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sábado, 22 de julio de 2023

PERÚ: Anatomía de un fracaso

Tal como se esperaba, la asonada terrorista convocada para el 19 de julio por Sendero Luminoso denominada pomposamente como la “Tercera Toma de Lima” (?) fue un fiasco total. De nada les valió que haya sido anunciada con semanas de anticipación como ‘la última y definitiva’ cuando su convocatoria fue mínima. En efecto, las imágenes de la Plaza 2 de Mayo son elocuentes y muestran su completa orfandad. En ella se puede apreciar a un raleado grupúsculo que luego se traslado al Parque Universitario en medio de la indiferencia general, para intentar provocar a las Fuerzas del Orden arrojándoles bombas molotov buscando ‘victimizarse’ y de paso, conseguir algún muerto, sin conseguirlo. Fueron los mismos vagos y malvivientes de siempre que esperan que el Estado los mantenga con sus bonos populistas en lugar de trabajar, quienes se fueron de bruces ante la patética realidad que vivieron ese día: ni lograron la caída del Gobierno constitucional de la Sra. Boluarte, ni tampoco disolver el desprestigiado Congreso, ni mucho menos liberar al delincuente terrorista Pedro Castillo, el cual como sabéis, se encuentra en la cárcel por corrupto, golpista y ladrón, quien por cierto, durante su nefasto régimen filosenderista les repartía dinero del Estado a manos llenas. Eso es lo que más les duele ahora, tener los bolsillos vacios. Asimismo, en regiones como Cuzco y Puno, donde en anteriores oportunidades hubo alguna participación, con ataques a entidades públicas y bloqueo de carreteras, en esta ocasión paso prácticamente inadvertida. Fue divertido observar por ello en horas de la noche las mutuas acusaciones de sus organizadores ante esa debacle. Ya me imagino las caras compungidas de las camaradas “Vilma”, “Verónika” y “Mirtha” así como de los parásitos caviares, que no consiguieron cadáveres para utilizarlos políticamente en su vil intento contra la democracia. De seguro que a quienes trajeron del interior del país como borregos en camiones para que sirvieran de carne de cañón - aprovechándose de la ignorancia de esa gente - volverán a dejarlos botados y tendrán que pedir limosna para regresar a sus comunidades, como sucedió anteriormente. En suma, esta intentona subversiva fue un fracaso absoluto. Ahora dicen que “seguirán marchando hasta finales de julio” pero nada sacaran. Como sabéis, la violencia es la única plataforma de lucha que tiene la izquierda radical para volver a tomar el poder. Saben que les será sumamente difícil volver a ganar una elección, y por ello insisten en esta campaña desestabilizadora, junto a las demás facciones políticas funcionales a su agenda; diciendo hipócritamente que lo hacen “por la democracia”, cuando en realidad, evidencian su desesperación por la ignominiosa caída de Pedro Castillo, el mismo 7 de diciembre, a pocos minutos de su fallido autogolpe de Estado - siendo capturado como un vulgar delincuente en plena vía pública por la policía cuando huía cobardemente por el centro de Lima, intentado refugiarse en la embajada de Méjico - ya que su oprobioso final significo para ellos que dejasen de recibir los millones de soles provenientes de las Arcas Públicas que les repartía generosamente. Su caída fue tan rápida, que a sus seguidores no les dio tiempo para reaccionar, pero cuando lo hicieron ya era tarde. No fue de extrañar por ello que en la frustrada asonada criminal del miércoles, enarbolasen en primer lugar la liberación y reposición de ese delincuente y la instalación de su espuria Asamblea Constituyente con el claro objetivo de instaurar cuanto antes su soñada “república popular de nueva democracia”. Pero fracasaron miserablemente. Ahora es el momento de hacer un análisis de todo lo que sucedió y sacar conclusiones al respecto ¿vale? Lo que ha quedado claro es que ni Sendero Luminoso, ni ningún otro gremio o grupo político, puede paralizar la actividad económica del país, como sí ocurrió en 1977, durante la dictadura militar de Morales Bermúdez. Desde hace décadas, lo han intentado sin éxito, incluyendo sus “paros armados” donde mediante coches bomba y asesinatos indiscriminados pretendían hacerlo, no logrando sus demenciales objetivos. También era irreal asumir que en esta ocasión vendrían delegaciones de miles de indios, como altaneramente se anunciaban en varias regiones. En realidad, llegaron a Lima apenas unos cuantos. Hasta donde se ha podido observar, la asonada fue realizada por el lumpen que baja de los cerros de miseria que rodean Lima con el ánimo de saquear, incendiar y robar, tal como les ordenó la ‘camarada Vilma’, pero su baja participación sumada a la importante presencia policial que los neutralizo eficazmente - así como la captura de varios de sus ‘camaradas’ en los accesos de control en las carreteras - que transportaban bombas incendiarias y otros materiales explosivos para repartirlos entre “los pacíficos manifestantes” impidió que estos muy a su pesar, cometieran desmanes en la ciudad. Esto nos lleva a la primera conclusión: se acabaron las denominadas ‘tomas de Lima’. Son un modelo fracasado y el mensaje enarbolado por Sendero y sus socios del terror ahuyento a quienes no querían ser identificados como cómplices del baño de sangre que prometían estos asesinos. Saliendo de Lima, lo que hubo fueron pequeñas marchas en muchas ciudades de casi todas las regiones. En su gran mayoría, sin violencia ni represión policial. No hubo bloqueos importantes de carreteras y las pocas que lo estuvieron se reabrieron casi de inmediato. Cabe destacar que la policía tuvo una actuación muy profesional y exitosa; Una segunda conclusión: los promotores y actores de la violencia en las protestas políticas de hace unos meses han perdido piso. No lograron marcar el tono de las del 19 de julio. Es una nueva derrota política de los que, a comienzos de año, destruían lo que estaba a su paso, ocultaban el rostro, no querían ninguna negociación y veían una revolución a la vuelta de la esquina, pero no consiguieron nada. Lo es también del golpista Pedro Castillo, quien hace unos días clamaba “estar secuestrado” y cuya libertad y reposición era exigido por Sendero y sus secuaces. Hoy continúa pudriéndose en prisión en espera de su juicio que de seguro lo condenara a 35 años de cárcel; ¿Es una victoria del Gobierno y el Congreso? Obviamente, ya que la Presidenta constitucional Dina Boluarte continúa firme en su cargo, y lo estará hasta el 2026. En cuanto a los congresistas, a pesar de la abrumadora impopularidad que tienen - y hacen todos los “meritos” para ello - podrán seguir respirando tranquilos. Pero ciegos ante la realidad, los organizadores de las fracasadas marchas, creen tener razones para pensar que hay espacio para nuevas protestas, pero al continuar con la misma cantaleta de siempre, no van a lograr nada. Es más, a diferencia de lo que afirman algunos “analistas” con los terroristas no se negocia, ni ahora ni nunca, A ellos se les aplica la Ley y se acabo. Toca al Gobierno ser firme para combatir a esa lacra maldita. En cuanto a las encuestas que muestran una alta “desaprobación” de la Sra. Boluarte - se afirma del 80% - no son nada confiables. Han de saber que las encuestadoras no trabajan gratis y quienes les pagan por hacerlo, exigen que las muestras sean de acuerdo a sus intereses, por lo que la Presidenta no debe dar importancia a esos resultados amañados y cumplir su periodo presidencial hasta el 2026 tal como la Constitución lo establece. Eso sí, hay que corregir algunos errores, como el nombramiento de personajes cuestionados en organismos del Estado como en Essalud, ya que pareciera que se está repitiendo los repudiables métodos del régimen caído, recolocando en otros cargos a elementos indeseables como la ‘lagartona’ ex ministra de Salud. Y ello no puede volver a suceder. Es el momento de rectificar su rumbo, aun está a tiempo. Precisamente, en los próximos días, la Presidenta tendrá que ir al Congreso y esperemos que su discurso proponga soluciones a los problemas que afectan el día a día de los peruanos, producto del desastre que dejo Castillo. “Será un mensaje de esperanza”, dijo la Sra. Boluarte. Si -como dicen- la esperanza es el sueño de los despiertos, la mandataria tendrá que hilar fino para dar propuestas y no solo exponer buenas intenciones. Si su objetivo es “afianzar el crecimiento y progreso del Perú” y forjar “unidad y confianza”, debe ser clara y precisa. Para que los ciudadanos pongan el hombro en esa tarea nacional hay que presentar un programa creíble. ¿No os parece?
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