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martes, 10 de agosto de 2021

PELEAS DE TOROS: ¿Una “tradición” de antaño en Arequipa?

Quien visita la Ciudad Blanca, puede encontrar en la Alameda Central de la Av. del Ejercito en el distrito de Yanahuara un curioso monumento dedicado a las peleas de toros, un acto de barbarie a todas luces deleznable que tiene sus seguidores especialmente en el sur del Perú y que se muestran contrarios a su prohibición. Se dice que esta infame celebración nació como una “diversión” de los agricultores arequipeños, pero con el transcurrir de los años se convirtieron en una costumbre infaltable en las festividades, sobre todo el 15 de agosto, mes jubilar de Arequipa. “Esta tradición nace del sentimiento del arequipeño loncco, del cariño y la fuerza de sus animales, como es el toro, que ayudan a los agricultores a labrar la tierra a través de las yuntas, dejando listos los campos para colocar las semillas. La fuerza descomunal de los toros llevó a los hombres del campo a querer demostrar que su animal era el mejor y el más fuerte, iniciando las peleas primero por diversión entre los del mismo establo, luego con los vecinos, entre pueblos, distritos y hoy en toda Arequipa. Por tal motivo, no se puede precisar en qué pueblo nació esta tradición, aunque algunos documentos precisan que en el siglo XIX ya se realizaban estas peleas en la plaza de las Siete Chombas en Yanahuara y en miércoles de Ceniza en Cayma. Anteriormente, los desafíos se hacían de banda a banda, entre propietarios de toros de la margen derecha del río Chili contra la izquierda, hoy en día las peleas son reguladas de acuerdo al peso, edad y cuernos del animal y se realizan para recaudar fondos que son destinados a la ejecución de una obra comunal o apoyo a la ciudadanía. Los toros de peleas tienen nombres singulares como Cien Fuegos, Gran Chaparral, Oro Negro, Lunar de Zamacola, Menelik, Miserable, entre otros que son puestos de acuerdo al pelaje y destreza de cada uno. La Asociación de Propietarios y Criadores de Toros de Peleas es la que se encarga de realizar tres campeonatos al año donde entregan el Astero de plata al ganador, un trofeo preciado por los criadores. Sin embargo, todo el año se efectúan encuentros de ayuda en diversos locales como el Azufral de Zamácola, Menelik de Socabaya, y en distritos como Cayma, Characato, Polobaya, entre otros” podemos leer en una publicación, que no dice una sola palabra acerca del sufrimiento del animal. A modo de excusa y tratando de ‘justificar’ su existencia, un negacionista arguye: “A diferencia de las corridas que se realizan en las plazas de toros, esta es una pelea donde no se ve sangre y el animal no muere, los toros solo miden sus fuerzas y pierde el que sale huyendo de la cancha” manifestó muy suelto de huesos el muy sinvergüenza. Por cierto, este decadente espectáculo fue declarado Patrimonio Histórico de Arequipa al considerar el enfrentamiento entre estos pesados animales “como parte de las tradiciones arequipeñas” (?). Actualmente existen más de 3 mil toros de pelea y unas mil 800 personas se dedican a la crianza de estos animales. "Es una raza de combate, si se prohíben las peleas prácticamente se extinguiría esta raza, además se afectaría a las familias que dependen económicamente de esta actividad"; indicó el susodicho. Sin embargo, desde hace unos años, ha surgido una corriente ciudadana para suprimir - junto con las corridas de toros y las peleas de gallos - este tipo de espectáculos barbaros, llegando a presentar en el 2020 un recurso ante el Tribunal Constitucional buscando que sean prohibidas. Pero como recordareis, luego de cuatro horas de debates, lamentablemente no alcanzo los votos para ser declarados inconstitucionales, lo que implica que estas actividades seguirán siendo consideradas como “expresiones culturales” del Perú. A que no lo entiendo. ¿Desde cuándo el maltrato a los animales pueden ser considerada como “cultura”? Han pasado los años y todo sigue igual. Venga ya, hay que ser unas bestias para gozar con el sufrimiento ajeno :(
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