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sábado, 18 de abril de 2020

ECUADOR: Una trágica advertencia para América Latina

Cuerpos abandonados en las aceras y calzadas, que ni los médicos ni policías quieren recogerlos. Las funerarias, sin ataúdes, usan cajas de cartón hechas por compañías que suelen empacar bananas y camarones. El desastre que se desarrolla en Guayaquil, la capital comercial de Ecuador - con los muertos pudriéndose al sol - ofrece una mirada ominosa sobre la nula capacidad de las autoridades golpistas para responder a la pandemia de Coronavirus en su país, pero que además es una advertencia a América Latina que puede verse peligrosamente afectada debido a la agudización de las desigualdades sociales, las debilidad de los servicios públicos y las economías frágiles que caracterizan a gran parte de la región, debido sobretodo a las políticas neoliberales que solo favorecen a unos cuantos privilegiados, dejando abandonados a su suerte a los demás. “Lo que estamos viendo en Guayaquil es lo que puede suceder en la mayoría de las grandes ciudades de Sudamérica, donde existe la pobreza generalizada”, dijo Alexandra Moncada, directora de CARE, la organización internacional de ayuda, en Ecuador. Cabe destacar que con una población de 17 millones de habitantes, Ecuador tiene una de las tasas oficiales más altas de infecciones por Coronavirus, y muertes, per cápita en América Latina. Todavía no está claro por qué ese pequeño país se ha visto tan profundamente afectado. Algunos expertos creen que el virus pudo haber ‘viajado’ hasta ese territorio debido a los profundos vínculos migratorios que mantiene con España e Italia, y luego se propagó cuando el golpista y felón Lenín Moreno se negó inicialmente adoptar medidas para controlarlo. Impotente abre la pandemia y demostrando su completa inutilidad ante las dantescas imágenes de muertos en las calles, termino por aceptar la cruel realidad y confesó que “la cifra real es mucho mayor, pero como las pruebas realizadas son limitadas, es imposible determinar el verdadero alcance de las infecciones”. La mayoría de las muertes se produjeron en Guayaquil, la dinámica ciudad portuaria del Pacífico con una población de tres millones de personas, la cual se convirtió en la primera gran metrópoli de la región que sufrió el colapso de sus servicios públicos. Desde el comienzo de la crisis, a fines de marzo, miles de cuerpos aparecieron abandonados en las calles de Guayaquil - donde incluso son atropellados una y otra vez por los conductores - dejados por sus parientes que sin saberlo también resultaron contagiados que a los pocos días acompañaban a los cadáveres arrojados por ellos a la vía pública, proporcionando terribles escenas propias de las películas post apocalípticas. El virus se ha propagado tanto en las lujosas urbanizaciones cerradas como en los barrios pobres ubicados en los cerros. En cuestión de días, la explosión de la mortalidad abrumó a las autoridades, y cientos de cuerpos comenzaron a acumularse en hospitales, morgues y hogares, pero al no encontrar espacio, comenzaron a aparecer tirados en calles y plazas de Guayaquil. Una ecuatoriana llamada Lourdes Frías dijo que pasó cinco días intentando que alguien recogiera el cuerpo de un anciano vecino que murió la semana pasada, luego de tener problemas respiratorios. Explicó que las líneas telefónicas de emergencia estaban constantemente ocupadas, y en las raras ocasiones en que podía hablar con algún funcionario “le decían que no había nadie disponible para ayudarla y que se hiciera cargo de el como pueda”. A medida que pasaban los días, otras personas de su edificio -ubicado en el barrio Socio Vivienda de Guayaquil - comenzaron a clamar para que llevaran el cuerpo a la calle. Como nadie vino a recogerlo, lo tiraron a la calle. “Nuestra situación es una pesadilla de la que no podemos despertar y el gobierno no hace prácticamente nada para ayudarnos”, dijo Frías. El dramático aumento de las muertes en Guayaquil, y las imágenes que circulan en las redes sociales de cuerpos envueltos en plástico y dejados en las puertas de las casas, han expuesto los posibles efectos del Coronavirus en los sectores más pobres de los países en desarrollo, donde el acceso a la atención médica y otros recursos es problemático incluso antes de la pandemia. A medida que el virus comenzó a propagarse, algunas familias dieron a conocer que sus seres queridos habían pasado días intentando conseguir tratamiento en hospitales; pero también demoró semanas recuperar los cuerpos de sus familiares y tratar de darles sepultura. La crisis de los cadáveres alcanzó dimensiones tan grandes que las empresas de cartón, que normalmente fabrican empaques para productos agrícolas de exportación, comenzaron a donar ataúdes de cartón a las familias afectadas. Al igual que muchos residentes de Guayaquil que trabajan en la economía informal, sin prestaciones ni seguridad laboral, Frías, una trabajadora del hogar, perdió la posibilidad de ganar dinero cuando se impuso la cuarentena. Al mismo tiempo, la escasez ocasionada por el confinamiento hizo que los precios de los alimentos se dispararan. Los residentes dicen que, en las últimas semanas, el precio de las patatas (papas) un alimento básico en el país, se ha disparado en Guayaquil: con un dólar solían comprar 2,2 kilogramos de papas. Ahora el mismo dólar alcanza para menos de medio kilo. Para disminuir las dificultades económicas, el gobierno comenzó a pagarles a los trabajadores informales un estipendio mensual para que se queden en casa, una cantidad que es aproximadamente la cuarta parte de lo que un ama de llaves como Frías suele ganar en un mes, por lo que no soluciona nada: “Siempre me ha gustado tener mis cosas: mis frijoles, mi arroz”, dijo. “Ahora estoy viviendo de la caridad y la gracia de Dios” expreso. La pandemia del Coronavirus ha dejado a la economía de Ecuador, que ya estaba en graves problemas, con pocas alternativas más allá de las donaciones. El colapso de los precios del petróleo diezmó a la principal fuente de ingresos del gobierno. Un paquete de austeridad impulsado por Moreno para mitigar las exigencias de los acreedores internacionales provocó el despido de unos 3500 trabajadores de la salud pública el año pasado. Y la decisión del gobierno ecuatoriano de usar dólares estadounidenses como su moneda oficial (dejando de lado al Sucre) tomada durante la crisis financiera del año 2000, significa que no se puede imprimir más dinero para compensar a los trabajadores afectados. Las presiones económicas que enfrentan los sectores pobres de Guayaquil muestran la compleja dinámica de clase que ha empeorado la epidemia en el país, y que podría replicarse en todo el continente. La capacidad del virus para abrumar de manera abrupta las capacidades de Guayaquil puede servir como una advertencia para toda la región, dijo Jarbas Barbosa, subdirector de la oficina para las Américas de la Organización Mundial de la Salud. “Creemos que todos, en algún momento, registrarán una transmisión comunitaria generalizada” del virus, dijo. Algunas de las primeras infecciones que fueron confirmadas en Guayaquil sucedieron entre estudiantes ecuatorianos acomodados que estudian en España pero regresaron con sus familias para escapar del brote en Europa. Según las autoridades locales, las infecciones se propagaron en las bodas de la alta sociedad celebradas el mes pasado. Para cuando el virus llegó a los barrios populares, la dinámica se había revertido. Mientras los ecuatorianos de las clases acomodadas pudieron abastecerse de provisiones y recluirse en sus hogares, muchos trabajadores manuales han desafiado las órdenes del gobierno de quedarse en casa para poder llegar a fin de mes. Los residentes de barrios pobres dicen que muchos de sus vecinos continúan trabajando todos los días, lo que incrementa el riesgo de contagio. Algunos piden comida de puerta en puerta. Los bancos se convirtieron en zonas de alto riesgo cuando los ecuatorianos, muchos sin cuentas bancarias, se presentaron en masa a reclamar su bono de 60 dólares en efectivo. La crisis de Ecuador ha afectado con especial severidad a los aproximadamente 500.000 venezolanos que abandonaron su país engañados por las falsas promesas de ayuda por parte de los EE.UU. dentro de su campaña mediática contra Venezuela. Pero a diferencia de los ecuatorianos, ellos no son elegibles para recibir los subsidios del gobierno. Oficialmente, Ecuador ofrece atención médica universal, pero muchos venezolanos temen que serán los últimos en ser considerados y muchos buscan retornar a su país, pero con las fronteras cerradas, están atrapados en una ratonera del cual no pueden escapar. De nada le ha valido al traidor de Lenin Moreno colocarse bajo las órdenes del Criminal de Guerra Donald Trump cuando este, con su clásico desprecio a los latinoamericanos, solo se ‘acuerda’ de la región en la medida que le pueda ser útil para invadir Venezuela, su gran obsesión. Fracasó en Siria, fracasó en Ucrania, fracasó en Corea del Norte, fracasó en Afganistán, fracasó en Irán y ahora para intentar relamerse de sus heridas intentara aventurarse en la región para derrocar a la Revolución Bolivariana y apoderarse de sus reservas de petróleo, las más grandes del mundo. Pero Venezuela no esta sola ya que tiene de su lado a Rusia, por lo que EE.UU. volverá a morder el polvo de la derrota. De ello no hay duda alguna. En cuanto a Ecuador, es un clásico ejemplo de que la traición se paga… y de que manera (Venga ya, es curioso por decir lo menos, que tanto aquella prensa venal y vendida como los perros falderos del Grupo de Lima, hayan querido invisibilizar la tragedia que se vive en ese país, todo porque su corrupto gobierno de ladrones y mafiosos esta alineado con Washington, que si ello hubiese ocurrido en Caracas, ya estarían pidiendo a gritos “una intervención humanitaria” Si que se les ve el plumero) :(
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