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sábado, 5 de diciembre de 2009

HISTORIAS DEL TIEMPO: El último Tranvía de Lima

Esta semana y con motivo del anuncio del reinicio de las obras del segundo tramo del llamado Tren eléctrico - que aparentemente aliviará el espantoso trafico que se ve a todas horas en sus calles - es bueno recordar que antiguamente Lima tenía un servicio de transporte masivo que recorría bulliciosamente la ciudad. Se trata del inolvidable tranvía, inaugurado en 1878 y clausurado en 1965. En efecto, el 24 de marzo de 1878 tuvo lugar la inauguración oficial del tranvía urbano de Lima (con tracción animal, en la cual dos coches partieron a las cuatro de la tarde desde la calle Pescadería e hicieron un recorrido de ida y vuelta hasta el Palacio de la Exposición. Quien iba a creerlo, pero para la capital peruana de aquella época este novedoso sistema de transporte era más que puntual, cómodo y seguro. El transporte público de Lima se fue modernizando aceleradamente a inicios del siglo XX. Entre 1902 y 1906 el tranvía de Lima, inició su conversión a la tracción eléctrica y fueron construidas dos nuevas líneas de tranvía eléctrico interurbano (“ferrocarril eléctrico” como lo llamaban popularmente): la de Lima a Chorrillos, y la de Lima al Callao. A lo largo de las décadas del 10 y del 20 del siglo XX el servicio de tranvías eléctricos se constituyó en cuatro líneas: la urbana de Lima y las interurbanas del Callao, Chorrillos y Magdalena. En 1923 el conjunto de estas líneas hacía un total de 166 km. Sin embargo, y a pesar de esas mejoras, desde 1925 la operación de los tranvías se vio seriamente afectada por la competencia de los nuevos autobuses .Como consecuencia de esta competencia desigual las operaciones de los tranvías, desde fines de la década del veinte del siglo XX, comenzaron a ser deficitarias con la consiguiente disminución de su cantidad de usuarios. Para hacer frente a este problema se constituyo la Compañía nacional de Tranvías (CNT) que se hizo cargo de sus operaciones. Sin embargo, esta empresa no pudo revertir la situación insostenible que se agudizaba con el pasar de los años y al final se decidió por su liquidación. Otro de los motivos de su desaparición fueron los cambios en la infraestructura urbana en la ciudad, como la construcción de nuevas pistas, tales como la Vía Expresa lo que originó la supresión del tranvía de Lima a Chorrillos - la más rentable - lo cual incidió en su posterior clausura. También fueron causas de su desaparición los onerosos costos de su mantenimiento y la falta de repuestos en el mercado. La crisis se acentuó y se evidenció en la cantidad de tranvías que circulaban en las calles de Lima. Si en 1956 operaban 70 tranvías, en 1961 el número disminuye a 50, en 1963 se redujo el número a 30 y, en 1965 solo funcionaban 24 tranvías, por lo que la CNT colapso, agobiada por sus deudas. Es así como el Congreso decidió liquidarla definitivamente, por lo que sus viejas y desgastadas máquinas terminaron en los talleres, enmohecidas y convertidas en chatarra. Sin embargo, no desapareció de la memoria de los limeños y es así que décadas más tarde, el Museo de la Electricidad en coordinación con la Municipalidad de Barranco deciden crear el llamado vagón del recuerdo. Desde la creación del Museo se consideró al tranvía como un motivo evocador para los limeños que tuvieron la oportunidad de utilizarlo como medio de transporte. Su rehabilitación fue obra de un grupo de profesionales que trabajaron para concretar este proyecto. Es así como el vagón italiano marca BREDA, y que llegó al Perú en 1956, recuerda a aquellos urbanitos que transitaron por las calles de Lima y Callao, fue inmediatamente sometido a una minuciosa restauración antes de llegar a la Avenida Pedro de Osma donde actualmente circula desde la noche del 22 de agosto de 1997. Es el último que queda de todos aquellos que circulaban por las calles limeñas y una excelente oportunidad para todos los que quieran revivir sus épocas pretéritas, esas que jamás volverán. :(
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