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martes, 10 de diciembre de 2024

CRÓNICAS DEL HORROR: Edith Lagos, icono de la muerte

Tras 42 años de su eliminación en un enfrentamiento con las fuerzas del orden, la terrorista Edith Lagos sigue siendo “idolatrada” por sus secuaces y no falto mucho para que el Ministerio de Cultura durante el infausto régimen filosenderista de Pedro Castillo haya pensado financiar alguna película sobre la vida de esta delincuente (tal como se hizo con otro despreciable asesino como Hugo Blanco y que denunciamos en su momento). Como olvidar al impresentable premier castillista Guido Bellido quien ensalzó su figura en el Congreso y la consideró “como un modelo a seguir” (?). Cabe precisar que Lagos fue integrante de Sendero Luminoso siendo parte de una familia con recursos económicos. ¿Qué hizo que tomara el camino de la subversión? No olvidemos el adoctrinamiento de los jóvenes en los años previos a la época del terrorismo. Edith Lagos Sáez nació en Ayacucho el 7 de noviembre de 1962. A los 17 años se mudó a Lima para estudiar derecho en la universidad San Martín de Porres; sin embargo, dejó la carrera para volver a su tierra natal y sumarse a las filas de Sendero Luminoso. El 24 de diciembre de 1980, a siete meses de iniciada la lucha armada senderista, fue capturada mientras transitaba por Huamanga, camino a un concurso de baile por navidad. Hasta ese momento se desconocía su rol dentro de la organización terrorista, pero pronto se informó sobre su activa participación en luchas estudiantiles y diferentes atentados violentos en Ayacucho. Tras su captura, Edith Lagos fue trasladada a Lima y luego retornó a Ayacucho para ser encarcelada en Huamanga. Durante su tiempo de encierro participó en tareas proselitistas junto a Carlota Tello, otra terrorista de Sendero Luminoso. En este periodo también empezó a escribir poemas y obtuvo reconocimientos por sus composiciones, lo que ayudó a crear la imagen de “poeta encarcelada”. Dado que PCP-SL era un fenómeno todavía desconocido, la captura de Edith Lagos despertó mucha curiosidad. Varios informes y recopilaciones periodísticas señalan que esto “cimentaba su leyenda y su recuerdo difuso se expandía como un rumor popular, creando prontamente una imagen idealizada de la joven”. Mucho habría contado la presencia comunista en el magisterio e incluso en la Iglesia Católica (en la cual por cierto, aún está presente, con el impresentable Arzobispo de Lima a la cabeza). Tras ocurrir su fuga de una cárcel en Ayacucho en marzo de 1982, propiciada por un comando terrorista entre los que estaba Lagos, Tello y más de 70 reos senderistas, su accionar terrorista no duró mucho. El tres de septiembre de ese mismo año, la joven que tenía 20 años fue abatida en un tiroteo en la zona de Umaca cuando se disponía a tender una emboscada a una patrulla, junto a quien años mar tarde sería nada menos que Ministro del Interior con Pedro Castillo, quien la abandono a su suerte cobardemente para salvar el pellejo. Las circunstancias de su muerte, unido a su corta edad, su fanatismo ideológico y sangre fría para cometer sus execrables crímenes, la convirtieron rápidamente en una “heroína” para ese grupo terrorista, unida a la estúpida decisión del corrupto (des)gobierno de Fernando Belaunde Terry al permitir que tenga un entierro en Ayacucho - base de Sendero Luminoso - el cual como podéis imaginar fue multitudinario, cuyos asistentes vociferaban a voz en cuello expresiones subversivas como “¡Ni olvido ni perdón!” y “¡La sangre derramada jamás será olvidada!” (exactamente tal como hacen ahora los seguidores de Castillo, demostrando que son de la misma calaña), convirtiéndola por torpeza del régimen belaundista, en “un ejemplo a seguir” por esa banda de asesinos. Como podéis imaginar, esta nauseabunda ceremonia “sirvió” a las huestes terroristas para levantar un mito, farsa en la que participó incluso un obispo que ofició una misa de cuerpo presente, tras la cual el féretro de la terrorista - vestida con un uniforme verde oliva y una boina roja, con su ataúd cubierto con la bandera con la hoz y el martillo - fuera paseado cual procesión ante la inacción de las autoridades, un acto que los terroristas negaban a sus víctimas, a quienes como recordareis, luego de ametrallarlos hacían volar por los aires al colocarles dinamita debajo de sus cuerpos. Tal llego a ser la admiración por esta asesina que origino que en las ferias dominicales de aquella época - y que habitualmente se realizan en las sierras del Perú - era ofrecida una estatuilla de Lagos, presentada cual Diana la Cazadora, de pie junto a un árbol, vestida como guerrillera y cargando una metralleta. (Precisamente, el por entonces director de Caretas - el hoy desaparecido Enrique Zileri - poseía una de esas imágenes y presumía de ello, publicándolo en una ocasión en su revista. Por cierto, tengo dicho número donde se aprecia dicha escultura, lamentablemente en una fotografía en blanco y negro. Tras su muerte no se sabe si su hijo aun la conserva, aunque no sería mala idea que la “donara” al Museo del Terror de Sendero Luminoso, la colección privada de “arte senderista” que perteneció a Abimael Guzmán y que la policía conserva como un preciado trofeo en su sede de la Avenida España). Como podéis imaginar, la muerte de Lagos fue motivo de incluso comisiones investigadoras en el Congreso de aquel entonces con la complicidad de diputados y senadores comunistas, quienes siempre han actuado como quintacolumnistas de los grupos terroristas y sus más encarnizados defensores, demostrando con ello su complicidad con esas bandas de asesinos. Incluso tras su muerte, SL siguió ejecutando una planificada campaña para construir en Edith Lagos la imagen de una “guerrillera universitaria que buscaba la justicia”. “Una Micaela Bastidas revolucionaria”, “una María Parado de Bellido maoísta”. Dedicaron poemas y canciones a las “hazañas” de la ‘comandante Lagos’. En tanto, la prensa y pseudo ‘investigadores’ autodenominados “senderologos”, ayudaron a construir una imagen idealizada de esta terrorista, ocultando el hecho que en realidad se trató de una vulgar asesina. En tanto, el corrupto (des)gobierno belaundista, partidos políticos y la sociedad civil rehuyeron su tarea política para denunciar los crímenes de Sendero Luminoso y prefirieron guardar un silencio cómplice. Hoy, los peruanos siguen pagando las consecuencias de esa estúpida inocencia. Lo que sucedió luego es parte de la historia que la cuestionadísima y desacreditada “Comisión de la verdad y reconciliación” (CVR) cuenta a su manera tergiversando groseramente los hechos, para lo cual estos parásitos caviares son especialistas. Ello ha dado pie para que años posteriores los terroristas sean “santificados” “victimizados” y considerados “luchadores sociales” (?) mientras quienes los combatieron, valerosos integrantes de las Fuerzas del Orden que dieron su vida en defensa de la Patria, sean calificados por estos bastardos como “asesinos” y “violadores de los derechos humanos” ¿Cómo pueden ser tan miserables? Como sabéis, Sendero Luminoso asesinó y asoló cientos de poblados andinos asesinando salvajemente a quienes consideraba sus enemigos, zonas donde coincidentemente en las fraudulentas elecciones del 2021 “arrasó” el comunista Castillo (con la desvergonzada ayuda del JNE, donde "obtuvo” nada menos que el 100% de los votos. ¿Qué pasó tras casi 4 décadas de inacción oficial? De nuevo el adoctrinamiento y el copamiento del Estado durante el régimen del burro chotano han permitido que el comunismo tras ser derrotado militarmente, vuelva a aparecer en “un recodo del camino”. No es de extrañar que la zona cocalera del VRAE - ubicado en la selva amazónica y de difícil acceso para la Policía y las FF.AA.- sea hoy “bastión” del narcoterrorismo, en lo que se metamorfoseo Sendero Luminoso tras la captura de Guzmán y la cúpula senderista en 1992 y donde los hijos de los terroristas son la nueva ‘camada’ senderista. ¿Será el lugar donde se inicie por segunda vez “la lucha armada” (léase terrorismo)? ¿A qué espera el Estado para acabar de una vez por todas con ese reducto terrorista? ¿Se repetirá la misma situación que en los 70s, años de los preparativos subversivos? Desgraciadamente la memoria colectiva de los peruanos es frágil y cobarde, prefiriendo olvidar el pasado, lo cual permitió que Sendero accediera al poder con Castillo en el 2021 y hoy pretenda repetirlo con Humala - u otro candidato radical, si este queda fuera definitivamente - en el 2026. Esperemos que no sea tarde para combatirlo ya no solo militarmente sino en todos los campos, incluyendo el ideológico y el cultural. Por cierto, en cuanto a la tumba de Edith Lagos, esta fue dinamitada tres veces por el comando paramilitar aprista Rodrigo Franco, durante el hiperinflacionario y caótico (des)gobierno de Alan García, responsable de un genocidio en 1986 que trataremos a continuación (Próximo capítulo: La masacre de El Frontón)
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