Para nadie es un secreto que el (des)gobierno del conocido lobbysta y Traidor a la Patria Pedro Pablo Kuczynski vive sus horas de agonía, a tal punto que muchos analistas consideran que no concluirá su periodo en el 2021 y le aconsejan que busque una salida a esta difícil situación en la que se encuentra - debido a sus comprobadas conexiones con Odebrecht que lo pueden llevar a la cárcel - renunciando ‘por motivos de salud’ e irse del país a la brevedad posible, antes que sea demasiado tarde. En efecto, mientras los medios oficialistas prefieren dar importancia a la división del fujimorismo maximizando el hecho para utilizarlo como una cortina de humo, nuevas revelaciones dadas a conocer esta semana complican aun más a Kuczynski en la trama de corrupción de Odebrecht. La prensa local ha denunciado que cuando era un poderoso ministro del gobierno del hoy prófugo de la justicia Alejandro Toledo (2001-2006), tomo una serie de decisiones que favorecieron a abiertamente a la constructora brasileña, con grave perjuicio de los intereses nacionales, y se reunió varias veces con un alto ejecutivo de la compañía encargado de negociar y repartir los sobornos en el Perú. A esto se suma nueva información comprometedora sobre las consultorías de empresas ligadas a Kuczynski dadas a la cuestionada constructora brasileña cuando el actual mandatario era ministro. Pero las denuncias no se limitan a Odebrecht. También se le acusa de haber beneficiado como ministro al consorcio Camisea, que explota y comercializa los principales yacimientos de gas del país. Como sabéis, hace poco mas de mes por sus vínculos con Odebrecht que había mantenido ocultos, estuvo a punto de ser destituido del cargo por el Congreso, cuando se le acusó de haber hecho ‘negocios’ con la constructora brasileña cuando era ministro de Toledo a través de una empresa de consultoría financiera de su propiedad -Westfiled Capital- y de una segunda compañía -First Capital- de un socio suyo. Por esos negociados, ambas empresas fantasmas ligadas a Kuczynski recibieron cerca de cinco millones de dólares, el cual no pudo dar explicaciones convincentes sobre esas relaciones de negocios y el claro conflicto de intereses que representan, pero se salvó de la destitución luego de negociar el apoyo tanto de un sector disidente de la mayoritaria bancada fujimorista - a cambio de lo cual otorgó el indulto al despreciable genocida Kenyo Fujimori, condenado en un proceso ejemplar a 25 años por Crímenes de Lesa Humanidad y corrupción - como de ciertos parásitos de la llamada ‘izquierda’(?) liderada por Verónika Mendoza, quienes con su cobarde abstención blindaron al corrupto. Esta vergonzosa maniobra para evitar ser vacado por el Congreso ha desatado una grave crisis política y social. La situación de Kuczynski queda más comprometida al revelarse las reuniones que siendo ministro tuvo con Jorge Barata, quien fue director de Odebrecht en el Perú y estuvo encargado de negociar y repartir sobornos en el país. Fueron cinco encuentros de Kuczynski con Barata, entre noviembre del 2004 y mayo del 2005, cuando PPK era presidente del Consejo de Ministros. La primera reunión fue el 19 de noviembre de ese año. Meses antes, Westfield Capital había firmado su primer contrato de consultoría con Odebrecht. En mayo del 2005, días después de otra reunión de Kuczynski con Barata, el gobierno aprobó avalar un préstamo de la Corporación Andina de Fomento por 77 millones de dólares para el proyecto de irrigación Olmos ejecutado por Odebrecht y para el cual Westfield Capital hacía una consultoría financiera. En el período que se dieron estas reuniones se armó el proceso para la licitación para la carretera interoceánica que obtuvo Odebrecht, previo pago de un soborno a Kuczynski según ha confesado la propia empresa. El Consejo de Ministros que presidía PPK dio sospechosamente en tiempo record una serie de normas para allanarle el camino a la constructora brasileña para hacerse con esa obra, la que finalmente obtuvo en agosto del 2005. Pero los problemas para Kuczynski, quien en el pasado ha sido denunciado reiteradas veces de utilizar sus cargos públicos para favorecer intereses privados como buen lobbysta que es, van más allá de Odebrecht. Siendo PPK presidente del Consejo de Ministros, el gobierno le entregó al consorcio Camisea, que explota los principales yacimientos de gas del país, sin licitación y sin costo alguno la explotación de un lote de gas que ya había sido explorado y tenía reservas probadas. Coincidentemente, antes de ser nombrado ministro, Kuczynski había sido consultor de la petrolera Hunt Oil, integrante del consorcio Camisea. Westfield Capital dio asesoría a Transportadora de Gas del Perú (TGP), encargada de transportar y comercializar el gas de Camisea. Y desde el gobierno, PPK tuvo un rol clave para cambiar ilegalmente los contratos entre el Estado y Camisea para favorecer la exportación sin necesidad de asegurar primera el abastecimiento interno, un gran negocio tanto para la empresa comercializadora de gas, como para el propio Kuczynski. Pero aun hay mas, el Banco de Crédito del Perú (BCP) entregó a la Fiscalía y a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) un reporte con más de 140 movimientos bancarios de Pedro Pablo Kuczynski, que comprueba fehacientemente y sin lugar a dudas que si recibió pagos ilegales de Odebrecht y otras empresas privadas, Los sospechosos movimientos involucran a la empresa fantasma de PPK, Westfield Capital, la de su socio y amigo Gerardo Sepúlveda, First Capital, la brasileña Odebrecht y otras compañías privadas que Kuczynski dirigió o asesoró. Esta práctica de pasar del sector público al privado y viceversa en reiteradas ocasiones, que le proporcionaron suculentas e ilegales ganancias a costa del Estado lo ha puesto una vez mas contra las cuerdas, especialmente porque las empresas que asesoró ganaron millones de soles con el Estado cuando Kuczynski formaba parte del Consejo de Ministros y los sobornos que pagaron por ser favorecidos, terminaron en su bolsillo. El contrato por asesoría al consorcio TGP fue firmado en sociedad entre Westfield y el BCP en 2013, para que el citado consorcio pueda emitir bonos por US$ 350 millones. A ellos se sumó Apoyo Consultoría. Así lo confirmó el BCP, que informó al Congreso, sin precisar fechas, que "el Sr. Kuczynski fue incluido, en su calidad de presidente de Westfield Capital, como parte del equipo de trabajo en la etapa de propuesta para la asesoría a TGP". Durante esa asesoría, Westfield Capital ideó estructuras financieras para el citado consorcio. En la etapa de extracción del gas, PPK fue asesor de Hunt Oil, mientras que en la etapa de transporte de gas fue director de Tenaris, que se encargó de la provisión de tubos para el ducto. Así como ocurrió en el proyecto Trasvase Olmos, de Odebrecht, Westfield firmó los contratos, pero después fue reemplazado por la empresa de su amigo Sepúlveda, First Capital, quien cobró las millonarias comisiones, que terminaron en las cuentas de Kuczynski. No cabe duda que se trata de un típico caso de puerta giratoria entre la función pública y los negocios privados, de estar en ambos lados de la mesa para negociar, con resultados siempre favorables a sus intereses privados y contrarios al Estado. Ahora, está en graves problemas por esa práctica y en los pasillos del Parlamento se ha vuelto a escuchar la palabra destitución, tras la presentación de dos pedidos de vacancia presidencial en el Congreso que serán tramitados a la brevedad posible y que pasara al Pleno para su aprobación. Existen los votos para que sea cesado en esta ocasión y ni los tránsfugas que se fueron con Kenji Fujimori podrán salvarlo de ser ignominiosamente destituido. Kuczynski debe responder por sus delitos ante la justicia :)
