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sábado, 11 de agosto de 2018

PERÚ: Crónica de un país en descomposición

Venga ya, pareciera que todas las plagas del Apocalipsis han caído de golpe sobre este atribulado país, sacudido por graves denuncias sobre escandalosos casos de corrupción que dejan al descubierto la abyecta podredumbre en la que se desenvuelve la justicia y la clase política peruana y que se dan a conocer diariamente a través de los llamados ‘Audios de la Vergüenza’ que nos muestran la verdadera cara de sus protagonistas. Ha pasado poco más de un mes desde que comenzaron a darse a conocer los primeros audios y todo parece indicar que va a pasar mucho tiempo más para saber el contenido de las restantes. Al respecto, quisiera ceder mi lugar esta semana a Gustavo Gorriti, quien nos da a conocer los pormenores de cómo se inicio todo, el cual presento entrecomillado claro esta ¿vale?: “Hace un mes, en la madrugada del sábado 7 de julio, luego de unas jornadas ultramaratónicas de trabajo, IDL-Reporteros, la publicación digital de periodismo de investigación que dirijo, publicó el primer artículo, “Corte y corrupción”, de una serie investigativa que en los días siguientes alcanzó formidable resonancia y profundo efecto en el país. Ahora puedo contarles, pasado el primer mes de publicaciones, cómo y bajo qué circunstancias se hizo el trabajo de investigación. ¿Cómo la empezamos? De la misma manera que muchas otras investigaciones periodísticas (algunas paradigmáticas, otras meramente importantes) en el mundo: una o muchas fuentes anónimas nos hicieron llegar una cantidad tremenda de audios: Miles de ellos. ¿Se trataba de un tesoro informativo? No lo supimos al principio, porque el material nos llegó crudo. Crudo de verdad. Imaginen una biblioteca sin fichero o pantallas de búsqueda; o una multitud de audios sin organización, ni clasificación ni etiquetado. Sin nada que se asemeje a una base de datos o un motor de búsqueda que permita establecer relaciones o encontrar datos específicos dentro del material. Pero bastaron algunas escuchas para que supiéramos del gran potencial investigativo que tenía el material, de su carácter secreto y, sobre todo, que no documentaba una investigación concluida sino una en pleno y sigiloso desarrollo. Esa circunstancia definió nuestro método investigativo, una vez que se tomó la decisión de emprender el reportaje. Nos obligó a trabajar con la mayor discreción posible, a extremar precauciones para mantener la reserva. Significó que los periodistas encargados de escuchar y analizar los audios fueran pocos y que las averiguaciones adicionales que las escuchas nos obligaban a realizar, tuvieran que hacerse en forma muy discreta. IDL-Reporteros contó desde el principio con la ayuda experta del área de Justicia Viva, de IDL, cuyo conocimiento del sistema judicial acortó mucho el proceso de identificar a las personas y su entorno. A partir de eso, pudimos entrever primero e ilustrar después, a los personajes, sus relaciones, sus métodos y el carácter de su organización. Los días se hicieron semanas de escuchar, seguir escuchando y escuchar más. De describir primero a los personajes e ilustrar luego las articulaciones entre ellos. Fue un trabajo de una monotonía a veces abrumadora, que eventualmente producía dramáticos resultados. Representaba adentrarse en un mundo, a veces repulsivo, otras fascinante, que se describía involuntariamente a sí mismo con sus voces, sus palabras y giros. Los personajes contaban sus miserias con sus propios y limitados modos expresivos, algunos muy lumpenescos. No eran descripciones detalladas sino menciones episódicas, unas más indicativas que otras, que precisábamos conectar con hechos. Con cierta frecuencia, había que forzarse a recordar que esos protagonistas eran jueces superiores, consejeros del CNM, de la Corte Suprema y la Fiscalía. El tope del sistema de justicia peruano, en suma. Habíamos avanzado mucho, pero nos faltaba todavía mucho por escuchar cuando vimos que era necesario adelantar la publicación. No puedo decir exactamente cómo, pero el examen del material y otras averiguaciones nos hizo suponer que los principales individuos investigados - que detentaban gran parte del poder en el sistema de justicia peruano - parecían haberse percatado de la vigilancia sobre ellos. Decidimos entonces publicar lo que teníamos avanzado sin esperar, como hubiéramos hecho en otra circunstancia, a escuchar todos los audios, clasificar la información y programar a partir de ello una secuencia completa de publicación. El esfuerzo por incluir material que fuera lo más significativo posible estiró las jornadas de trabajo hasta rozar el límite de resistencia de los periodistas. Fue un trabajo formidable que saltó a la luz pública por primera vez hace un mes exacto. Los días y semanas siguientes multiplicaron su exigencia. Proseguimos escuchando los audios, avanzando con mayor rapidez, gracias a la información ya acumulada, que señalaba nuevas vetas y marcaba pistas. Pero había que seguir publicando con una secuencia coherente e impactante. Y apenas unos días después surgió otro frente: la necesidad de defender la investigación de quienes intentaron cortarla. ¿De dónde vino el ataque? De los sectores investigados, por supuesto. A nadie queda duda que ‘la Señora K’ (Keiko Fujimori) y la mafia aprofujimorista que controla el Congreso han hecho todo lo posible para torpedear nuestra labor, sin conseguirlo: La incursión fallida en IDL de un fiscal y policías enviados por la fiscal Norah Córdova sin ningún documento ni orden legal; la ‘convocatoria’ a una comisión del Congreso para intentar obligarnos a revelar nuestras fuentes; la intimación amenazante del fiscal supremo de Control Interno, el aprista Víctor Raúl Rodríguez Monteza, para que le entreguemos nuestro material y delatemos nuestras fuentes. A ello debemos agregar la campaña orquestada en los medios ligados a la mafia atacándonos sin pausa alguna, tratando de desacreditar las denuncias. Todos resultaron teniendo motivos propios: el esposo de Norah Córdova, César Serrano, figura en los audios en una charla poco edificante con César Hinostroza. Rodríguez Monteza aparece tanto en audios como en fotos de la investigación; y por lo menos dos congresistas, Héctor Becerril y Mauricio Mulder, figuran también en los audios. En el caso de Becerril, los audios aumentan evidencias previas de intromisión en el Consejo Nacional de la Magistratura. Pero sobre todos los implicados, aparece omnipresente la figura de la “Señora K” o sea Keiko Fujimori, cabecilla de una siniestra organización delictiva. Nos defendimos con energía, y pronto se sumó a nosotros una solidaridad masiva, acompañada de una indignación tan grande, que definió el curso de los acontecimientos en julio. Todos los medios cubrieron el tema. Algunos avanzaron con calidad profesional la investigación. Poco después, de fuentes a lo que se ve diversas, copias de los audios fueron entregadas a otros medios y cada uno los utilizó a su manera: unos con un manejo responsable y corroborativo, que sacó información relevante. Otros con desprecio de la ética periodística, revelando asuntos privados en los que el daño injusto a las personas involucradas es mucho mayor que cualquier interés público. Eso es lo que quisimos y logramos evitar hasta que la promiscua proliferación de audios descontroló la cobertura, parte de la cual terminó en medios ligados a intereses corruptos. Lamentablemente, hasta la primera semana de agosto, los resultados han sido poco halagadores: apenas se consiguió la detención preventiva de algunos involucrados de medio pelo (no de los importantes como ‘la Señora K’ y ‘AGP’ que increíblemente, siguen gozando de impunidad hasta el momento) con el agravante que uno de los ‘protagonistas’ en los audios - César Hinostroza - sigue libre y solo ha sido ‘separado’ momentáneamente de sus funciones en la Corte Suprema para ser ‘investigado’ dentro de las prerrogativas de su fuero por lo que puede escapar del país en cualquier momento; similar situación es la de uno de sus cómplices - Duberlí Rodríguez - quien solo renuncio a la presidencia del Poder Judicial, pero que no ha sido arrestado; A ello debemos agregar la ‘destitución’ (luego de varias renuncias) de todos los consejeros del CNM, una medida hecha para las cámaras y sin ningún valor real. Finalmente, y como era de esperar, el improvisado Martín Vizcarra quiso aprovechar la situación para subir en las encuestas, ofreciendo en su mensaje del 28 de julio un insulso referéndum y propuso además una serie de reformas para ‘enfrentar’ la corrupción. La reacción de la mafia ante ese anuncio no se hizo esperar desde los primeros días de agosto y mientras un angustiado Pedro Chávarry intenta sobrevivir en su cargo en la fiscalía de la Nación, otros tratan de desacreditar y, si pueden, desbaratar el avance de la investigación sobre la trama Odebrecht destituyendo a fiscales que no están alineados con ellos. Entienden, por supuesto, que si continúa el progreso del caso - que probablemente reciba una avalancha de información - saldrá a la luz reveladoras pruebas que comprometan a sus líderes corruptos y no solo a los secundarios como sucede hasta el momento. Hay que reconocer que entre esos fiscales destituidos existen quienes sospechosamente no han hecho prácticamente nada para acelerar la extradición del prófugo Alejandro Toledo, quien veranea en la Florida burlándose de la justicia. A ellos hay que investigarlos y sancionarlos por su evidente parcialidad, pero eso no significa que Pedro Chávarry tenga una moral acrisolada. Ni mucho menos. La responsabilidad de unos no ‘limpia’ a otros. Agosto será por ello un mes de pugnas, de definiciones en múltiples batallas internas, con un riesgo real de retroceso en el progreso alcanzado pero, a la vez, con la perspectiva y la probabilidad de avances decisivos en Septiembre y Octubre que podrán representar logros sustantivos y ojala que perdurables en la lucha contra la corrupción en el Perú” puntualiza la nota. Venga ya, a pesar de estar de acuerdo con la mayor parte de sus apreciaciones, creo que Gorriti peca de ingenuo al creer que la tan ansiada reforma del Poder Judicial se va a realizar precisamente por quienes - como el mismo Vizcarra - están involucrados en sonados casos de corrupción y que por consiguiente serán juez y parte de un proceso que nace viciado de raíz. ¿Donde esta la seriedad en ello? :(
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