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Saturday, July 2, 2016

PEDRO PABLO KUCZYNSKI: Un difícil reto por delante

Venga ya, quien se iba a imaginar a inicios de este año que un banquero de Wall Street y flautista del Royal College of Music, terminaría siendo elegido Presidente del Perú. Nos referimos obviamente a Pedro Pablo Kuczynski - quien por cierto se encuentra estos días invitado en Chile participando en una reunión de la Alianza del Pacífico - que ganó los comicios de forma providencial, cuando al inicio de la campaña era uno mas del pelotón de candidatos de la derecha, donde el claro favorito era Julio Guzmán. Pero todo eso ha quedado atrás y es hora de dejar de lado el apasionamiento político, sumando esfuerzos para sacar adelante al país. Quizás para muchos no sea el indicado para gobernar, pero ganó y hay que respetar la decisión de la mayoría. Pienso por ello que es la hora del consenso y dejarlo trabajar hasta saber cuales son sus verdaderas intenciones. Al respecto, Alfredo Torres escribió un articulo esta semana con el cual estoy de acuerdo en su mayor parte, motivo por el que decidí reproducirlo entrecomillado ¿vale?: “La opinión pública desconfía de los políticos. Por eso, los pactos o alianzas no tienen buena fama. Muchas veces son vistos como componendas cuando no como repartijas. No ocurre así, sin embargo, cuando cambia un gobierno. El ánimo de la ciudadanía en esta etapa es mucho más favorable a la búsqueda de acuerdos y la oposición a rajatabla - como el anunciado por los integrantes del fujimorismo quienes desde el 28 de julio van a tener el control del Congreso - no es bien vista. La ciudadanía espera consenso y no confrontación. Esto no quiere decir necesariamente que se forme una alianza, pero sí que prime una actitud de diálogo positivo. Una encuesta de IPSOS indica que el 66% de los peruanos cree que sería conveniente para el país que Pedro Pablo Kuczynski dialogue con Keiko Fujimori y el 62% con Verónika Mendoza, independientemente de la fuerza política que cada una tiene. Esta demanda ciudadana para un apoyo al gobierno no es consecuencia de que PPK sea súbitamente muy popular. Por el contrario, su aprobación como presidente electo es de 50%, una cifra similar a lo que fue su votación. No está mal, pero es menor a la que tuvieron en su momento, como presidentes electos, Alejandro Toledo (57%), Alan García (69%) y el propio Ollanta Humala (70%). Por lo tanto, la demanda ciudadana por el diálogo y el consenso proviene de la intuición de que nada gana el país con un gobierno débil y una oposición obstruccionista como la fujimorista, con la sangre en ojo por su derrota en unas elecciones que desde hacia mucho, pensaban que ya la tenían ganada de antemano. Como se sabe, el señor Kuczynski ha sido elegido presidente, pero su bancada representa solo el 15% del Congreso. En tanto, FP cuenta con una clara mayoría de 56%. Si se ponen de acuerdo, sumarían 71% y podrían incluso modificar la Constitución, pero si el fujimorismo prefiere estar en la oposición, estará en la capacidad de aprobar leyes en contra de la voluntad del Ejecutivo. Ante esa perspectiva, PPK (quien es francófono por su lado materno) podría verse tentado de construir un régimen de cohabitación con Keiko Fujimori. Como sabéis, la cohabitación es una manera de gobernar habitual en la política francesa. La inauguró el presidente socialista François Mitterrand en 1986 cuando nombró primer ministro al conservador Jacques Chirac y le tocó al propio Chirac, ya como presidente en 1997, nombrar al socialista Lionel Jospin primer ministro. En el Perú, sin embargo, un régimen de cohabitación podría ser complejo y riesgoso para ambas partes. No solo por las tensiones inherentes a la dualidad de mando, sino también porque ambas agrupaciones compartirían el desgaste que en este país caracteriza a la gestión pública y le regalarían al Frente Amplio de Verónika Mendoza la posibilidad de capitalizar el descontento, liderando a la oposición, lo cual le garantizaría el triunfo en las elecciones generales del 2021. Es por ello que habría que descartar esta posibilidad. En lugar de una cohabitación, lo que el país demanda implícitamente es un Gabinete conversado y una conducción parlamentaria multipartidaria. Es decir, un Gabinete Ministerial integrado en su mayor parte por personalidades independientes que tengan la capacidad de dialogar con todos y que despierte confianza; y un Parlamento cuyos cargos directivos sean distribuidos proporcionalmente entre todas las fuerzas políticas y que busque el consenso. Pero a diferencia de PPK, que podría aspirar a la cohabitación, Keiko Fujimori esta decidida a buscar la confrontación, porque de ello depende su futuro político. La idea de que el poder desgasta y que el líder de la oposición se beneficia de ese desgaste, está muy extendida. Sin embargo, no siempre es así, como lo demuestra el caso del propio Kuczynski, que ha llegado a la presidencia de casualidad y casi por descarte (tras la abrupta salida de la carrera electoral de Julio Guzmán por una leguleyada del JNE, quien era el favorito en todas las encuestas) sin haber sido opositor del gobierno saliente. En el caso del fujimorismo, además, una actitud obstruccionista sería leída por el electorado como una confirmación de que nunca han cambiado en su forma de pensar, como interesadamente quisieron hacernos creer y reforzaría su imagen excluyente y autoritaria. Si Keiko Fujimori aspira a ser gobierno en cinco años, debe dejar sus caprichos de lado y desarrollar un diálogo fluido y constructivo con el gobierno entrante para que el Perú sea en el 2021 un país mejor” puntualiza la nota. Vale aclarar que buscar el consenso entre las diversas fuerzas políticas, no significa en modo alguno impunidad ni “olvido” de los crímenes del narcofujimorismo a los cuales hay que seguir combatiendo implacablemente sin pausa alguna y si pretenden desestabilizar al país desde el Congreso, serán los únicos responsables de las consecuencias que acarrearan sus actos :)
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