LUIS CASTAÑEDA: 100 días de una gestión signada por el fracaso
No había que ser adivino para saber como iba a ser la administración municipal de quien llego a la alcaldía de Lima con evidente ánimo revanchista para destruir toda la obra emprendida por Susana Villarán en bien de la ciudad. Precisamente este sábado, entre improvisados anuncios de obras fantasmas y múltiples cuestionamientos - así como en su derrumbe total en las encuestas - se cumplen los 100 primeros días de la caótica gestión de Luís Castañeda Lossio. En efecto, estos tres primeros meses en la Municipalidad de Lima se han visto marcados por decisiones que han originado el rechazo de un gran número de limeños, como es el caso de la paralización de la Reforma del Transporte, el abandono del fortalecimiento del Gran Mercado Mayorista o la cancelación del proyecto Río Verde, permitiendo que las caóticas calles de Lima se llenen de combis asesinas y miles de ambulantes que la han convertido en un asco, Asimismo es una incógnita con lo que pretende hacer con el Parque José María Arguedas (Ex Mercado Central) que sigue cerrado al público a pesar de ya estar concluido y que debe ser el gran pulmón que Lima necesita. Por allí se dice que permitiría el retorno de los invasores que lo ocuparon por décadas y vuelva a ser aquel nido de ratas hasta que fue cerrado por la tía regia. Diversos analistas consultados coinciden que se puede notar claramente que Castañeda no tiene un norte claro de lo que va a hacer y más bien, se rige por el sello de la revancha política. Este odio enfermizo se evidencia en la anulación de obras iniciadas por la gestión anterior: la reforma integral de transporte (el cual pretendía poner un alto al caos vehicular que se vive en las calles de Lima); el proyecto Río Verde (que contemplaba la recuperación de la ribera del río Rímac con 25 hectáreas de áreas verdes y la reubicación de 265 familias de la comunidad shipiba) y el teleférico del cerro San Cristóbal (tantas veces prometido y que nunca se hace realidad) .Además de ello, desarticuló todas las políticas culturales planteadas por la gestión de Susana Villarán. “Luís Castañeda Lossio ha entrado a la municipalidad con una actitud revanchista hacia Susana Villarán, tratando de buscar debajo de la alfombra todo lo que pudiera ser malo en la gestión anterior con el fin de borrar cualquier tipo de rastro de su antecesora”, opinó el analista Enrique Castillo. “Con esa actitud, lo que se ha visto son acciones como despedir personal sin ningún tipo de evaluación, eliminar la reforma del transporte y Vía Parque Rímac. Estas medidas muestran que la intención es que no se recuerde ninguna obra de Villarán y transformarla según su estilo, para que en la memoria de la gente quede como que él lo hizo. No hay un sentido de continuidad, sino de revancha y soberbia”, añadió. Por su parte, Enrique Cornejo, ex candidato a la Alcaldía de Lima por el Partido Aprista, comentó que los primeros 100 días de esta gestión de Castañeda se resumen en improvisación y rencor hacia la gestión de su predecesora. “De arranque, se dejaron sin efecto varias concesiones que había hecho la gestión anterior. Queda claro que las cosas se están haciendo para vengarse de su antecesora. Espero que el alcalde se rectifique en esta manera de ver las cosas”, expresó. Para tratar de acallar las críticas a su gestión, Castañeda no dudo en anunciar obras improvisadas como el conjunto de tres by pass en el cruce de la Avenida 28 de Julio con Wilson, que no tiene ningún sustento técnico ni ha sido consultada en el Concejo Metropolitano. Por si fuera poco, la Contraloría General ya inició sus pesquisas. Para el arquitecto urbanista Jorge Ruiz de Somocurcio, el balance de estos 100 días de la gestión de Castañeda es desesperanzador. “Estos cien primeros días son un desastre. No hay visión ni imagen de ciudad ni un norte ni hoja de ruta clara. Hay proyectos dispersos que no apuntan a una visión de conjunto de ciudad. La improvisación es total”, remarcó. No es de extrañar por ello su abrumadora caída en los sondeos, donde se evidencia el mayoritario rechazo a una gestión signada por el fracaso más absoluto. Si a ello agregamos su infame decisión de cerrar el Parque de la Exposición para convertirlo en un patio de comidas de Mistura, ya se imaginan la inmundicia en lo que se convertirá. Pobre Lima, no se merece esto :(
