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martes, 5 de octubre de 2021

LA LIMA QUE NO CONOCES: La Estación de Desamparados

Ubicado en el centro histórico de la ciudad a la espalda del Palacio de Gobierno, se encuentra la clásica estación de Desamparados, otrora puerta de entrada a Lima del Ferrocarril Central. Su nombre fue tomado del Convento Jesuita de Nuestra Señora de Desamparados que estaba al lado de la antigua estación y que fue demolido para la ampliación de la sede presidencial en 1937. Esta fue diseñada por el Ing. Rafael Marquina, por encargo especial de The Peruvian Corporation Ltd., la antigua empresa inglesa que administraba el Ferrocarril Central. Hoy la función principal de esta edificación ya no es la de una terminal, sino la de cobijar a la Casa de la Literatura Peruana. Su historia es larga, pero adquiere su plenitud cuando, producto de la modernización urbana impulsada por Augusto B. Leguía a inicios del siglo XX. Eran épocas en las que se miraba a Europa como referente, y Lima perseguía su afrancesamiento. El proyecto recayó en manos del arquitecto Rafael Marquina (el mismo del hospital Loayza, el hotel Bolívar, el colegio Guadalupe y el puericultorio Pérez Araníbar) y fue de una ambición ostentosa: puertas y ventanas de cedro americano, faroles traídos de Inglaterra. Su interior se caracteriza por las bancas de hierro forjado con madera, la gran farola de vitral de estilo Art Nouveau y la escalera principal. Está dividido en tres niveles. La elevación principal es simétrica y está compuesta de cinco cuerpos verticales divididos por cuatro pilastras de orden gigante. Los elementos empleados en la fachada, tales como columnas dóricas pareadas, almohadillado, plintos, órdenes gigantes, entablamentos partidos, balaustres ininterrumpidos, etc., son de carácter ecléctico mientras que la manera de componerlos es académica. Más que una construcción, fue una remodelación de la vieja estación (“destruida en buena hora por un incendio”, celebraba por entonces el diario “La Prensa”). Y en septiembre de 1912 fue inaugurada por todo lo alto pese a que aún era una obra inacabada. Ocurre que Leguía estaba a punto de culminar su primer mandato y no quería irse sin perderse la fiesta. Con la remozada estación se coronaba así el enorme proyecto del ferrocarril central que desde 1869 había ideado Enrique Meiggs hasta convertirlo en la más importante vía férrea de Sudamérica, una obra de ingeniería que requirió el trabajo de diez mil obreros. “Unir la sierra de Huancayo con el Callao significaba la gran conexión entre la mina y el puerto, el símbolo peruano de su condición exportadora de materias primas. Una historia marcada por la minería, tan problemática y vigente hasta hoy. Esa trascendencia no solo se reflejaba en la actividad económica que significaba no solo el transporte de carga, ya que el desplazamiento de pasajeros también fue vital en aquellos tiempos. El ferrocarril era la salida a la costa y por eso mismo lamentablemente - durante los años 30, 40 y 50 - fue utilizado de manera masiva para la migración interna de los indios a la capital, originando su descontrolado crecimiento demográfico que persiste hasta hoy. Pero las décadas siguieron avanzando y las transformaciones se aceleraron a ritmo de amenaza. Y es que la política de Estado de construir carreteras, así como la popularización de los automóviles y su uso como transporte público, hicieron que el tren perdiera protagonismo e incluso se hablaba de la demolición de la estación para construir el Malecón del Rímac y una vía rápida al lado del río. Pero con el golpe militar de Velasco en 1968 y la estatización de The Peruvian Corporation Ltd - convirtiéndose en la Empresa Nacional de Ferrocarriles del Perú (ENAFER-Perú) - la Estación de Desamparados fue declarada monumento nacional el 28 de diciembre de 1972 para evitar su destrucción. El servicio de tren se ofreció hasta la liquidación de ENAFER como parte de la política privatizadora del Estado durante la dictadura fujimorista. En 1999, la estación fue transferida al Ministerio de Transportes. El espacio quedaría varios años sin ser utilizado. En el 2003, mediante un convenio, se estableció el Centro Cultural Educativo Estación Desamparados. Este acuerdo fue suscrito entre los Ministerios de Educación y de Transportes y Comunicaciones. El 24 de abril del 2008, se emitió el Decreto Supremo 007-2008, a través del cual se creó la Casa de la Literatura Peruana en la emblemática estación. Para ese fin, el Ministerio de Transportes cedió el edificio en calidad de préstamo al Ministerio de Educación, ente que actualmente administra este centro cultural, que abrió sus puertas a la comunidad el 20 de octubre del 2009. Hasta el año pasado, el tren solo ofrecía viajes turísticos por Semana Santa y Fiestas Patrias con un largo recorrido de doce horas hasta Huancayo, pero con la pandemia del Coronavirus el servicio está suspendido y hasta ahora no hay noticias de que este sea reanudado. Así lo mencionan en un comunicado colgado en la página oficial del Ferrocarril Central Andino. Mientras tanto, la estación de Desamparados sigue albergando exposiciones y demás actividades literarias :)
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