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sábado, 20 de julio de 2024

PERÚ: Carne de cañón

Con motivo de las celebraciones de Fiestas Patrias en el país andino a celebrarse la próxima semana, de una manera irresponsable y claramente oportunista, la nueva vocera de Sendero Luminoso, Verónika Mendoza (alias ‘camarada Verónika’) anunció la realización de una nueva asonada terrorista en Lima, a pesar de que las anteriores sucedidas tras la destitución del golpista Pedro Castillo - de la cual sigue siendo su cómplice - fueron un sonado fracaso y costó la vida de docenas de subversivos por una causa perdida. Pero ello poco le importo a Mendoza, una persona sin experiencia laboral conocida, que a falta de argumentos y propuestas viables, hace “política” desde la “insurgencia” y la revuelta en la plaza. Si producto de la violencia hay muertos, mejor. Total, los considera carne de cañón que luego utiliza políticamente…. Vaya miserable. No cabe duda que el llamado de Mendoza a desobedecer al Gobierno porque no le gusta quienes lo integran, es inadmisible en democracia. Como recordareis, el pasado sábado, la excandidata presidencial participó en una actividad proselitista en el Cuzco con integrantes de su remedo de partido, Nuevo Perú por el Buen Vivir (otro organismo de fachada de Sendero Luminoso) que incomprensiblemente acaba de completar su proceso de inscripción ante el cuestionado Jurado Nacional de Elecciones. Allí, Mendoza hizo, entre otros anuncios, un llamado a la “insurgencia ciudadana”. “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador; nadie debe respeto a leyes espurias […]. No tenemos por qué rendirle respeto ni ninguna pleitesía a este gobierno y a este Congreso mafiosos; nos tenemos que autogobernar siguiendo nuestros principios del buen vivir”, expresó. Por cierto, esta convocatoria se alinea con el Comando Nacional Unitario de Lucha (CNUL), del cual su agrupación forma parte a través de la Asamblea Nacional de los Pueblos (ANP), una asociación que tiene como coordinador general a Lucio Ccallo, ligado al Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef) brazo político de Sendero Luminoso, según informes de la Dircote. Para el analista político Ángel Delgado, Mendoza estaría cometiendo el delito de rebelión al convocar a una insurgencia ciudadana ya que está tramando una insurrección popular basada en acciones violentistas. “Estamos frente a una política de rebeldía. La señora Mendoza, si pretende llevar a la práctica estas declaraciones, estaría incurriendo en el delito de rebelión, porque ningún ciudadano puede arrogarse la representación de la nación y menos para afectar a las instituciones legítimas del Gobierno”, dijo Delgado. Aclaró que esta circunstancia provocaría decenas de muertes, como sucedió tras la caída del golpista Pedro Castillo y la asunción de Dina Boluarte al sillón presidencial. “Estamos ante una asonada terrorista parecida a la que sucedió a fines del 2022 e inicios del 2023, que cobró un alto número de víctimas cuyos únicos responsables fueron aquellos que lo organizaron”, señaló. Sugirió por ello al Ministerio Público, al Poder Judicial y a la Policía Nacional estar alertas frente a cualquier acto delictivo que pueda suceder. “Es un peligro porque habría actos criminales y violencia terrorista. El Ministerio Público, Poder Judicial y PNP deben reprimir estos actos violentistas, aquí no hay ningún tipo de política. Es terrorismo puro y a estos subversivos hay que aplicarles la ley” indicó. Ante las amenazas de Mendoza creemos necesario compartir algunas reflexiones. La primera es que se trata de un discurso reñido con la democracia. Uno puede ser muy crítico con el gobierno de Dina Boluarte, pero obviamente eso no significa que su origen sea espurio ni que debamos desconocer el hecho de que llegó al poder siguiendo un proceso regulado por la Constitución: el de la sucesión presidencial tras la destitución de Pedro Castillo por parte del Congreso, que cuenta con la facultad para legislar que tanto la Carta Magna como los votantes le otorgaron en las urnas en el 2021. La ‘camarada Verónika’, sin embargo, busca confundir arteramente “pleitesía” con “respeto” para forzar la idea de que, como el Gobierno no genera sus simpatías, entonces es válido desacatar sus mandatos. Un argumento inaceptable en democracia, pero más aun viniendo de quien ha mostrado anteriormente sus aspiraciones de llegar a la presidencia, fracasando en todas ellas. Una segunda reflexión, por otro lado, tiene que ver con el oportunismo de la aludida y de su remedo de partido, vociferantes cuando se trata de cuestionar al gobierno de la señora Boluarte, pero silenciosos mientras quien usurpaba el cargo era Pedro Castillo. Mendoza y compañía no solo se plegaron a la candidatura de ese oscuro individuo y de Boluarte - no olvidemos que ambos integraban la misma plancha y suscribían el mismo ideario -, sino que participaron animadamente en el régimen filosenderista del burro chotano, que, desde el inicio una serie de conductas nada transparentes y autoritarias que desembocaron en el golpe de Estado del 7 de diciembre del 2022 - que fracaso miserablemente y termino con su captura por la policía a las pocas horas mientras trataba de escapar por las calles de Lima - y en una retahíla de procesos por corrupción que sigue en pie. Sobre esto, sin embargo, Mendoza no quiere hablar de ello. Solo se limita a decir, como en una entrevista en radio local (en la que además arrojó sombras sobre el próximo proceso electoral afirmando que, “si permitimos que sigan avanzando como lo están haciendo en el Congreso, no habrá elecciones libres en el 2026″), “que este gobierno es peor que el anterior”, como si las tropelías de una la exculpasen por el apoyo incondicional que le prestó al delincuente Castillo que hoy se pudre en la cárcel por golpista y por ladrón. Finalmente, cabe una última reflexión. Y es el nulo respeto por la institucionalidad que dicha ‘camarada’ y sus secuaces han exhibido en los últimos años. No olvidemos que los que hoy piden desobedecer al Ejecutivo son los mismos que en julio del 2022 pedían a gritos que se cerrara el Congreso de manera inconstitucional. Pero, aunque no le guste a la susodicha, la democracia implica respetar los procesos institucionales en ocasiones en las que uno puede estar en desacuerdo con quienes ostentan el poder. De hecho, es especialmente en estas situaciones cuando más se demuestra el compromiso de una persona por la institucionalidad y los procesos. Ello, porque usualmente se olvida que la democracia depende no solo de las acciones de quienes nos gobiernan, sino también de la manera cómo se comporten quienes dicen estar en la oposición. Uno puede estar en desacuerdo con este gobierno y este Congreso, pero ello no significa desconocer sus orígenes ni sus mandatos, ni llamar a otros a que lo hagan. Lo contrario es patear el tablero y eso es inadmisible en una democracia. Pero viniendo de quien viene, admiradora del régimen chavista, cuyo sátrapa amenaza con “un baño de sangre” en Venezuela si pierde los comicios de la próxima semana ¿Que se puede esperar?
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