En esta ocasión, quisiera hacer un paréntesis y referirme a un hecho que me afecta personalmente. Como sabéis, el atentado terrorista cometido el jueves por ISIS en el centro de Barcelona, demuestra que a pesar de encontrarse en vías de extinción - producto de los demoledores golpes propinados por la aviación rusa en Siria, quienes con sus quirúrgicos bombardeos pulverizo no solo su ilusorio califato, sino que liquido a Abu Bakr al-Baghdadi cabecilla de la banda asesina y conocido agente del Mossad israelí, cuyo cadáver fue mostrado por la televisión iraní entre las ruinas de su guarida - esta bestia sionista sigue siendo sin lugar a dudas una amenaza contra la paz y la seguridad mundiales, debido a los remanentes que huyen tanto de Siria como de Irak para escapar del justo castigo por sus abominables crímenes cometidos, los cuales con la complicidad de los gobiernos europeos - sumisos ante los intereses de los EE.UU. - ingresan al viejo continente como ‘refugiados’ listos para desatar el terror entre los ‘cruzados’ tal como sucedió en Barcelona. Estos asesinos actuaron en la ciudad condal como podrían haberlo hecho en cualquier otra, demostrando un salvajismo que tristemente los han hecho conocidos, que dejo como saldo 14 muertos y más de 100 heridos. Este ataque se inscribe, ciertamente, en la cadena de atentados que empezó el 16 de mayo de 2003 en Casablanca, Marruecos (45 muertos), siguió con las explosiones del 11 de marzo de 2004 en el Metro de Madrid (192 muertos y más de dos mil heridos) y continuó con una acción similar en los transportes públicos londinenses perpetrado el 7 de julio del año siguiente (56 muertos y 700 heridos). En la década pasada, el accionar de grupos terroristas en países europeos o aliados de Occidente tenía como telón de fondo la incursión bélica de Washington y sus socios en Irak. Esta invasión organizada por el Criminal de Guerra George W. Bush que tuvo como objetivo de apoderarse de sus ingentes recursos de gas y petróleo para colocarlos bajo control de petroleras estadounidenses - donde ‘coincidentemente’ es uno de los accionistas mayoritarios - creó el terreno fértil para el surgimiento de nuevas organizaciones fundamentalistas, más violentas que Al Qaeda, creadas y financiadas tanto por los EE.UU. y Arabia Saudita, para desatar el caos, la violencia y el terror, para ‘justificar’ el intervencionismo estadounidense en tan estratégica región. Así ‘nacieron’ ISIS, Al Nusra y otras organizaciones criminales conformadas por mercenarios - como la misma Al Qaeda - entrenados en Jordania y Turquía por agentes de la CIA y el Mossad para combatir a los gobiernos considerados ‘enemigos’ de Washington, proporcionándoles ingente cantidad de armas y municiones, tal como lo reconoció la propia Hillary Clinton: “Nosotros creamos a ISIS, Al Qaeda y otras organizaciones para que trabajen en nuestro beneficio” indico en una entrevista concedida al medio digital The Atlantic el 10 de diciembre del 2014. De todos ellos,ISIS, el más sangriento y radical de todos, el cual se caracterizo no sólo por ocupar militarmente territorios de variante extensión en Irak, Siria e incluso Egipto, sino también por reclutar a muchos de sus integrantes entre hijos de inmigrantes musulmanes nacidos en Europa. Así, una buena parte de los atentados realizados en la década en curso (París, 7 de enero y 13 de noviembre de 2015, Bruselas; 22 de marzo de 2016; Niza, 14 de julio de 2016) e incluso el de Barcelona han sido perpetrados por estos criminales, que luego de retornar tanto de Siria como de Irak donde una vez que cometieron monstruosos crímenes, regresaban a Europa como ‘refugiados’ para poner en practica todo lo ‘aprendido’. Con el colapso del grupo terrorista en el Medio Oriente, los recién llegados intentan reorganizarse como células autónomas, para atacar a los ‘cruzados’ en sus propias ciudades, tratando inútilmente de mantener viva a la siniestra organización con sus sangrientos atentados, pero su derrota es irreversible. Si bien ISIS esta herida de muerte, la amenaza que aún representa no puede ser pasada por alto, ya que como podéis notar, sus comandos asesinos cual lobos solitarios, aún pueden actuar en cualquier ciudad del mundo. Para exterminarla completamente no solo basta con liquidar a los que quedan, sino que la comunidad internacional debe actuar firmemente contra los países que los financian, es decir EE.UU., Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, ya que de lo contrario, volverá con otro nombre, tal como lo 'deslizó' recientemente el jefe de la CIA. De la misma manera, es imprescindible expulsar en masa a todos los ‘refugiados’ e ‘inmigrantes’ de Europa ya que son terroristas en potencia, derribar sus mezquitas y prohibir el Islam. O son ellos o nosotros. No hay término medio. Ha llegado el momento de hacerlo de manera rápida y efectiva ya que no hay tiempo que perder. A ver si se enteran: ¡NO LES TENEMOS MIEDO! :)
