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martes, 24 de diciembre de 2024

CERDÍCOLIS: El puerco para quemar en Año Nuevo

Se trata de un repugnante espécimen de lo más sucio y desagradable, que tiene a Lima convertida en un chiquero porque de seguro cree que se trata de su propia pocilga. Nos referimos obviamente al impresentable Rafael López Aliaga (alias Porky, por su descomunal gordura), quien al frente de la alcaldía de Lima, no ha hecho absolutamente nada por ella, indiferente a como se degrada día a día en medio de la inmundicia, el caos y la delincuencia que la han convertido en una de las ciudades más peligrosas del mundo y donde la vida no vale nada. No es de extrañar por ello, que entre todos los detestables personajes que “destacaron” este año que se va, sea el favorito para ser quemado en forma de muñeco la noche del 31 de diciembre, con su inmensa panza rellena de basura, en la cual le gusta revolcarse como el puerco que es. “Es tan gordo que es pura grasa y ni siquiera sirve para hacer con él un chancho al palo” declaró a Perú 21 un apresurado comprador en el mercado informal de Mesa Redonda mientras llevaba uno de esos muñecos. Como sabéis, en el país andino existe la tradición de despedirse de la Navidad y recibir el Año Nuevo con sus cábalas y costumbres, para dar la bienvenida a un año lleno de prosperidad y como un nuevo comienzo. Por ello, muchas personas optan por quemar un muñeco en medio de la calle en Año Nuevo justo cuando el reloj marca las 00:00 horas, pero ¿cuál es el significado de esta tradición? Realizar la quema de muñecos es considerada como un ritual, que proviene de la antigua Grecia. En efecto, la tradición dictaba que un rey sagrado debía morir al final de su mandato. Entonces construían una gran figura de madera, que simbolizaba al dignatario, para que fuera quemada. Esto representaba el final de su mandato. En ese sentido, una estatua de madera del héroe de la mitología griega Hércules fue hallada en el mar Jónico (un brazo del Mar Mediterráneo) para ser llevada luego a un templo en Eritrea. Esto sería una prueba de que las estatuas de los reyes sagrados siguieron siendo quemadas por varios siglos. Aun luego de haberse abolido la tradición de sacrificar al mismo rey en persona. Por otro lado, la madera de acebuche, material con el que se fabricaban estas estatuas antes de ser quemadas, representaba al Año Nuevo cuando el rey nuevo comenzaba su mandato expulsando a los espíritus del año viejo. La persona encargada de iniciar el fuego representaba al futuro sucesor del rey que gobernará en el nuevo periodo. Con el pasar del tiempo, esta costumbre se fue extendiendo por diversos lugares de Europa hasta llegar a España. Así se fue mezclando con otras tradiciones paganas del Viejo Continente como las Saturnales de Roma y rituales celtas, llegando a América tras la conquista española. Para muchos, esta acción representa dejar todo lo malo en el pasado para que solo cosas buenas y nuevas lleguen a sus vidas, con el único deseo de que los siguientes 365 días sean mejores que los anteriores. Realizar la quema de muñecos también considerado como una práctica de purificación para poder reiniciar. Los muñecos son armados con ropa vieja y son rellenados con aserrín, papel periódico, basura y cualquier cosa que se pueda quemar. Al final, poco antes de la medianoche, algunos lo bañan con algún tipo de combustible para facilitar el encendido. Pero también hay de los que prefieren ir a comprar uno al mercado de su localidad, en las tiendas especializadas. Estas suelen tener los rostros de los principales personajes que tuvo el país a lo largo del año, que incluye artistas, deportistas y, sobre todo, políticos. Este año, Porky es el favorito para ser quemado - luego de ser apaleado y agarrado a patadas antes de quemarlo - por su absoluta incapacidad al frente de la alcaldía de Lima, convertida en un asco total, y que pretende denigrarla hasta el infinito con la “donación” por parte de los EE.UU. de vetustos trenes viejos y oxidados de hace 40 años y sacados de algún patio de chatarras, que van a contaminar aún más el ya de por si irrespirable aire de la ciudad. Por cierto, la costumbre indica que cada muñeco debe tener un “testamento” o escritura que es realizada por cada participante de la quema de muñecos. En esta se puede leer lo malo que ha vivido esa persona en los meses pasados y cómo quisiera que sea el nuevo año que inicia. Pero por más que algunos sigan fascinados con esta práctica y la realicen año tras año, cabe precisar que la misma tiene miles de años de haberse instaurado en la psiquis de la humanidad. Y a pesar de las advertencias por los problemas que causa al medioambiente, todo parece indicar que en la noche de este 31 de diciembre los peruanos serán testigos de miles muñecos quemados por todo el país. Y Porky, el primero de ellos... A por él.
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