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sábado, 25 de septiembre de 2021

PERÚ: La amenaza de la mordaza

Con el cadáver putrefacto del genocida Abimael Guzmán finalmente convertido en cenizas la madrugada del viernes tras su muerte el pasado 11 de septiembre y que la Fiscalía se negaba a incinerar a pesar de que legalmente estaba autorizada a hacerlo - de seguro por presiones del régimen de Pedro Castillo, cuya admiración por quien fue el cabecilla de Sendero Luminoso es innegable - ha quedado al descubierto otro de los oscuros planes de ese oscuro individuo llegado al Poder mediante el fraude, para intentar silenciar a la prensa independiente tal como sucede en Cuba y Venezuela, con cuyos sátrapas se reunió recientemente de forma reservada, durante el encuentro de dictadores izquierdistas llevado a cabo hace unos días en Méjico. Como recordareis, el 17 de este mes, el congresista Abel Reyes Cam presentó discretamente el proyecto de Ley N° 261-2021-CR, que lleva las firmas de las figuras más conocidas de la bancada oficialista: Guillermo Bermejo, Alex Flores, María Agüero Gutiérrez, Silvana Robles, Jhasmina Paredes y la del vocero titular de la bancada: Waldemar Cerrón, una malhadada propuesta que tiene el visto bueno del condenado por corrupción Vladimir Cerrón. A los dos días de presentado, en un evento partidario en Trujillo, los parlamentarios Bermejo y Alex Paredes si bien no lo mencionaron, dedicaron buena parte de sus discursos a estigmatizar en términos virulentos al periodismo nacional, buscando atizar el odio de la militancia. Pero, ¿qué propone el proyecto? Entre otras frases, destaca la del “funcionamiento eficiente de los contenidos que debería estar a cargo del Estado”. En su artículo 2, conceptualiza que un medio de comunicación “es un servicio público de competencia de la nación en el que se encuentran comprendidos los derechos y libertades de los usuarios de estos servicios, el interés general, el principio de legalidad, el cumplimiento de los fines y deberes estatales, el funcionamiento eficiente y democrático de los contenidos”. En el artículo 4, indica que en caso de emergencia el Gobierno podría dictar medidas “temporales” que deberán ser cumplidas por los operadores, proveedores y usuarios de telecomunicaciones. También, que el Gobierno “con carácter excepcional y transitorio (...) podrá asumir de manera temporal la prestación directa de determinados servicios o la explotación de ciertas redes de telecomunicaciones cuando sea necesario” Ahí está el quid del asunto, controlar a la prensa. En opinión del presidente de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión (SNRTV), Jorge Baca-Álvarez, la iniciativa de Perú Libre es una burda copia de lo que existe en Venezuela, un país donde en las últimas décadas la dictadura chavista - tan admirada por Castillo, Bellido, Bermejo y Cerrón - cerró y amenazó a los medios de comunicación hasta lograr una prensa amordazada y maniatada. “Y fíjense lo que ha ocurrido ahora. Eso, lo que logró, es que existan más emisoras al servicio del régimen, con una información tergiversada, y la gente no está informada correctamente”, advirtió. A su juicio, los autores del proyecto de ley demuestran un absoluto desconocimiento de la regulación vigente debido a que califica a la radio y a la televisión como servicios públicos, cuando legalmente no lo son. “Esta es una norma muy peligrosa y que abre un escenario terrible para lo que puede ser el futuro de nuestro país, y, sinceramente, creo que ya llegó el momento en el cual todos los peruanos debemos exigir de Castillo un deslinde claro y rotundo respecto de estas cuestiones”, agregó. Entretanto, Bernardo Roca Rey, expresidente del Consejo de la Prensa Peruana (CPP) y actual integrante de su Junta Directiva, consideró que el proyecto de Reyes representa un retroceso en lo que significa libertad de expresión a la década de 1970, cuando la dictadura de Juan Velasco Alvarado tuvo el control total de los medios de comunicación. “En nuestra historia tenemos una pauta de que sucede en este tipo de situaciones, en el gobierno de Velasco se quitó la libertad, todos los medios decían los mismo, y terminaban repitiendo lo que el régimen de turno quería, no funcionó. Tampoco funcionó cuando en la época de Fujimori, Montesinos compró la línea editorial de los canales”, manifestó. Por su parte, Ricardo Uceda, director ejecutivo del Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) sostuvo que la iniciativa amenaza directamente la libertad de expresión. “Es inconstitucional, en tanto considera a los medios de comunicación como prestadores de un servicio público más, sujeto a regulación por el Estado”, resaltó. “El propósito del proyecto sería controlar los medios de comunicación para limitar la crítica y la fiscalización”. Uceda agrego que el proyecto de ley responde a una errada concepción que tiene la mayoría de la izquierda peruana, en el sentido, de que los medios de comunicación, “deben ser objeto de un control de contenidos” apuntó. “Quiere llegar a eso por diversos caminos, uno de ellos estableciendo un control estatal para los que usan el espectro radioeléctrico, porque eso se lo da el Estado bajo ciertas condiciones. Esto es algo que atenta contra la libertad de expresión, no creo que vaya a tener éxito. Imagino que [esta propuesta] va en contra de lo que piensa la mayoría del Congreso”, subrayó. A su turno, el secretario general de Transparencia, Iván Lanegra, afirmó que “estamos ante una confusión o ausencia de conocimientos de lo que es la regulación ya existente”. Añadió que la actual Ley de Radio y TV recoge los principios que garantizan la libertad de prensa y el derecho ciudadano a una información plural, veraz e imparcial. “Todos debemos colaborar en su aplicación efectiva. Transparencia rechaza toda propuesta legislativa que afecte dichos principios”, declaró. Pero la animadversión por la prensa independiente no se limita solo a Castillo, ya que toda la dirigencia de Perú Libre la ha atacado en algún momento u otro, sobre todo cuando varios de sus miembros han sido objeto de investigaciones fiscales o policiales, como ocurrió recientemente con el caso Los Dinámicos del Centro, en el cual ha terminado involucrado el jefe máximo del partido, Vladimir Cerrón. Pero lo que hay detrás de este rechazo casi programático a la libertad de opinión e información, es la profunda entraña antidemocrática de un régimen nacido del fraude que prefiere el hermetismo y la clandestinidad de las sombras a cualquier asomo de transparencia. Castillo no repara en que ya no es candidato, y debe dar cuenta periódica al país de sus actos de (des)gobierno. Para ello, debe y tiene que convocar a conferencias de prensa o dar entrevistas a los medios. Pero hasta ahora no lo ha hecho ¿O es que estará pensando tener un programa a lo Hugo Chávez? De seguro ya lo tiene en mente ya que en una oportunidad dijo: “habría que ver un espacio para ver cómo nos comunicamos con el país”. Lo cierto es que la renuencia de Castillo en responder a la prensa se debe a sus claras limitaciones intelectuales e incapacidad para comprender la enorme responsabilidad que tiene frente a la nación, y de cara a la comunidad internacional. Cada vez que abre la boca ante los medios hace el ridículo como en su reciente viaje al exterior, donde quedo retratado como lo que es - al igual que su mujer - que han generado todo tipo de comentarios denigrantes acerca de ese par de dos. De allí el odio que tiene a la prensa. Ya lo demostró durante la campaña electoral donde no ahorro epítetos para atacarlo en todo momento. A ello debemos agregar que en Perú Libre es conocida su filiación ideológica y su predilección por regímenes comunistas - como Cuba, Nicaragua, Venezuela o Ecuador durante el hoy prófugo de la justicia Rafael Correa - que han hecho de la censura, de la persecución judicial y de la intimidación permanente una práctica cotidiana en contra del periodismo libre. ¿Es ese el modelo con que sueñan los dirigentes de Perú Libre? ¿Es ese el modelo que preferiría el usurpador que se encuentra en Palacio? Es decir, ¿una prensa intimidada, sumisa, acrítica o circunscrita a circuitos marginales? Sigan soñando, porque la prensa libre e independiente, que es la base de una democracia sólida, no le dará tregua a Castillo y esa banda delincuencial de prontuariados que lo rodea en ningún momento. A que están advertidos :)
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