A propósito de la repugnante cortina de humo montada por el régimen filosenderista en complicidad con ciertos medios de comunicación para desviar la atención pública del inaceptable manoseo a las Fuerzas Armadas por parte del terrorista Pedro Castillo, mediante el cual se dedicaron a ‘levantar’ una intrascendente noticia acerca de la presencia de un pequeño animal silvestre en un distrito marginal de Lima - cuando en Europa tenemos por ejemplo, a piaras de jabalíes que viven en los bosques que rodean las ciudades ingresando a ellas por las noches y cuya presencia ya no llaman la atención - es menester ocuparnos del asunto a nuestro estilo, ya que al fin y al cabo se trata de una criatura en peligro de extinción ¿vale?. Conocido con el nombre científico de Lycalopex culpaeus, el zorro andino es una especie silvestre poco conocida, que pertenece a la familia de los cánidos y que habita preferentemente en las regiones andinas del Perú y se distribuye desde Ecuador, Colombia hasta Argentina y Chile. Investigaciones afirman que muy probablemente evolucionaron a partir de unas pocas especies que vinieron de Norteamérica y entraron a América del Sur luego de que el istmo de Panamá se estableciera uniendo ambos continentes, por lo que lo hace muy diferente a un zorro europeo. Asimismo, presenta características morfológicas y fisiológicas que reflejan adaptaciones para vivir como un carnívoro teniendo un cuerpo flexible, piernas delgadas y con la nariz y orejas con un sentido muy desarrollado. Esta especie se desarrolla muy rápido si se alimenta adecuadamente, tiene un período de gestación de 55 a 60 días, las camadas son de 3 a 5 crías, llegando a estar activos sexualmente al final de su primer año, aunque esto dependerá de encontrar hembras y tener un territorio propio. Durante los primeros meses las crías andan con su madre en su madriguera, donde la cría no sale durante las primeras semanas, son completamente dependientes de la madre los primeros cuatro o cinco meses, pero siguen acompañados hasta terminar el primer año. El zorro andino es un animal omnívoro. Tiene preferencia por la carne, su dieta alimenticia incluye roedores, lagartos, ovinos y aves, especialmente las gallinas; pero también consume invertebrados, frutos y algunos restos vegetales. Sus patrones de actividad son al atardecer, pero varían de acuerdo a las zonas geográficas y épocas del año. Se les ha avistado en hábitats abiertos de la cordillera de los Andes, en bosques y cerca de áreas periurbanas. Los recién nacidos pesan 170 gramos en promedio y nacen con los ojos cerrados. Cuando llega a adulto puede pesar hasta 14 kilos y medir entre 60 y 115 cm de longitud. Al igual que varias especies de cánidos sudamericanos, el zorro andino es considerado solitario, aunque son vistos en parejas algunas veces o con crías. Generalmente en el territorio de un macho pueden vivir una o dos hembras, de acuerdo a la disponibilidad de alimento, son muy territoriales y cuando las hembras están en celo los machos pelean para acceder a ellas y ampliar sus territorios. Las hembras también defienden su territorio de otras hembras. A pesar de ser prolíficos, su número está decayendo paulatinamente debido a varios factores, como la caza irracional de la que es víctima y la escasez de alimento en su hábitat natural, lo que lo obliga a acercarse con mayor frecuencia que antes a los centros poblados. En Colombia su población sería de al menos 1000 ejemplares, mientras que Ecuador, Perú y Bolivia es cada vez más escasa en zonas con mucha presencia humana, pero en algunas áreas protegidas, habitan apenas unos 2000 ejemplares. Es en Chile y Argentina donde está la mayor población, especialmente en la zona patagónica, pero aun así están desapareciendo, por lo que es necesario tomar medidas para salvarlo antes que sea demasiado tarde. En Europa tenemos a los zorros rojos y son muy graciosos, como todos los de su especie. Por ello, si ven a un zorro andino no teman a su presencia, no lo maten ni lo maltraten, ya que es una criatura tímida e inocente que también tiene derecho a vivir :)