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sábado, 16 de enero de 2010

PERÚ, FIESTAS Y DANZAS: La Marinera (Trujillo)

El Perú es una fiesta de color y tradición. Es por ese motivo que iniciamos una nueva serie de doce capítulos en la cual daremos a conocer las diferentes manifestaciones artísticas que se dan en este país en el transcurso del año. Es cierto que muchas celebraciones quedaran fuera de la lista, pero trataremos de ocuparnos de las mas importantes ¿vale? Y que mejor manera que iniciarlo dedicando nuestra primera entrega a la Marinera, un baile de pareja muy conocido en el Perú, caracterizado por el uso de pañuelos. Esta danza ha dado lugar a una fiesta que se realiza cada año en Trujillo, del 20 al 30 de enero denominado el Festival Nacional de la Marinera, donde la ciudad se viste de gala para recibir a danzantes que demuestran su arte con suma destreza. Su origen se remonta a los bailes de salón europeos del siglo XVIII. Conocida desde tiempos del dominio español como la Zamacueca, no fue sino hasta 1879, durante la Guerra con Chile cuando el escritor Abelardo Gamarra propuso el cambio de nombre, por el de “Marinera” en honor al héroe naval Miguel Grau. Desde entonces se conoce así. A mediados del Siglo XX se produce un fenómeno especial en el desarrollo de este baile como resultado de la creación del Festival Nacional de la Marineara en Trujillo, que va en su 50 edición. Asimismo, en el Perú existen principalmente tres tipos de Marinera, de acuerdo a la región donde se baile: la serrana es la más sobria de todas; la Limeña es elegante y cadenciosa; y la Norteña es la más alegre, provocativa, colorida y de mayor ritmo. El 30 de enero de 1986, las formas coreográficas y musicales de la marinera en todas sus variantes regionales fueron declaradas como Patrimonio Cultural de la Nación Peruana por el Instituto Nacional de Cultura, siendo ésta la primera declaratoria de este orden otorgado por el Estado Peruano :)

OROPESA: Donde nació el famoso pan cuzqueño

Venga, quisiera contarles ahora un suceso que me sucedió hace un tiempo, porque fue algo muy curioso que me llamo mucho la atención cuando visite por primera vez el Cuzco y que me ofrecieron a la salida del aeropuerto. Se trataban de enormes panes redondos en bolsas de color naranja, que son típicos de la zona los cuales son preparados por los indígenas y conocidos por ser de tamaño gigante y medir aproximadamente unos 30 x30 cm y 4 x4 cm de grosor, caracterizados por ser suaves y tener un sabor muy delicioso, porque a diferencia de los preparados en las panificadoras y que compramos en los autoservicios, los nativos lo hacen en sus casas, donde tienen hornos artesanales, a base de huevos y harina de trigo de sus propias cosechas que le dan ese sabor tan característico - y que según me informaron - es vendida tanto en sus ferias de fin de semana, como a los turistas en las paradas de autobuses, en el aeropuerto y sobre todo en las estaciones del ferrocarril, como pude comprobarlo cuando iba a Machupicchu, porque cada vez que el tren se detenía en una de ellas, las vendedoras con una cantidad de esas bolsas bajo el brazo se acercaban a las ventanas de los vagones para ofrecer sus productos. La primera vez que los vi me parecieron pizzas sin cortar y al probarlo en el hotel con una taza de chocolate caliente, me parecieron deliciosas, tanto que cuando regrese a Lima me traje una bolsa de esos panes en el equipaje .Estando en la sala de espera vi que otros viajeros también llevaban una muestra para sus familiares como obsequio, que según me dijeron es una costumbre local, a fin de que también puedan estos saborearlas. Lo malo es que al día siguiente de mi llegada y querer probarlas se habían endurecido, pero al colocarlas en el microondas y problema resuelto. Se trata del llamado Pan de Oropesa, que es la localidad que le da el nombre al más famoso pan del Cuzco y que fue fundado por el Virrey Toledo. La tradición panadera de Oropesa nació con la llegada del trigo por parte de los españoles en el siglo XVI y los pobladores aprendieron el oficio de amasar y hornear el pan en pequeñas construcciones de barro. Sobre su origen existen algunas leyendas. Éstas explican que un niño recorría el pueblo llevando el pan de los hornos para vender. Sin embargo, los terminaba regalando a otros niños igual que él. Cuando los panaderos le reclamaban el dinero de las ganancias mágicamente este aparecía. Un día el misteriosamente el niño desapareció. Los pobladores extrañados hallaron su rostro en el niño que cargaba la Virgen del Carmen, patrona del pueblo. Desde entonces, esta pequeña imagen es llamada ‘niño panadero’. La tradición panadera del pueblo adquirió un carácter religioso. En Oropesa se preparan distintos tipos de panes donde destacan: el Pan de Oropesa, hecho de trigo con dimensiones de 30 x 30 centímetros y 4 de grosor. También cabe destacar el pan ‘Tanta wawa’, hechos de trigo y moldeados con formas de niños o niñas (e incluso caballos). Son muy consumidos por los cusqueños los 1 de noviembre (día de todos los santos). De similar manera cabe destacar el pan huaro, consumido en el día a día de las familias cusqueñas. Pero de todos ellos, como podéis imaginar, destaca sobre todo el primero de los nombrados que se ha convertido en uno de sus símbolos tradicionales, tanto como su bandera de los siete colores del arco iris que flamea en todos los edificios y plazas públicas de la Ciudad Imperial. No te olvides de consumirla al visitarla, te encantará :)
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