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martes, 9 de febrero de 2021

FUNERARIAS: El lucrativo negocio de la muerte

A diferencia de otras industrias, la funeraria ha sobrevivido todas las crisis. Y cómo siempre lucrando con el dolor humano y en plena contingencia del Covid 19, los costos de sus servicios funerarios aumentaron hasta la estratosfera en el Perú. En efecto, los mortuorios en los hospitales están llenos, hay extensas filas de carrozas fúnebres en los cementerios y los ataúdes forman torres en las funerarias, imágenes que generan desconcierto, asombro y dolor. Gerentes del rubro funerario afirman - frotándose las manos de gusto - que nunca se ha visto una situación similar a la generada por el nuevo Coronavirus. Como sabéis, en esta pandemia que desde el pasado año azota al país andino ante la incapacidad del improvisado (des)gobierno de turno, la velocidad con que la muerte llegó a hogares de miles de peruanos hizo que el rubro funerario multiplicara sus esfuerzos - y sus ganancias - para seguir atendiendo a estas familias en medio de la tragedia. Por ejemplo, desde Campo Fe afirman que nunca se ha vivido una situación similar a la de ahora: se triplicó el número de entierros en sus sedes tras conocerse la primera víctima mortal de la COVID-19 en el país en año pasado y desde entonces el número de muertos no deja de crecer. "En promedio tenemos entre 90 y 100 entierros diarios sumando las dos sedes del camposanto; de estos entierros el 60% pertenece a la venta nueva. Los entierros diarios están compuestos de la venta nuevos de espacios además de los de venta anticipada", afirmó Constante Castillo, Gerente Comercial de Campo Fe, empresa que cuenta con 21 años de experiencia en el rubro. Respecto del proceso de cremación, la empresa donó 100 cremaciones al Ministerio de Salud y otras 100 a EsSalud. A diario la empresa crema 6 cuerpos, de los cuales 4 pertenecen a las cremaciones donadas a estas dos instituciones. Los protocolos de la muerte impuestos por esta enfermedad no permiten a los deudos despedirse dignamente de sus familiares. Campo Fe, a través de sus redes sociales, transmite a diario misas virtuales en vivo para resarcir en algo el dolor del duelo. Por su parte, en la funeraria Piedrangel, conocida por su equipo de recogedores de cadáveres en Lima y Callao, se han recogido desde el inicio de la cuarentena miles de cuerpos, y el número de cremaciones diarias es incesante. “Tenemos 3 turnos, madrugada, mañana y noche y ante la elevada demanda, el crematorio se ha visto en la necesidad de ampliar su frigorífico para almacenar los cadáveres hasta que llegue el turno de cremarlos” preciso el gerente de la funeraria, Roberto Gonzáles. El potente horno con el que cuentan se encuentra en Chorrillos. Además, los hermanos Gonzáles, dueños de este negocio, fabrican las bolsas para proteger el cadáver, los ataúdes y las urnas donde se guardarán las cenizas. Muchas historias de dolor han tenido lugar en el exterior de su funeraria, sobre todo de familiares que no terminan de aceptar la pérdida de seres queridos, maldiciendo tanto a Vizcarra como a Sagasti por su incapacidad manifiesta para contrarrestar la pandemia. Ante la prohibición de una despedida digna, cuentan que les ofrecen más dinero por ver por última vez el rostro de sus seres queridos, pero ellos no acceden ya que pondrían en peligro la salud de los deudos ante un contagio de la COVID-19. También se ha dado el caso de familias enteras contagiadas con el virus, por ello la funeraria traslada las cenizas hasta el lugar donde vivió el fallecido. Sin poder decir adiós, miles de personas se encuentran ahora mismo afrontando la pérdida de sus familiares. Desde el Cementerio Jardines de la Paz por otro lado, se usa el soporte digital para que los deudos participen y simulen lo que sería una tradicional despedida, ya que solo se permite la presencia de 2 familiares de víctimas con COVID-19 durante el proceso de cremación o inhumación. "Hemos puesto a disposición de los familiares un link a través del cual ellos pueden ver la transmisión del evento funerario en directo y decidir a quién invitar a la transmisión. Podrán ingresar más de 100 personas vía online y participar de una despedida a su ser querido”, dijo Javier Serván, gerente general de Jardines de la Paz. En estos momentos la empresa, con 28 años de servicio en el rubro funerario, se encuentra cerca de llegar al límite en el servicio de cremaciones. "Hemos incrementado nuestros horarios trabajando las 24 horas del día en nuestro crematorio. Por el acelerado crecimiento en el número víctimas mortales, es imposible parar, afirman desde Jardines de la Paz, donde también cuentan con un personal asignado al recojo de cadáveres en viviendas. "Ciertamente esta situación nos ha obligado a que nosotros nos adaptemos para que podamos responder con la gran demanda que estamos teniendo" aseveró. Así como en otras funerarias, en la Funeraria San Isidro el trabajo también se ha duplicado: "Asistimos en cremaciones y entierros, trabajamos todo el día, el personal recoge cadáveres siempre con su traje de seguridad, al día se cambian 4 o 5 veces. Al día tengo un promedio de 50 llamadas, pero no a todos los podemos atender" añade Elena Soriano, quien ha sido testigo del dolor de los deudos al no poder ver por última vez a sus seres queridos: "Los familiares me imploran abrir la bolsa donde se encuentra el cadáver y ver la cara, incluso me ofrecen dinero adicional. He visto a la gente realmente quebrarse, pero les hago entender que por seguridad no se puede participar, por ejemplo, en los crematorios solo ingresan hasta la puerta, la gente está resignándose a la situación", dijo. Ya va más de un año que el Coronavirus va enlutando a miles de familias y el contagio no cesa. A la fecha el nuevo coronavirus ha dejado 120,000 víctimas mortales en el Perú, y si Sagasti cree que esa cuestionada vacuna china es la solución, esta completamente equivocado. Mientras tanto, tanto las funerarias como los cementerios seguirán haciendo su agosto... en pleno febrero :(
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