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sábado, 13 de junio de 2020

PERÚ: La manipulación de los muertos

Otro de los graves delitos por el que Vizcarra y sus secuaces tendrán que responder en un futuro cercano ante los tribunales es el ocultamiento del número real de muertos en el país andino como consecuencia del Coronavirus, ya que como producto de su improvisación, incompetencia e incapacidad - así como de los escandalosos negociados en la compra de aviones Antonov a precios sobrevalorados a Ucrania; financiando películas sobre aquel terrorista, asesino y torturador de policías Hugo Blanco; regalando dinero al Grupo El Comercio a través del Plan Reactiva para evitar su quiebra; y manteniendo con jugosos sueldos en la plana del Estado a parásitos sin oficio ni beneficio como el tal “Richard Swing” en lugar de destinar esos millones dilapidados alegremente, en equipar hospitales y centros de salud que se encuentran colapsados y carentes de todo - es el triple de los que se anuncia “oficialmente”. En efecto, se trata de un secreto a voces que ya se conocía desde hace semanas atrás y que fue denunciado por importantes medios internacionales como The Economist, Financial Times y The New York Times, desnudando en toda su miseria a la podredumbre del vizcarrismo, que la prensa venal y vendida a Palacio (como El Comercio y La República que sobreviven gracias a la publicidad estatal ya que están prácticamente quebrados), intento ocultar infructuosamente, pero al final todo se ha llegado a saber. Como recordareis, a principios de mayo, dichos medios publicaron una serie de reportajes en las cuales dieron a conocer que de la forma más ruin y miserable, Vizcarra en sus largos y soporíferos monólogos que son una invitación al sueño, no daba cuenta de todos los fallecidos por el Covid-19, limitándose a dar una cifra muy alejada de la realidad. Para nadie es un secreto que Perú figura entre los principales países de América Latina que registra los números más negros a consecuencia del Coronavirus, Esta trágica realidad no pasó desapercibida para The New York Times, que incluyó al país en su análisis titulado Latin America’s Outbreaks Now Rival Europe’s. But Its Options Are Worse (Los brotes de América Latina ahora compiten con los de Europa, pero las perspectivas son peores): “Las muertes se duplicaron en Lima y rivalizan con el peor mes de la pandemia en París”, se puede leer al inicio del artículo. “A medida que las muertes por el Coronavirus disminuyeron en Nueva York y en las capitales europeas, una devastadora ola ha golpeado a ciudades en América Latina, especialmente Lima, que compite con los peores brotes del mundo. Aunque las catástrofes en Europa y EE.UU. fueron monitoreadas de cerca, y se desarrollaron bajo un gran escrutinio mediático, gran parte del dolor de América Latina se despliega lejos de los medios, con gobiernos que no quieren ofrecer una cuenta íntegra de las muertes causadas por su negligencia. En América Latina - especialmente en el Perú - la pandemia ha empeorado debido a hospitales con fondos insuficientes, magros sistemas de apoyo, una economía en ruinas y con muchos menos recursos que en Europa o EE.UU. Las carreteras peruanas se llenaron con la mayor ola de migración interna en años, cuando la gente huyó al campo al desaparecer los empleos y el nulo apoyo del gobierno. Así, decenas de miles se han visto obligados a caminar de regreso a sus lugares de origen diseminando el virus hasta en los poblados mas alejados y remotos que no cuentan con ningún servicio de salud, por lo que el número de muertos seguirá incrementándose sustantivamente, aunque no aparecerán en los reportes oficiales, cuyas cifras han dejado de ser creíbles hace mucho” sostiene el diario. “El aumento en muertes ha obligado a los hospitales peruanos a apilar los cadáveres al aire libre y en bolsas de basura. Otros hospitales atienden a sus pacientes en la vía pública porque no tienen camas suficientes. Muchos han muerto así abandonados debido además a la severa escasez de tanques de oxígeno. En general, las 6200 muertes ‘oficiales’ que tuvo Lima en abril, es más del doble de su promedio histórico para ese periodo de tiempo, igualando a grandes rasgos la mortalidad de París en su peor mes de pandemia, con la diferencia que al ocultar el gobierno peruano el número efectivo de fallecidos - ya que solo toma en cuenta a los fallecidos en los hospitales - supera ampliamente a lo ocurridos en la capital francesa” asevero. A su turno, Financial Times afirmo que “el Perú tiene más del triple de muertos adicionales a los que reconoce el gobierno y es el país en el mundo donde el Covid-19 ha golpeado con más fuerza que en otros debido a la informalidad de su economía y la pobreza generalizada de su población que los obliga a desafiar la cuarentena impuesta y la prohibición de salir de casa, para llevar comida para sus hijos, ya que en sus propias palabras ‘si no trabajan, no comen’ sin importarles si de esa manera expanden el virus en sus familias. Para tratar de contrarrestar aquello, el gobierno peruano recurrió a la formula populista de repartir míseros bonos y canastas de alimentos entre los mas pobres, pero no le ha dado resultado alguno, ya que no les ha llegado a quienes realmente lo necesitan, además que los alcaldes y otros funcionarios encargados de repartirlos, se quedaron con todo. Al incrementarse el número de muertos y ser inmanejable, el gobierno peruano recurrió a ocultar a la opinión publica cuantos realmente habían fallecido, dando a conocer únicamente una mínima fracción de los fallecidos” anotó el diario británico. Pero allí no queda todo, ya que esta semana, el País de España dio cuenta de que el Perú registra el mayor exceso de muertes en el mundo durante el Coronavirus, desmintiendo una vez más la versión oficial. “Durante la crisis sanitaria y la medición hecha por el medio entre principios de marzo y finales de mayo, Perú ha acumulado casi 13,000 muertes más de lo normal (exceso del 54%), de las que solo unas 3,000 se encontraban en ese momento relacionadas ‘oficialmente’ con el COVID-19. Sucede que el exceso de muertes es una de las mejores medidas del impacto de la pandemia. Resulta de un cálculo sencillo: comparar el número real de personas fallecidas en un determinado período, contabilizado en registros civiles y similares, con las muertes que se esperan en un año normal. No todos los países recogen estos datos cada mes, pero se han analizado una veintena en Europa y Latinoamérica. Las diferencias son importantes: los países que registran los peores excesos superan el 35% - como en el Perú - mientras que en Alemania o Islandia solo se ha detectado un repunte del 4%. Un patrón que se repite en muchos países es que el exceso de mortalidad observado es superior al número de muertes confirmadas por covid-19. Esto puede deberse a los retrasos en los registros civiles, pero también a que numerosas personas fallecen por la enfermedad sin que esto sea corroborado por los test y escapan de las cifras oficiales, por el que el número real de decesos por el virus es mucho mayor. A ello debemos agregar que en el caso peruano - que es el más patético de todos ya que su sistema de salud prácticamente no existe - las autoridades se niegan a dar a conocer la realidad y recurren a la mentira, intentando ocultar sus falencias. Desde finales de mayo, el foco de la pandemia está en América Latina, concentrándose específicamente en Brasil y Perú. En este último país ha acumulado a inicios de semana casi 15.000 muertes más de lo normal, de las que unas 5.000 están oficialmente relacionadas con el Coronavirus. Es un exceso que sobrepasa - en porcentaje - al de España, Italia o el Reino Unido, tres países europeos que han tenido los peores brotes. Para agravar las cosas, en Perú el virus sigue en expansión y las muertes continuarán. La gran ventaja de utilizar el exceso de fallecidos para comparar el impacto de la pandemia es que no está limitado por la capacidad de testar, ni sujeto a diferencias en los criterios clínicos de cada lugar, como sí ocurre con las cifras oficiales de fallecidos por COVID-19. Un análisis de la Comisión Europea ha identificado dos categorías de países según su forma de elaborar la estadística oficial de fallecidos por Coronavirus. Por un lado están los que basan sus cifras en la diagnosis médica e incluyen así casos sospechosos junto a confirmados con pruebas de laboratorio. Es lo que ocurre en Bélgica o Alemania, cuyos datos oficiales se acercan mucho más al exceso observado. En el otro grupo están los países que como España, Italia o el Reino Unido, solo suman a la estadística oficial de fallecidos por Coronavirus a personas que han dado positivo en un test PCR o similar. En esos países las muertes oficiales por COVID-19 no explican más que el 60% del exceso registrado. Estos datos son muy valiosos, aunque llegan con cierto retraso. Primero, porque la pandemia sigue activa y las cifras pueden seguir creciendo en muchos países. Pero también porque los registros de fallecimientos dan siempre una imagen ligeramente atrasada de lo que ha ocurrido. Además, las muertes se notifican recién tras unos días de sucedidas. Las verdaderas cifras se podrán conocer cuando se analice detalladamente las causas de las muertes registradas. De esta manera, los expertos podrán tener un panorama claro de los decesos en relación al COVID-19. En cuanto al Perú, no se vera una mejora de su situación ni a corto no a mediano plazo, ya que el recrudecimiento de la pandemia - producto de las erráticas decisiones tomadas por su gobierno - es inevitable, lo cual se agravara con medidas populistas tomadas irresponsablemente por cálculos políticos y que no son la solución al problema. Se trata de una estrategia fallida que ha colocado al Perú al filo del abismo” puntualiza la nota. Lapidario artículo que nos muestra el verdadero rostro del vizcarrismo, aquella que no solo ha destruido la economía a límites inimaginables -“logrando” además este viernes la cifra récord de 6308 fallecidos y 220,749 infectados, según datos oficiales que como sabéis, están muy alejados de la realidad - sino que también originara una violenta explosión social de los marginados de la sociedad que no ven mejora alguna en su situación y que arrasara con todo el orden establecido. Si ello finalmente ocurre, Vizcarra será el culpable del baño de sangre que se avecina :(
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