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sábado, 12 de febrero de 2022

PERÚ: Una suma de barbaridades

Aunque la realidad muestra todos los días que la única alternativa viable para evitar que el país andino se hunda en un abismo insondable es la vacancia del filosenderista Pedro Castillo y sus secuaces, la institución capacitada para desalojar a esos delincuentes del Gobierno - el Congreso - sigue paralizado porque algunas bancadas seducidas, engatusadas o compradas por el Poder, cuyos integrantes no quieren además renunciar a las jugosas ganancias e insultantes privilegios que nunca antes tuvieron en sus miserables y patéticas vidas, no quieren tomar la única decisión posible que puede salvar al Perú de caer en las garras del comunismo asesino del cual sería muy difícil escapar. Cuba, Corea del Norte, Nicaragua y Venezuela son un triste ejemplo de ello. Porque como bien adelantó aquel impresentable sujeto que Castillo designó como PCM, la intención de los comunistas encaramados en el poder es cerrar a la brevedad el Congreso obligándolos a que gasten “su bala de plata”. Lo dijo en un arranque de soberbia y a la vez de desesperación, con lenguaje y ademanes de matón, pero reveló lo que algunos observan y vaticinan desde el principio: esa gavilla terrorista como la que domina al régimen ahora, no puede coexistir con un Parlamento que no esté absolutamente controlado y sea sumiso a sus deseos. Si bien ese miserable golpeador de mujeres fue expectorado a los pocos días de ser nombrado, las intenciones de los discípulos de Sendero Luminoso quedaron al descubierto antes de tiempo, y quizá esa fue la verdadera razón por la que Castillo lo echo, por bruto e imbécil. Como sabéis, ellos no pueden tolerar la más mínima crítica, ni el control político, ni las investigaciones que eventualmente puede realizar el Congreso, porque además de comunistas que buscan eternizarse en el poder y solo salir de allí muertos, son ineptos y corruptos. Las expectativas que, sobre todo, los caviares de todas las tendencias vendieron desde el comienzo, eran obviamente infundadas. Ellos decían “que Castillo podía cambiar”, “que podía aprender”, “que se podía moderar”, “que podía escoger un buen equipo de gobierno y suplir de esa manera su indeclinable incapacidad”. Eso, obviamente, era una grosera mentira, pero que ellos difundían interesadamente para obtener a cambio de su interesado apoyo, ministerios y prebendas, cosa que consiguieron, algo a lo que están acostumbrados estos parásitos desde la época del infeliz Paniagua, que maldita la hora que les abrió las puertas del Estado. Pero a pesar de todo lo que propagaron desde un principio para seguir disfrutando de las delicias del poder, el régimen no tiene arreglo alguno no solo por la absoluta ignorancia y total ineptitud de Castillo - un burro en todo el sentido de la palabra - sino porque las facciones que lo respaldan para repartirse los cargos y rodean por ello no van a cambiar ni un ápice ni tampoco él puede prescindir de ellas. Entre esos grupos criminales, encontramos por ejemplo a “Los Dinámicos del Centro”, una banda delincuencial ideologizada al extremo y con una amplia experiencia en el latrocinio en Junín y otros lugares, duchos en evadir la justicia, como su cabecilla Vladimir Cerrón, condenado por corrupción y que insólitamente sigue libre sin cumplir su condena en la cárcel como debiera, o ese otro ladrón apodado “Pinturita” y su banda que fugaron a Bolivia con la protección de Castillo. Mención especial merecen también esos indios narcoterroristas procedentes de Chota como Castillo y sus cómplices del magisterio, cuatreros de poca monta que, deslumbrados por las inmensas posibilidades que se les abren, han entrado a saquear todo lo que pueden. Ejemplos de esa morralla son el ex secretario, la mano derecha del ‘prosor', Bruno Pacheco, y el sobrino Fray Vásquez Castillo - un pobre diablo que no tenia donde caerse muerto antes de la llegada del okupa a Palacio - quien falsificó un certificado médico para no concurrir al Congreso y que se movilizaba en enormes camionetas de una empresa de seguridad de propiedad de un individuo de la calaña de los anteriores. Tienen además una enorme influencia en aquel oscuro individuo, gentuza como Guillermo Bermejo - sindicado por la Dirección Contra el Terrorismo de la Policía como socio de los narcoterroristas del Vraem e increíblemente absuelto por el corrupto Poder Judicial - quien es el que recomendó a ese infeliz de Héctor Valer para PCM. No podemos también olvidar en esta lista al Movadef, Conare y Fenate, organismos de fachada de Sendero Luminoso (como Perú Libre) que por cierto financio la campaña de Castillo con dinero procedente del narcotráfico, como admitió la propia “camarada” Vilma. A esta patibularia coalición se añaden los caviares, que accedieron a una parte del botín al inicio del régimen y ahora, aunque su participación se ha reducido, siguen teniendo expectativas en poder aumentar considerablemente su pedazo de la torta estatal. Ellos solo critican y presionan al régimen en busca de una mayor “tajada” y cuando los complacen, vuelven a ser ‘oficialistas’. Castillo y sus secuaces, saben de la debilidad de esas sanguijuelas por el dinero y astutamente, les siguen dando algunas migajas para mantenerlos a la expectativa y con esperanzas. Esa es “la gente de confianza” de Castillo, ese es su mundo patibulario. Y esa caterva es la que ha llevado a otros oportunistas como ellos a los puestos más importantes del Estado, destruyendo sistemáticamente lo poco de institucionalidad que aún queda. Por cierto, la designación del cuarto gabinete en seis meses ha demostrado que nada va cambiar, que las ilusiones que se hacían algunos cándidos al principio eran solo eso, ficciones, esperanzas sin sentido. El nuevo PCM, Aníbal Torres, además de ser un viejo cascarrabias que se pelea con todos e insulta sistemáticamente a los periodistas, ha cometido tropelías de todo tipo - como amenazar “con hacer bajar de los cerros a los indios para que tomen Lima si censuran a Castillo” o querer indultar a ese asesino de policías como Antauro Humala - expresiones que en un gobierno normal habrían llevado a su inmediata censura y encierro en un manicomio. ¿Y qué dicen de ese charlatán vendedor de cebo de culebra nombrado como ministro de salud? ¿De dónde sacan a esa clase de gente? ¿Del wáter donde esconden miles de dólares robados al Estado? No cabe duda que a estas alturas los únicos que respaldan a Castillo son quienes se benefician directamente a través de puestos públicos, prebendas y corruptelas, y los que tienen esperanzas de obtener algún provecho en el futuro. Una “joyita” de esas es Verónika Mendoza, quien había exigido ser nombrada Primera ministra, cinco ministerios y la embajada en Francia para seguir apoyando a Castillo, según confesión de Cerrón. Venga ya, a la muy trepona como le encanta la mamadera. Así las cosas, el tiempo se va agotando. Si alguien cree que la crisis permanente se va a mantener indefinidamente, está equivocado. Y si el Congreso no vaca a Castillo y su banda cuanto antes, ellos van a deshacerse del Congreso y la democracia para instaurar una sangrienta dictadura comunista siguiendo las enseñanzas de su idolatrado líder Abimael Guzmán Reynoso. Precisamente, son los congresistas quienes constitucionalmente pueden acabar con esa amenaza si se deciden de una vez por todas y dejan de seguir pensando en sus mezquinos intereses. El Perú está antes que todo, entiéndanlo por favor. Tienen que vacarlo ya mismo, o será el inicio del fin (Una buena noticia dada a conocer este viernes da cuenta de que la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso ha aprobado en primera instancia priorizar la denuncia de Traición a la Patria contra Pedro Castillo, cuya investigación se iniciará la próxima semana. Por algo se empieza) :)

martes, 8 de febrero de 2022

LIMABRIT: Una mirada hacia la influencia de la arquitectura británica en Lima

En medio de edificios multifamiliares y viviendas residenciales en los barrios de Miraflores, San Isidro, Jesús María, Lince y Santa Beatriz todavía se pueden ver llamativas casas de techos puntiagudos, con entramados de madera y paredes blanquecinas, entre jardines y tupida vegetación, que parecen sacadas de otro tiempo y otro espacio urbano. Casas de estilo Tudor o de alientos góticos o clasicistas que recuerdan la huella arquitectónica inglesa en una ciudad tan ecléctica como Lima. Esta presencia inglesa en la capital peruana - cuyos orígenes se remontan a mediados del siglo XIX- es rescatada en “Limabrit”, una exposición multidisciplinaria en la galería John Harriman (Bellavista 531, Miraflores) que reúne fotografía, piezas de arte conceptual, instalación, diseño arquitectónico, planos y documentos diversos, y que, como dice su curador Carlos Caamaño, se centra en cuatro tipos de proyectos: “Proyectos que obedecieron a una política exterior inglesa como parte de un proceso poscolonial a través de la arquitectura; proyectos en los que estuvieron comprometidos directamente arquitectos ingleses; y planes privados de viviendas, con un estilo marcado inglés”. En esta exposición colectiva participan además Joaquín García Calderón, José Ignacio Iturburu, Sebastián Gonzalez, Alessandra Rebagliati, Cesar Delgado Wixan, Sergio Guzmán, Michelle Llona, Maya Ballén, Archivo Histórico Centro de la Imagen, Marcelo Morales y Hans Stoll. Los proyectos representados en la muestra comprenden casi 150 años de arquitectura británica en Lima como el Cementerio Británico de 1834. El segundo ejemplo fue el antiguo estadio inglés - hoy Estadio Nacional- donado por Inglaterra al Perú con ocasión del centenario de la independencia; el tercer caso puede ser el del vanguardista proyecto de vivienda social Previ, en Los Olivos, desarrollado por el reconocido arquitecto escocés James Stirling; y el cuarto está representado por las diversas viviendas de resonancias inglesas construidas Lima entre las décadas de 1930 y 1950.Uno de los nombres destacados de la historia de la arquitectura peruana fue el de José Álvarez Calderón (1895-1980), quien estudió en Londres entre 1913 y 1916, y desde la década de 1920, en los siniestros tiempos de la Patria Nueva – durante la oprobiosa dictadura de Augusto B. Leguía - diseñó y construyó en Lima desde residencias privadas de corte inglés en la urbanización Country Club de San Isidro, hasta importantes obras públicas como el hipódromo de San Felipe y edificios en la plaza San Martín. “Álvarez Calderón construyó una vivienda en San Isidro - cuenta Carlos Caamaño - en la calle Santa Luisa, con todos los entramados de madera en el techo, que también se pueden ver en la fachada, muy propios del estilo Tudor inglés. Y esta casa ahora pertenece al Phoenix Club, que es de los ingleses, con lo que se cierra el círculo de un arquitecto peruano que estudió en Inglaterra y diseñó en Lima una casa al estilo inglés que terminó siendo ocupada por un club de descendientes de ingleses”. El Phoenix Club fue una de las primeras instituciones británicas fundadas en Lima, su creación data de 1879 y su primera sede estuvo en la Plaza Mayor, luego se trasladó al edificio Fénix de la Plaza San Martín para, finalmente, establecerse en San Isidro. El caso de Álvarez Calderón está asociado a otro personaje inglés, quien entre los años 20 y 30 realizó una serie de bocetos y colaboró con el diseño interior de Palacio de Gobierno: su nombre es Ernest Cunliffe y en “Limabrit” se pueden ver algunos de sus dibujos de casonas con techos en dos aguas, pórticos, chimenea y bellos artesonados de madera. Lamentablemente, muchas de estas viviendas sucumbieron a la llamada modernización de las últimas décadas, pero todavía algunas resisten, como lo demuestra el llamativo collage de fotografías titulado “Made in England”, en el que Caamaño presenta 36 viviendas a modo de tipología de la variada arquitectura inglesa en Lima, una huella que - como expresa el curador - hace más compleja la identidad de una bulliciosa urbe como Lima, un territorio de múltiples encuentros y sueños :)
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