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sábado, 21 de agosto de 2021

PERÚ: Un país secuestrado

A estas alturas no cabe ninguna duda que los comunistas en el gobierno avanzan a toda velocidad hacia su objetivo de capturar todo el aparato del Estado, disolver el Congreso y establecer una dictadura chavista en el país. La reciente defenestración del delincuente terrorista Héctor Béjar al frente de la Cancillería es solo un retroceso momentáneo en sus oscuras intenciones, ya que lo reemplazarán por otro como el toledista Oscar Maúrtua. que sera utilizado como una cortina de humo, mientras continuan en su pérfida labor de querer atornillarse al poder al precio que fuera necesario. Es indudable que no lo van a dejar por voluntad propia y solo muertos los sacaran del cargo que hoy ocupan ilegalmente. Por ello existen pocas dudas también entre los demócratas que la única alternativa es acabar cuanto antes con este nefasto régimen, primos hermanos de los talibanes en Afganistán. Las necedades que sostienen algunos sectores interesados aupados al poder con Vizcarra y Sagasti, de querer separar a Pedro Castillo de Vladimir Cerrón y rodear al primero “brindándole todo su apoyo” para seguir parasitando del Estado, no tienen sentido, porque ambos tienen los mismos propósitos y disociarlos es una tarea tan difícil como separar a dos siameses unidos por la cabeza. El asunto es cómo hacerlo. Un tema urgente es el comportamiento que debe tener la oposición con el gabinete encabezado por el senderista Guido Bellido, un deleznable sujeto que está investigado por corrupción, por su participación en la organización criminal ‘Los dinámicos del centro’, por apología del terrorismo y, más recientemente por terrorismo, por su comprobada relación con los narcoterroristas del VRAEM, junto con Vladimir Cerrón y Guillermo Bermejo, socios del delito y a quienes financiaron sus campañas. Bellido - cuyas simpatías por Sendero Luminoso son más que evidentes, como puede leerse en su cuenta de Facebook donde “justifica” el accionar de esa banda asesina - encabeza un gabinete impresentable, con elementos prontuariados por la justicia que a su vez han designado a funcionarios repugnantes, varios de los cuales han tenido que ser removidos de sus cargos inmediatamente luego de ser nombrados. Algunos creen que se trata de una estrategia del régimen para que el Congreso rechace a Bellido y su caterva de desastrados, dando un paso para su disolución. Puede ser. ¿Pero acaso Castillo y Cerrón tienen en sus filas a personas honestas, capaces, con experiencia positiva en gestión pública y sin vínculos con organizaciones comunistas? Es decir ¿alguien en su sano juicio cree que el cabecilla de Perú Libre, integrante del Conare-Movadef (organismo de fachada de Sendero Luminoso de Abimael Guzmán) puede encontrar entre sus secuaces a personas distintas a las que hoy ocupan el gabinete ministerial y con las que están invadiendo los puestos públicos? Evidentemente no. Cualquier gabinete que designado será como el actual y los funcionarios también. En otras palabras, independientemente de si se trata de una provocación o no, eso es lo que son, gentuza de la peor calaña. Aprobarlos sería una muestra de debilidad, desmoralizante para los demócratas y un triunfo para los comunistas que avanzarían más rápidamente en su propósito de copar el Estado y liquidar el Congreso. Como bien se dice, la mejor estrategia es atacar rápida y decididamente a un enemigo que se fortalece día a día, pero sus adversarios increíblemente, aun no reaccionan como debieran asumiendo una actitud suicida. Y es Perú Libre el que gana más con el paso del tiempo: tiene el plan de capturar el poder y está avanzando a pasos agigantados para lograr su objetivo. Cada día extra con los terroristas en el gobierno significa: capturar recursos por medio de corrupción, copar el Estado, incluyendo las FF.AA., debilitar a la oposición, crear su propia milicia, etc. Esa estrategia pasiva que gasta el momento está llevando a cabo el Congreso podría llevar al país andino a un punto de no retorno, el cual será fácilmente reconocible: El cierre del Congreso por Castillo de forma contraria a las normas. Y cuando un juez o el TC le ordene deshacer el acto, no le hará caso y nada ni nadie podrá forzarlo a cumplir. En ese momento, quedara en evidencia que el Perú ha dejado de ser un Estado de Derecho. Hay que pensar, entonces, en una estrategia alternativa: El principal problema para que el Congreso vaque de forma rápida a Castillo no es la falta de sustento legal. Sobran hechos que justifican la vacancia. El problema es que no existen los votos. Esto se dice como si fuese algo estático, que no dependiera del Congreso mismo revertir. Hoy, no existen los votos, ¿pero qué se está haciendo para conseguirlos? Desde el lado de la ciudadanía, se puede hacer presión pública, difundir, marchar; pero ¿qué debe hacer el Congreso? Al respecto, existen tres pasos: Paso 1: Exponer públicamente los argumentos de la vacancia. Organizarse en grupos, copar los medios de comunicación, hacer conferencias de prensa, alentar a las marchas. Esto tendrá el impacto de movilizar a la población, pero también de convencer a sus colegas que podrían estar en la duda. No hay peor señal para la vacancia que pensar que los propios congresistas no están convencidos de ella; Paso 2: Negar la confianza. Alguien podría decir que es suicida. Sí, en cierto modo lo es. Pero no se engañen, Perú Libre viene como una aplanadora tras el Congreso. Lo va a cerrar de alguna u otra forma, la pregunta es cuándo y cómo. La actual estrategia de meter la cabeza bajo el suelo solo va a prolongar la inevitable. Volviendo a la estrategia de guerra, negar la confianza significa “quemar el puente” tras su propio ejército. Tal como dice Sun Tzu en “El Arte de la Guerra”:“Sitúa a tus tropas en un punto que no tenga salida, de manera que tengan que morir antes de poder escapar. Porque, ¿ante la posibilidad de la muerte, qué no estarán dispuestas a hacer?” Así como se dice que uno nunca debe acorralar a un enemigo, un general audaz, en una situación extrema, podría buscar la posición en la que sus tropas no tengan escapatoria. Si el Congreso le niega la confianza, se encontrará sin escapatoria. Los congresistas sabrán que o lo vacan o los sacan. En ese escenario, solo los congresistas dispuestos a “morir” votarán contra la vacancia. Por otro lado, si votan contra la vacancia en esas circunstancias, nunca fue una opción convencerlos y todo estaba perdido de antemano; Paso 3: Exponer a quienes no dispuestos a vacar. Una vez que los dos primeros pasos se desarrollen, será claro quienes no colaboran con la causa democrática. En ese caso, el resto de congresistas y la ciudadanía debería exponerlos públicamente para que rindan cuentas sobre sus razones y acciones. El punto débil de esta estrategia (además del aparente riesgo mayor), es que se opone no solo a la agenda de Perú Libre sino a la de quienes buscan demorar la vacancia en pos de la ‘captura’ de Castillo. Por esto, usarán todos sus medios para desprestigiar a los que defienden la vacancia. Pero no nos adelantemos, también puede suceder que al gabinete Bellido no se le niegue pero tampoco se le otorgue la confianza. O sea, queda la abstención, por lo que debería volver presentar la moción al Congreso y mientras tanto, este podría censurar a su gusto y en forma individual a esa panda de impresentables, que para ello no hay límite alguno - a diferencia del gabinete que solo puede ser vacado dos veces - buscando acorralar al régimen hasta hacer ingobernable el país…. Y luego llega el pedido de vacancia. Esta posición va ganando adherentes entre los congresistas y esperemos que lleguen a alcanzar el número necesario de votos para lograrlo. Al respecto, Steven Levitsky, director del Centro David Rockefeller de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harvard y coautor del libro Cómo mueren las democracias (2018), considera que si Castillo insiste con su absurdo intento de querer renovar la Carta Magna y seguir confrontando al Congreso eligiendo como ministros a elementos indeseables, provocara a corto plazo su caída porque debe reconocer que no resultó electo debido a sus ideas radicales, sino porque hubo quienes lo consideraron el mal menor. “Estaré un poco sorprendido si llega al 2026, porque no tiene experiencia, no tiene equipo, no tiene nada. Es un improvisado total. Su partido es débil, y quien está al mando de esa agrupación, Vladimir Cerrón, es tóxico, el cual además no oculta su deseo de mostrarse como el que realmente está a la cabeza del gobierno a pesar de que nadie lo ha elegido. Es por ello que no debe sorprender a nadie si al final se produce una división dentro de la coalición oficialista. Castillo busca emular a Chávez y Castro que murieron en el cargo, pero me temo que terminara expectorado como Correa y Zelaya” puntualizó. Y no le falta razón. Lo que mal empieza, mal acaba (A propósito, al momento de escribir esta nota, me entero que ese oscuro individuo ha anunciado “sorpresas” la próxima semana en relación a los precios del gas y los alimentos, que se han disparado producto de su incapacidad, culpando - cuando no - “a los monopolios” ¿Se viene el control de precios? ¿La “nacionalización” de ALICORP y REPSOL? ¿El retorno de ENCI, SUPER EPSA y los "Mercados del Pueblo"? De ese tipo solo se puede esperar lo peor) :(
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