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sábado, 23 de enero de 2021

APRA: Muerte y deshonor

Una noticia que prácticamente ha pasado desapercibida por estos días y del cual quisiera ocuparme en esta oportunidad es la desaparición de la escena política peruana de una organización delictiva que a lo largo de sus años de existencia causo profundo daño y dolor al país andino. Obviamente y como podéis imaginaros, me refiero al APRA cuya “muerte oficial” se ha confirmado recientemente, pero vamos, para nadie era un secreto que desde antes del suicidio del Capo della mafia Alan García Pérez - quien se quito la vida de un disparo en la cabeza en el 2019 al estar rodeado en su guarida por la policía para evitar ser detenido y responder a las graves acusaciones de corrupción que pesaban sobre el - dicho partido se encontraba en franca descomposición y hoy al quedar excluido del próximo proceso electoral, firmo su sentencia de muerte. Fundado por Víctor Raúl Haya de La Torre en 1924, desde sus orígenes el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) nació como un grupo que utilizo la violencia para conseguir sus fines. Sus demagógicas propuestas iniciales incluían “la lucha contra el imperialismo estadounidense y la nacionalización de tierras e industrias”, que para los grupos de poder de la época eran intolerables, quienes acusaron al APRA de ser una forma de comunismo encubierto. El Comercio fue el buque insignia de esa agresiva campaña, que marcó décadas de la historia política peruana. Lo irónico de todo ello es que al final de todo, Haya de la Torre no dudo en aliarse con Manuel Odría y la derecha mas rancia (la Coalición APRA-UNO) para torpedear el primer gobierno de Belaúnde Terry, un vergonzoso contubernio que se repitió décadas mas tarde cuando el arribista de Alan García lo hizo con los llamados “12 apóstoles” - representantes de las familias mas poderosas del país - en su caótico primer gobierno y posteriormente cuando inexplicablemente accedió por segunda vez al poder, la CONFIEP no dudo en considerarlo uno de los suyos ¿Y que fueron de sus propuestas “revolucionarias” de la que tanto alardeaba en sus ridículos balconazos, incluida la estatización de la banca? Terminaron como era de esperar en el tacho de basura. Pero no nos adelantemos. Formalmente el APRA hizo su entrada en escena tras la caída de la dictadura de Augusto B. Leguia, presentándose en las elecciones de 1931, pero al perder ante el nacionalista Luís Sánchez Cerro, alego sin prueba alguna que dichos comicios fueron fraudulentos, desatando una ola de violencia en las calles. Su historial de crimen incluye el levantamiento en Trujillo en 1932 y el asesinato del propio Sánchez Cerro en 1933 en el Hipódromo de Santa Beatriz (hoy Campo de Marte) por parte de un militante aprista, cuando se encontraba pasando revista a las tropas que debían partir a Loreto tras declarar la guerra a Colombia. Acusado de ser un grupo terrorista, el APRA fue colocado al margen de la ley y perseguido implacablemente por los gobiernos de turno. Empezaría, entonces una historia de persecución, levantamientos y clandestinidad que se extendería, interrumpidamente, por décadas. Entretanto, Haya de la Torre se refugio en la embajada de Colombia durante cinco años antes de exiliarse en Méjico y no volvería hasta 1962, donde volvió a participar en las elecciones fracasando nuevamente en su intento de acceder al poder. Ya con Belaúnde Terry en Palacio - tal como lo anotamos líneas arriba - se alió con los sectores políticos mas conservadores conformando una rabiosa oposición que junto a los escándalos de corrupción y entreguismo que marcaron ese gobierno, desestabilizaron al país a tal grado, ocasionando que los militares dieran un golpe de Estado en 1968,los cuales se quedaron en el poder hasta 1980, pero llamando previamente a elecciones en 1978 para redactar una nueva Constitución, donde Haya de la Torre fue elegido presidente de la Asamblea Constituyente. Fue en aquella Asamblea, además, donde comenzó la carrera pública de uno de sus discípulos, el cual tras la muerte de Haya al año siguiente, representaría el aprismo por cuatro décadas: el infame Alan García Pérez. Su desaparición generaría la más profunda brecha entre las alas izquierdista y derechista del viejo y decadente partido de la estrella. Expulsados estos últimos, García Pérez tomo el control de la organización. Demagogo como nadie, entonaba allá por los 80, un virulento discurso antiimperialista que le posibilito acceder al poder en 1985. Su primer gobierno, sin embargo, fue el más desastroso de la historia republicana. Sus medidas económicas sumergieron al Perú en una de las peores crisis de su historia: una inflación por encima del 2000% la escasez de productos básicos y las kilométricas colas para adquirirlos llevaron a terminar su mandato con un pálido 9% de aprobación. Graves escándalos de corrupción y la matanza de los penales - donde asesinaron a los terroristas que se habían sublevado - marcaron a fuego su atroz gobierno Tras el autogolpe de Fujimori en 1992, García se refugió en la residencia del embajador colombiano, huyendo a Colombia y posteriormente a París a darse la gran vida con todo lo robado durante su gobierno esperando la prescripción de sus delitos. Tras la caída de la dictadura fujimorista en el año 2000, retornó al Perú para participar en las elecciones del año siguiente, pero fue derrotado por Alejandro Toledo. A pesar de los severos cuestionamientos del que era objeto, fue elegido en el 2006 y fiel a su estilo, saqueo las arcas del Estado a más no poder desde el primer momento, esta vez de la mano de los empresarios. Sin embargo, el 5 de octubre del 2008, la difusión de un audio por parte de un programa dominical dejaría al descubierto el escándalo de corrupción más grande de su segundo gobierno: el caso Petroaudios, que mostró las irregularidades cometidas para beneficiar a la empresa noruega Discover Petroleum con la adjudicación de lotes petroleros. A ello debemos agregar la matanza de nativos en Bagua en el 2009 (el llamado Baguazo) a manos de la policía, por protestar por el inicio de actividades mineras en sus tierras ancestrales. Tras la orden del propio García Pérez de despejar la vía, las fuerzas del orden asesinaron a indeterminado número de nativos cuyos cadáveres fueron arrojados al río y “desaparecidos”. Tal como sucedió en 1986 con los terroristas asesinados a mansalva en El Ftontón, las manos de García volvieron a mancharse de sangre. Acusado de múltiples delitos al final de su mandato, pudo “blindarse” de ello gracias a haber infiltrado previamente el poder judicial con sus “compañeros” que lo defenderían de todas esas acusaciones. El 2016 fue el último año en que García Pérez tentaría la presidencia del Perú. Lejos de la gloria de antaño, su demagogia barata ya no hacían eco en un electorado distinto. Se alió, incluso, con una eterna perdedora: Lourdes Flores Nano, a quien años atrás había bautizado como “la candidata de los ricos”. Cuestionado por todos y con la justicia que iba a por el tras haber sido expectorados los apristas del Ministerio Público, su derrota fue contundente: obtuvo un mísero 6% de los votos válidos. La decadencia del APRA - y del propio García - había comenzado. En abril del 2019, en el marco de una investigación del equipo especial Odebrecht - el mas grande escándalo de corrupción en América Latina - el Poder Judicial ordenó la detención preliminar de su secretario Luís Nava Guibert, dictándose una orden de prisión preventiva por 36 meses. Investigado por lavado de activos y colusión por el caso Odebrecht. Tras la investigación correspondiente se supo que los millones de dólares que la constructora entregaba como soborno eran para García Pérez. Es así como la mañana del 17 de abril del 2019, al encontrarse rodeado por la policía, el mafioso escogió quitarse la vida. Con él, murió el APRA. No es de extrañar por ello que en las elecciones congresales del año siguiente, el viejo partido quedó fuera del Congreso por primera vez en 60 años tras no pasar la valla electoral. Al retirar la candidatura presidencial de Nidia Vilchéz en el 2021 debido a las peleas entre las facciones que se disputan los despojos del cadáver, el APRA ha perdido su inscripción electoral. Sin liderazgos de estatura ni el apoyo popular que en su momento tuvo, el partido se ha encaminado hacia su inevitable final. Cometió suicidio al igual que su adiposo líder... Requiescat in pace :)
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