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sábado, 27 de febrero de 2021

ALEJANDRO TOLEDO: ¿La justicia se olvidó de el?

Es increíble como en ese país bananero llamado Perú, ya no se diga absolutamente nada sobre ese cholo borracho y fumón - acérrimo defensor del matrimonio homosexual, la despenalización del consumo de drogas, el aborto libre, la eutanasia, el lenguaje inclusivo y la ideología de género entre otras aberraciones - quien se encuentra bajo libertad restringida en los EE.UU. a la espera de su extradición para que responda en el Perú por los graves delitos de corrupción por el que esta acusado y que le garantiza una buena temporada en el penal de Challapalca, quien sabe compartiendo la celda con ese mitómano de Martín Vizcarra, otro sujeto de su misma calaña. Nos estamos refiriendo obviamente a Alejandro Toledo, el cual recibió cuando estaba en el gobierno, millonarios sobornos de parte de la constructora brasileña Odebrecht para ser favorecida al momento de la licitación de grandes obras públicas, con grave perjuicio de los intereses nacionales. Lo que llama la atención - y es por ese motivo que en esta ocasión me ocupo de su caso - es que han pasado varios meses desde que la fiscalía anuncio que iba a presentar la acusación para lograr traer de vuelta a ese dipsómano al Perú, pero hasta el momento nada de nada. Si bien es cierto que mientras en los EE.UU. el magistrado Thomas Hixson - de la Corte del Distrito Norte de California - fijó inicialmente la primera vista del juicio de extradición de Toledo para el 11 de marzo, pospuso insólitamente el inicio del juicio hasta junio del 2021 aceptando la absurda petición de su defensa; entretanto en el Perú, el controvertido juez Concepción Carhuancho de una manera sospechosa, devolvió la acusación formulada por la fiscalía contra Toledo aduciendo “falta de pruebas” a pesar de que estas son contundentes. Como sabéis, el Ministerio Público presento una acusación contra Toledo por haber recibido sobornos para la construcción de dos tramos de la carretera Interoceánica Sur. Los episodios en los que se fundan los cargos ya se conocen de sobra desnudando la podredumbre moral de aquel individuo. En efecto, los detalles fueron proporcionados principalmente por Odebrecht, que pactó con él un pago de US$ 35 millones, y por Josef Maiman, el mediador para los depósitos. Para facilitar su extradición de los EE.UU. es pertinente que el Poder Judicial peruano realice el control de la acusación, una fase intermedia previa al juicio oral. Aún no será posible, porque Concepción Carhuancho pidió al fiscal José Domingo Pérez “esclarecer la situación de las empresas consorciadas con Odebrecht” tratando de ganar tiempo para favorecer a Toledo. Lo más destacado es la contundencia de las pruebas contra el indicado sujeto que dejo al descubierto todos sus sucios negociados con la constructora brasileña y que Concepción Carhuancho se niega a ver. Por una parte, están corroborados los encuentros en Lima y Brasil entre los ejecutivos de Odebrecht y el cholo, uno del 4 de noviembre del 2004 en el hotel Marriott de Río de Janeiro, donde se pactó la cifra. El primer contacto se había producido en agosto de ese año, cuando Marcelo Odebrecht y el gerente en el Perú de la empresa, Jorge Barata, visitaron a Toledo en Palacio de Gobierno. Entonces, en un aparte, el jefe de seguridad presidencial, Avi Danon, le dijo a Barata que podrían ganar la licitación de la Interoceánica a cambio de dinero. Luego Toledo le consultó a su amigo, el empresario israelí Josef Maiman, si recibiría un pago de Odebrecht para él. En Brasil, Maiman confirmó esta disposición y entregó luego a los brasileños las cuentas en las que se harían los depósitos. Toledo asumió tres compromisos: Odebrecht ganaría la licitación, las fechas del proceso no se postergarían y las bases serían cambiadas para evitar la competencia de otras compañías. Pero en ese momento los procedimientos para lanzar la gran obra ni siquiera habían comenzado. ¿Cómo se hacían planes en el aire? Fue el abogado de Toledo, Roberto Su, quien en uno de los interrogatorios le preguntó a Barata sobre la “rareza” de acordar un cambio de bases que aún no existían, o inmovilizar plazos de un concurso que no estaba convocado. Barata respondió que ellos “ya sabían, por anticipado, cómo se diseñarían esos documentos”. En el segundo semestre del 2004, Toledo convocó a los funcionarios públicos responsables de elaborar los estudios técnicos para que fueran entregados en el más breve plazo. Entre otros, estuvieron el ministro de Transportes y Comunicaciones, José Ortiz, el viceministro Néstor Palacios, el director ejecutivo de ProInversión, René Cornejo. Odebrecht pretendía rapidez en la convocatoria y rigidez en los plazos porque sus competidores no podrían presentar una propuesta consistente en poco tiempo. Así, a comienzos del 2005 la pseudo licitación, a cargo de ProInversión, ya estaba en marcha para favorecer a como de lugar a Odebrecht. En este organismo hay un Consejo Directivo, integrado por ministros, que aprueba pautas generales, y un Comité de Proyectos de Infraestructura, que estuvo a cargo del concurso. El Ministerio Público ha demostrado que los miembros de ambas instancias pactaron jugosos beneficios con Odebrecht a cambio de entregarle la obra. Era la corrupción a todo nivel; Si Toledo roba a manos llenas, ellos también se creían con ese “derecho” ya que no querían ser menos que el indio de Cabana. La acusación señalo una serie de hechos adicionales al pacto que hizo Toledo y que favorecieron expresamente a la empresa brasileña desde el concurso hasta el inicio de la obra: la premura en el estudio de factibilidad, la inclusión del proyecto en la cartera de ProInversión sin un estudio técnico, la marginación del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), medidas obstruccionistas contra otras empresas, la desestimación de observaciones de la Contraloría General de la República y la emisión de adendas cuestionables con contrato de concesión. Estas escandalosas irregularidades no solo habrían sido responsabilidad exclusiva de Toledo, ya que tuvo sus cómplices en el delito: ministros y ejecutivos estatales, comenzando con su por entonces primer ministro, el conocido lobbysta y Traidor a la Patria Pedro Pablo Kuczynski. En esta lógica, el fiscal José Domingo Pérez ha animado dos procesos por los mismos hechos contra dos grupos de funcionarios. Por una parte, los ministros del Consejo Directivo de ProInversión junto con autoridades de los sectores involucrados, entre los cuales destaca Kuczynski. Por otra, los miembros del Comité de Infraestructura de la agencia estatal, que condujeron la licitación: Sergio Bravo y Alberto Pascó-Font. Había un tercer miembro imputado, Patrick Barclay, que falleció. En suma, una constelación de funcionarios públicos no incriminados por los delatores. Es obvio que Toledo no ha actuado solo y su culpabilidad no esta en duda, pero Concepción Carhuancho aduce cínicamente “la falta de pruebas” para devolver la denuncia, favoreciendo con su condenable actitud a Toledo quien busca la impunidad de sus delitos y evitar su extradición al Perú, donde su condena estaría asegurada. La larga lista de delitos cometidos por Toledo y sus secuaces no están en discusión. Huellas del pacto de Odebrecht con los funcionarios públicos abundan en el expediente. Es por ese motivo que el fiscal Pérez, a partir de las sólidas pruebas existentes, presento la acusación, pero Concepción Carhuancho demostrando una vez mas su favoritismo hacia Toledo, la devolvió argumentando falazmente que el Ministerio Público “precise la responsabilidad de tres constructoras nacionales -G&M, JJ Camet e ICCGSA - que podrían tener responsabilidad como institución, independientemente de la que se atribuye a sus ejecutivos”. Venga ya, a todas luces se trata de una leguleyada esperando que el tiempo transcurra y prescriban todos los delitos, tanto de Toledo como de los directivos de esas empresas que se encuentran profundamente involucrados en actos de corrupción y ello no puede permitirse por ningún motivo. Lamentablemente en el Perú, las investigaciones no avanzan con la celeridad necesaria para castigar ejemplarmente a los responsables, ya que la justicia que tarda no es justicia (Cabe precisar que junto a Toledo, debe ser también ser llevada esposada al Perú su estrafalaria mujer de cabello de zanahoria - Eliane Karp - acusada de robar una docena de momias de la comunidad de Leymebamba (Chachapoyas), de 800 años de antigüedad con el pretexto que iban a ser exhibidas en Europa en el 2006, pero desde entonces se desconoce su paradero. A la cárcel con este par de dos) :(

jueves, 25 de febrero de 2021

MITSUBISHI MONTERO SPORT 2021: Alta performance

Porque sabemos que los amantes de la aventura y de las experiencias de lujo no se detienen, Mitsubishi presenta en el Perú una nueva versión de su emblemática SUV, la All New Montero Sport 2021. Este modelo reúne lo mejor de dos mundos, la energía y espíritu aventurero off road y la sofisticación de su esencia cosmopolita. El Montero Sport 2021 te ofrecerá versiones 4×2(AT) y 4×4(MT y AT). Además, ha sido renovada por dentro y por fuera. La Montero Sport 2021 cuenta con un diseño completamente renovado. Su silueta ha sido pensada para proporcionar un mayor espacio y confort. Su personalidad deportiva, junto al Advanced Dynamic Shield, se hacen presentes en la parte frontal, como en toda la gama de vehículos de Mitsubishi Motors. Otro aspecto que ha sido renovado de la Montero Sport es la parte frontal de la SUV, en específico los faros y los neblineros LED y la posición más alta de su capot. De acuerdo a Ider Cifuentes, director comercial y marketing de Mitsubishi Motors en Perú, desde que la Montero Sport ingresó al mercado a nivel mundial, en el año 1996, ha evolucionado, perfeccionando atributos como la versatilidad y fuerza en todo tipo de terreno. “Esta nueva propuesta de diseño, tecnología, seguridad y confort la ubicarán en la cima de la preferencia del público interesado en una camioneta de alta gama, perfecta para la ciudad y la aventura” añadió. La All New Montero Sport 2021 ofrece un mayor espacio interior, otorgando comodidad al piloto y copiloto, además de ofrecer confort a los pasajeros gracias a sus 3 filas de asientos de cuero. Esta última sección se puede replegar completamente sin quitar espacio al maletero, que cuenta capacidad hasta para 971 litros. De la misma manera, los detalles acolchados y sus costuras visibles brindan una personalidad más refinada. Este increíble SUV de Mitsubishi te permite conectar tu smartphone a través de sistemas como Apple CarPlay y Android Auto, esto te ofrece la oportunidad de disfrutar de tus mejores aplicaciones en un solo lugar. Además, esto se complementa perfectamente con sus atributos de confort, como el sistema de purificación de aire y apertura automática de la maletera, con sensores de proximidad, convirtiendo al All New Montero Sport en una experiencia de viaje premium. Cuenta con un nuevo y mejorado sistema de seguridad, que no solo protege a sus ocupantes sino también a los peatones, ya que previene diversos tipos de colisiones. Además, su sistema de frenos de alta precisión y siete airbags en toda la cabina hacen que la New Montero Sport se destaque como uno de los vehículos más seguros del mercado. Su selector electrónico permite afrontar los más duros terrenos de una geografía tan diversa como la del Perú, asegurando viajes fuera de carretera gracias a que su nueva generación la versión 4×4 Automática incluye un sistema de blocaje posterior adicional. Otras funcionalidades que se pueden resaltar son el lane change assist que asiste al conductor con el cambio de carril cuando este se encuentra manejando en carretera; esta es una alerta de punto ciego, pero con un mayor alcance. El rear cross traffic alert emite una alerta en caso el vehículo esté retrocediendo mientras que otro está avanzando. De esta manera, se puede prevenir una colisión. Este sensor permite salir de un estacionamiento en reversa con mayor seguridad. En relación a su coste y disponibilidad, la New Montero Sport 2021 ya esta a la venta en el Perú a través de la red nacional de concesionarios de Mitsubishi desde u$s41,990. Ve a por el tuyo :)

martes, 23 de febrero de 2021

LA LIMA QUE NO CONOCES: La Casa de Pilatos

Frente a la iglesia de San Francisco, sobre la antigua calle el Milagro (hoy jirón Ancash), existe una casona considerada como una de las más antiguas de Lima, de especial arquitectura, que no se asemeja a otras de las de la Ciudad de los Reyes. Que la casa perteneció a un conquistador, compañero de Pizarro, lo prueba la escalera que está colocada frente a la entrada; ya que parece que eso era una prerrogativa acordada por los conquistadores. Esta era una casa misteriosa, que se prestaba para la fantasía; todo el que pasaba delante de ella, sea limeño o extranjero, no dejaba de detenerse para ver con curiosidad el interior. Ricardo Palma cuenta al respecto en sus Tradiciones Peruanas que esta casa era conocida por la Casa de Pilatos. ¿Porque la denominaban así? Construida en 1590, medio siglo luego de la fundación de Lima y cuando los jesuitas acababan de llegar al Perú. Quien trazó los planos fue el padre Ruíz del Portillo, superior de esta orden, quien mantenía amistad con un rico mercader español apellidado Esquivel, propietario del terreno. El Monasterio de San Francisco se había terminado de construir en 1546, de la obra habían sobrado unas maderas y ladrillos que Esquivel aprovechó en comprar a un ínfimo precio; el mismo arquitecto que edificaba el colegio máximo de San Pablo, se encargó de construir la casona, un edificio sólido, resistente a los temblores, que, ciertamente, no son pocos los que ha resistido. Se decía que en los sótanos existía una ancha galería que comunicaba con el convento de San Pedro donde habitaron los jesuitas. Palma cuenta que ese subterráneo era un lugar que le venia de perilla a los futuros escritores, ya que ahí se podían crear muchas historias de conspiraciones. ¿Pero para qué se hizo ese subterráneo? Ni Palma lo sabia ni tampoco le interesaba saberlo. Hasta 1635 la casa sirvió de posada para mineros y comerciantes portugueses. Por esa época, la plaza del mercado se situaba en San Francisco y el patio de la casa fue ocupado por los vendedores de frutas. La casona fue heredada por doña María de Esquivel y Járava, esposa de un general español; muerta ella, la Inquisición, por deudas contraídas y tras tres años de juicio, decidió rematarla. Don Diego Esquivel y Járava, de origen cuzqueño, no quiso que la propiedad de su tía abuela pasara a familias extrañas por lo que pagó la deuda de los acreedores. Fue luego de la Independencia cuando la casona pasó a otros propietarios. ¿Pero por qué se llama Casa de Pilatos? Hay una versión que nos da el motivo. Según se dice, en agosto de 1635 y cuando la casa estaba arrendada a mineros y comerciantes portugueses, pasó por ella un viernes por la noche, un joven que había tomado unos tragos de más. El joven al notar que la puerta estaba sin cerrojo, ingresó, al ver luces en los altos y escuchar ruidos de gente, pensó que se trataba de una jarana, subió por la escalera de piedra. Al llegar al segundo piso, caminó por los corredores hasta llegar a una ventana, pudo ver, a través de ella, que se trataba de un gran salón cuyas paredes estaban tapizadas de un género color negro. Notó que bajo un dosel estaba el hombre más acaudalado de la ciudad, el portugués don Manuel Bautista Pérez, y hasta cien compatriotas suyos sentados en unos escaños escuchando en silencio el discurso de Pérez Bautista. Frente al dosel, había un crucifijo en tamaño natural. Cuando terminó de hablar Pérez, todos los asistentes, menos él, fueron por turno levantándose de sus asientos, avanzaban hacia el crucifijo y todos iniciaban a flagelar al Cristo. Pérez - como Pilatos - autorizaba este castigo. El intruso no pudo ver más, se escapó como pudo de la casa y fue con el dato a la Inquisición que a las pocas horas les echó la mano a Pérez Bautista y a los cien judíos portugueses, mientras el crucifijo profanado fue llevado en procesión a la iglesia de San Pedro. Bajo tormento Bautista confeso era el rabino de la congregación y que utilizaba la casona como sinagoga para sus aberrantes prácticas. Por ese motivo, este judío junto con diez de sus correligionarios, fueron quemados vivos en el auto de fe de 1639. Asimismo, cincuenta portugueses más fueron castigados a latigazos - todos ellos poseedores una gran fortuna - que les fueron embargados y obligados bajo pena de muerte a para que se ‘conviertan’ en cristianos. Demás esta decir que muchos de ellos no aceptaron el trato y terminaron de combustible para la hoguera. Entretanto, al judío Bautista Pérez los limeños le pusieron el apodo de Pilatos, y desde entonces, la casona quedó bautizada con ese nombre. Cabe destacar que en el siglo XIX, cuando llegó la Independencia a toda América, fue en esa casona donde funcionó la primera logia masónica preparatoria para la llegada de San Martín. Tras ser comprada por el gobierno peruano durante el segundo gobierno de Manuel Prado, se convirtió en sede de la Casa de Cultura (antecesora del Instituto Nacional de Cultura) hasta que tras la promulgación de la constitución de 1993 se instalo el Tribunal Constitucional (TC) de infausto papel en estos convulsionados tiempos. Pero esa es otra historia :)
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