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martes, 5 de septiembre de 2023

ALPACA: El guardián de las alturas

Su nombre se ha convertido en sinónimo de lana fina y de alta calidad utilizada en el elegante mundo de la alta costura. Se trata de una de las más cálidas y finas, solo superada por la vicuña. Nos referimos a las alpacas. De nombre científico Vicugna pacos, varían en altura de 80 a 90 cm. Sus cabezas son pequeñas y redondeadas, con orejas diminutas, ojos grandes y una expresión dulce. El dorso es ligeramente curvado y la cola cuelga cerca de los cuartos traseros. Tienen un perfil suavemente redondeado con un cuerpo ancho, más perceptible cuando se ve desde detrás y patas cortas. El peso vivo está entre 75 y 85 kg. A diferencia de la vicuña, que es un camélido silvestre, la alpaca fue domesticada y convertida en animal de crianza por los antiguos peruanos -su domesticación se viene realizando desde hace miles de años y se han encontrado restos arqueológicos de la cultura mochica donde aparecen representados - aunque no con el propósito de trasladar carga como ocurre con la llama, sino para aprovechar económicamente su fina fibra o lana con fines textiles, lo que le ha valido el reconocimiento de “El oro caminante de los Andes”. La alpaca es de menor tamaño en promedio que la llama y un poco más grande que la vicuña, llegando a superar el metro y medio de altura, con un peso de 60 a 70 kilos. La fibra de alpaca es una de las más finas del mundo y supera en calidad a la de cachemir y a la lana de oveja, por lo que es preferida para la confección de chompas, suéteres, faldas, entre otras prendas de vestir; también accesorios como bolsos, carteras y correas, e incluso tapices y alfombras. Perú posee más de 3 600 000 ejemplares de alpacas en su territorio, que representan el 87% de la población mundial, y es el primer productor mundial de fibra de este camélido altoandino. La crianza de camélidos constituye una de las actividades productivas y económicas más importantes que se desarrolla en la zona altoandina peruana, y de ella dependen entre el 70% y el 80 % del ingreso familiar anual (de acuerdo a la FAO), constituye una actividad de agricultura familiar, la cual es de prioridad para el Estado. Existen tres razas de alpaca: Huacaya, Suri e híbrida. El 80% de alpacas son de raza Huacaya, el 12% son de raza Suri y el restante 8% son híbridas. Los ejemplares de raza Huacaya se caracterizan por la cobertura total del cuerpo con un vellón muy denso y de fibra pesada; mientras que la raza Suri tiene un vellón más sedoso, lacio y de mayor crecimiento. Una de las características notables de la fibra de alpaca, que la posicionan como un producto de gran demanda por la industria textil, es su capacidad térmica para abrigar cuando hace frío y es ligera cuando hace calor. Asimismo, su finura se expresa en el diámetro que puede alcanzar las 19 micras de diámetro y una medulación muy baja, lo que permite confeccionar prendas más delgadas y ligeras, utilizables en cualquier temporada del año. La fibra de alpaca, luego de la esquila, está categorizada según la normatividad técnica vigente en extrafina, fina, semifina y gruesa. Si la compra la industria, lo hace según sus calidades Royal, Baby, Súper baby, Fleece, Medium Fleece, Huarizo o alpaca gruesa. Otra de las características de la fibra de alpaca es su durabilidad, lo que permite que sea reutilizada. Por ello el 90% de la fibra de alpaca se exporta a más de 20 países. Los mayores envíos son a China e Italia. También se caracteriza por su propiedad higroscópica, puesto que la absorción de la humedad ambiental de la fibra de alpaca es baja. Del mismo modo, tiene muy buena elasticidad y resistencia, siendo posible compararla con la de la lana y otras fibras animales. Otro atributo es la suavidad, puesto que la estructura de la fibra de alpaca la hace muy suave al tacto, siendo comparada con la fibra de Angora y del Mohair. Además, la fibra de alpaca tiene una menor tendencia al afieltramiento, si es que la comparamos con la lana y otras fibras animales. Finalmente, la fibra de alpaca es antialérgica, ya que no contiene lanolina; y tiene más de 22 colores naturales, desde el negro, con variaciones de grises y marrones, hasta el blanco. La fibra de alpaca debe sus inigualables características a la especial combinación del clima, altitud y pastos que son su alimento y que son bajos en proteínas, son únicos en los Andes. Las principales regiones productores de fibra de alpaca son Puno, Cuzco, Arequipa, Huancavelica, Apurímac, Ayacucho y Pasco, en zonas ubicadas por encima de los 3800 metros sobre el nivel del mar. Por cierto, existe una leyenda poco conocida detrás del origen de las alpacas. Se cree que provienen de la espuma del agua. Se dice que el Apu Jaucara estaba enojado con su hija, la ñusta (princesa) Kirma, porque quería vivir con un apuesto joven que la había dejado embarazada. Para aplacar la ira de su padre, a la ñusta se le ocurrió la idea de tejer un poncho gigante, de 100 km de ancho, usando la espuma del agua para esculpir unos hermosos animales llamados alpacas, a los que les dio un soplo de vida. Ella usó esta hermosa fibra para hacer la maravillosa prenda. Sin embargo, parece que ya era demasiado tarde, porque el padre de Kirma envió a su hija para que la cuidara su hermano, el Apu Ausangate. Al enterarse de esto, el joven pretendiente fue tras su amada, pero el Apu Jaucara lo convirtió en una estatua de piedra, mientras él convertía a su hija en una montaña: la famosa Winikunka, o Montaña Arcoíris, ubicada en el camino al Ausangate. La leyenda nos muestra cómo esta fibra noble, que ahora se exhibe en los escaparates de las tiendas de todo el mundo, vincula a las alpacas con la cosmovisión andina.
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