación que se ha realizado en otras plazas importantes de Hispanoamérica”, sostuvo. En tanto, David Pino, director del Instituto de Estudios Históricos de Lima, sostiene que la propuesta de Prolima es beneficiosa para la ciudad, “porque recuperará un espacio del centro histórico que estaba pendiente de ser revalorizado: la Plaza Mayor”. Además, indicó que la propuesta ha tomado adaptar la plaza y remodelarla “al estado que tenía en su mejor momento: el siglo XIX”. “La plaza se veía entonces como un gran espacio de concentración social. Habida cuenta que aquí se desarrollaba la Nochebuena de la Patria o el desfile de Fiestas Patrias. Tenía el sentido de una plaza, que es un punto de encuentro, en el cual no hay áreas ni jardines que limiten la afluencia de la gente. Eso es lo que ocurre ahora, por ejemplo, cuando la procesión del Señor de los Milagros llega a la plaza, o cuando hay conciertos o transmisiones de partidos de fútbol. También, en más de una ocasión, los jardines han quedado lastimados”, expresó. Actualmente, el proyecto se encuentra en fase de validación técnica y en proceso de socialización con el público en general a pedido de Unesco. Sin embargo, el alcalde de Lima Renzo Reggiardo ha aclarado que solo se trata de una idea y que los jardines de la plaza “no se retiraran por ningún motivo”. Personalmente creo que no se debe cambiar. En fin, veremos en que terminara todo esto...