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sábado, 20 de abril de 2019

ALAN GARCIA: El acto final

El suicidio de il capo della mafia para intentar eludir la acción de la justicia es el colofón de quien hizo de su vida un continuo espectáculo circense. Como sabéis, Alan García Pérez se disparó en la cabeza en la mañana del miércoles al momento en que agentes de la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad ingresaban a su casa en Miraflores al bordear las 6.30 a.m. para proceder con su detención preliminar luego que el Poder Judicial (que investiga los casos de corrupción vinculados a la constructora Odebrecht en los que aparece gravemente involucrado)  aprobará el pedido del Ministerio Público para que sea detenido por 10 días. Según la información trascendida, luego que los agentes ingresaron a su domicilio y le ordenaron que baje. García - que se encontraba en la escalera que iba al segundo piso - al verse sorprendido, pidió permiso para llamar a su abogado, pero se encerró en su habitación y luego se escuchó un disparó. No cabe duda que al saberse perdido y en un acto de desesperación, no soportando la idea de verse esposado y tras las rejas purgando por sus innumerables delitos como Kuczynski y Fujimori, decidió quitarse la vida. Trasladado de urgencia al Hospital Casimiro Ulloa, los médicos nada pudieron hacer, ya que todo fue inútil. Como recordareis, el mismo García reiteró el martes que no temía ir preso, al comentar los millonarios pagos - más de US$ 4 millones - que su exsecretario personal Luis Nava Guibert recibió de Odebrecht a través del esquema encriptado de la Caja 2 que usaba la constructora para ocultar los sobornos, pero trató de desentenderse. "De ninguna manera tendría conocimiento de ningún acto ilícito", dijo en Canal N, pero lo cierto, es que sabia que se le venia la noche. Era inminente que ante las contundentes evidencias que la misma Odebrecht le dio a la fiscalía sobre esos pagos, el despacho del fiscal José Domingo Pérez Gómez, a cargo le caso, pediría la detención de Nava Guibert, quien convenientemente se internó en una clínica local, y la del propio Alan García, como efectivamente ocurrió, quien al mas puro estilo de la mafia se autoeliminó para evitar ser apresado y no darles gusto a los millones de peruanos que querían verlo desde hace mucho tiempo en la cárcel. Tuvo una muerte sin honor. Su prontuario era ampliamente conocido, pero a pesar de ello ‘gracias’ a sus conexiones dentro del Poder Judicial - infestada de integrantes del viejo y decadente partido de la estrella - siempre salía bien librado de las múltiples acusaciones que se formulaban en su contra, pero su suerte comenzó a cambiar cuando un equipo de jueces y fiscales haciendo frente a la corrupción dentro de su propia institución, decidió investigarlo debido a testimonios comprometedores que salieron a la luz a raíz del estallido del Caso Odebrecht, que lo involucraba seriamente en una serie de actos de corrupción. El detonante de su fatal decisión, fue la revelación dada por IDL Reporteros el ultimo domingo, el cual descubrió que Luís Nava Guibert - eterno secretario personal de Alan García - recibió más de US$4 millones de la empresa Odebrecht , bajo el seudónimo de ‘Chalán’, utilizando como testaferro a Miguel Atala, expresidente de PetroPerú. Este indicó que el dinero que Odebrecht le entregó fue “por la compra de un terreno en El Agustino para el proyecto de la línea 1 del metro de Lima”. Sin embargo, de acuerdo con información de los servidores del Sector de Operaciones Estructuradas de la constructora, estos pagos fueron por la carretera Interoceánica Sur. Odebrecht, a través de la caja 2 (utilizado para pagar sobornos en todo el mundo, a cambio de millonarias obras públicas) realizó otros 19 pagos a Nava, de acuerdo con IDL-Reporteros, que fueron a parar - todo parece indicar - a los bolsillos de García. Seis de estas transferencias salieron de recursos del proyecto de la carretera Interoceánica Sur. El descubrimiento hizo temblar a Alan ya que su secreto mejor guardado había quedado al descubierto. Y había motivo para ello, ya que el fiscal José Domingo Pérez sospechaba que el dinero que recibía Nava era en realidad para su jefe, cuya conocida vinculación con los mandamases de Odebrecht data desde su primer gobierno y se acrecentó en su segunda gestión. ¿Pero quién dice que ‘Chalán’ es Luis Nava Guibert? ¡Los mismos funcionarios de la empresa brasileña!, que ahora se han acogido al sistema de colaboración eficaz. Odebrecht encontró el nombre y los montos entregados a Nava en sus archivos electrónicos, donde guardaban, bajo miles de claves, los detalles y los destinatarios de las coimas que repartían. Pero Luis Nava no es el único. De acuerdo con el destape periodístico, también su hijo, José Antonio Nava Mendiola, recibió US$471 mil, provenientes de la Caja 2. Pero Nava Mendiola, cuyo apelativo era ‘Bandido’, ya no está. Voló a Estados Unidos el jueves pasado, el mismo día que el fiscal Pérez pidió su impedimento de salida del país. En la mañana de lunes y como era de esperar, Luis Nava rechazó las imputaciones, pero por la tarde sospechosamente se internó en una clínica ante la inminente orden de arresto en su contra. Fuentes confiables han contado que hasta antes de que Alan García asumiera la presidencia el año 2006, los Nava estaban quebrados y no tenían ni donde caerse muertos. Luis Nava padre era llamado constantemente por los bancos para que pagara sus deudas. Su hijo José Antonio no tenía ni para pagar el colegio de sus hijos y pedía prestado dinero a sus amigos. Pero su vida cambió apenas iniciado el gobierno aprista, ya que al igual que sucedió con García Pérez en su primer gobierno (quien por cierto, entro a Palacio con una mano atrás y otra adelante) se hicieron millonarios de la noche a la mañana. Su último lujo - siempre según las fuentes - fue la compra, el año 2017, de tres autos Mercedes Benz último modelo, que los devolvió cuando empezó a sonar con fuerza el Caso Odebrecht, intentando borrar las huellas de su implicación en esa red mafiosa, pero ya era tarde para ello. El domingo estallo el escándalo y García se sabía perdido, ya que la hora de rendir cuentas ante la justicia por fin había llegado. Tras su frustrado ingreso a la embajada uruguaya en noviembre para solicitar “asilo político” y el impedimento de salida del país dictado en su contra, sus planes de fuga se habían visto abortados considerablemente y solo le quedo ‘victimizarse’ para hacer frente a las gravísimas acusaciones que se le venían encima, pero no le dio resultado. El día martes - horas antes de su suicidio - escribió en su cuenta de Twitter: “yo nunca he pedido dinero ni vendido obras públicas”. “Los que me acusaron fueron los verdaderos corruptos. Yo creo en la historia. Otros se venden, yo no”. Pero a la mañana siguiente, cercado  por la policía que se aprestaba a detenerlo, se dio un tiro en la cabeza.  La función había terminado ... dejémoslo en paz :(
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