COPA CONQUISTADORES DE AMÉRICA: ¿El nuevo torneo oficial de la FIFA?
Venga ya, uno podría pensar que se trataba de una nueva ocurrencia de Gianni Infantino - el mandamás de la FIFA - pero no, es la denominación que se le da a la final de la Copa Libertadores 2018 entre los equipos argentinos River Plate y Boca Juniors, que se disputará en Madrid este domingo 9 de diciembre y que originalmente se debía realizarse en Buenos Aires, pero por motivos por todos conocidos, se decidió trasladarlo a Europa para descontento de los argentinos y los latinoamericanos en general, al ver que les ‘arrebataron’ su torneo, cuando los verdaderos responsables - y de los cuales nadie habla - es ese grupo de energúmenos que ataco a pedradas el bus que transportaba al equipo xeneize al estadio Monumental para jugar dicho partido. Si la policía argentina es incapaz de controlar a unos cuantos desadaptados ¿se imaginan lo que sucedería en el 2030 si es que ellos organizan el mundial con la cantidad de hooliggans ingleses y rusos ávidos de pelea que llegaran allí? No quiero ni pensarlo, por ello me parece acertado trasladar el encuentro futbolístico lo mas lejos posible por razones de seguridad y que mejor lugar que Madrid, para felicidad de los miles de argentinos que residen no solo en España sino también en el resto de Europa quienes podrán observarlos en vivo. Por lo pronto hay una extraordinaria demanda de entradas para acceder al encuentro que se realizara en el Santiago Bernabeu y se da por descontado que miles no podrán ingresar al estadio ese día porque estará completamente lleno ya que la expectativa entre los argentinos que viven en la península - demás esta decirlo - es grande, ya que se sabe que están pagando precios de reventa de hasta 3.160 euros, cuando su coste original es de 220. Una auténtica barbaridad. Llama la atención por cierto, la absurda posición tomada por ambos equipos de no querer jugar el encuentro en la capital española, apelando entre otras cosas, a un trasnochado chauvinismo. Por lo visto, aun no pueden superar el hecho de haber pertenecido a España durante 300 años y consideran una ‘humillación’ que su máximo torneo de clubes - creado en honor de quienes precisamente lucharon para independizar esos territorios de la Metrópoli en el siglo XIX - se juegue precisamente en la capital de aquel denostado imperio que los conquisto, por lo que no faltaron quienes cambiaron el nombre original de la Copa (de Libertadores a Conquistadores) para mostrar su desacuerdo por la decisión adoptada por la CONMEBOL, debido a las jugosas ganancias que obtendrá del encuentro. “Ya puestos, nos llevamos el partido a un lugar donde se pague en euros y no en pesos argentinos”, debieron pensar los gerifaltes del fútbol sudamericano al hacer tal cambio que sorprendió a muchos. El Bernabéu, además, dará el lustre a una competición sin demasiado recorrido internacional porque, valgan verdades, la Libertadores, fuera de Sudamérica, no interesa a casi nadie. Interesaba, eso sí, el Boca-River-River-Boca, pero no por cuestiones futbolísticas sino por todo lo que rodeaba a este histórico enfrentamiento. Visto así, la elección de la capital española tenía cierto sentido aunque para algunos, jugarla en otro continente desvirtúa la competición. Lo que no tiene sentido, mire usted por dónde, es criticar sin desmayo al anfitrión con argumentos tan peregrinos sucedidos hace 500 años. Venga hombre, se trata solo de un partido de fútbol y no tiene nada que ver con San Martín, Bolívar o el oro que nos ‘robamos’ los españoles, mientras los británicos exterminaban a su vez a millones de indios de América del Norte, pero para ellos no hay reproche alguno. Digo yo ¿la vida de los pieles rojas valía menos que la de los Incas o Aztecas para no condenar a la pérfida Albión por el genocidio al que los sometieron para arrebatarles sus tierras? Si tanto Boca y River continúan amenazando con no presentarse, que no haya campeón este año y se les sanciona a ambos equipos con 10 años de inhabilitación a cada uno para participar en lo torneos oficiales y allí verán que se les quita la tontería. Es lamentable que en vez de buscar soluciones, a esta gente les guste enredarse en más problemas. Queda por ver la seguridad prevista para el encuentro, porque entre esos 80.000 habrá, seguro, decenas de cabezas huecas encantados de liarla parda antes y después del partido. Creerán que están en la Argentina pero al primer intento, la de hostias que les caerán. Esperemos que no se llegue a ese extremo y el domingo, gane quien gane, toque hablar de fútbol. Sólo de fútbol :)