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sábado, 3 de diciembre de 2016

LOS FUJIMORI: Una familia de ladrones

Mientras la prensa basura de este país tercermundista se ensaña contra la ex Primera Dama Nadine Heredia, atacada de la manera mas vil y miserable por quienes se vendieron a la dictadura fujimorista, presentándose cínicamente ante una desinformada y manipulada opinión pública como ‘los grandes fiscalizadores y adalides de la lucha contra la corrupción’ (?) callan en todos los idiomas y no dicen una sola palabra acerca de una familia de avezados delincuentes cuya mayor parte de sus integrantes se encuentran prófugos de la justicia desde la caída de ese régimen criminal en el año 2000, refugiándose en el Japón con todo lo que pudieron robar de los fondos públicos, sin responder hasta el momento por sus delitos. Lo triste de todo ello es que a pesar de los años transcurridos, los distintos gobiernos que se sucedieron no han puesto empeño ni interés alguno en exigir al Japón la extradición de esa panda de impresentables para que sean juzgados y castigados como debiera. Es el caso de los familiares y allegados de Kenyo Fujimori (aquel despreciable genocida condenado en un proceso ejemplar a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad y que robo mas de seis millones de dólares provenientes de la privatización de empresas públicas, que convertidas en barras de oro y utilizando la valija diplomática fueron enviados al Japón) quienes se dan ‘la dolce vita’ con el producto de sus latrocinios. Como sabéis, la mayoría de los evadidos de la justicia está íntimamente relacionada con la administración y el ocultamiento de dinero que Fujimori acopió de fondos públicos, de acuerdo con los expedientes judiciales de los casos. El veterano de los prófugos es Rosa Fujimori de Aritomi, quien dejó el país el 24 de octubre de 2000, con la finalidad de preparar la fuga de su hermano Kenyo. Poco después, el 11 de noviembre, le siguió el rumbo su hermana Juana Fujimori de Kagami. De un aproximado de 90 prófugos del régimen de Fujimori, alrededor de una veintena son familiares de primer orden y colaboradores del ex dictador. Como está acreditado judicialmente, Rosa y Juana administraban las donaciones de ciudadanos, empresarios e instituciones japonesas, fondos que eran canalizados por la organización no gubernamental de la familia Fujimori, Apenkai. Rosa es la que supuestamente prestó a su hermano Kenyo 150 mil dólares para costear los estudios de Keiko Fujimori, pero el origen de dicho dinero es incierto. Las autoridades estiman que se trataría de fondos obtenidos de las donaciones japonesas, en el mejor de los casos, porque, como se verá más adelante, Rosa Fujimori recibía “donaciones” de vendedores de armas. A las 48 horas de la salida de Rosa Fujimori, se le sumó su esposo, Víctor Aritomi Shinto, el único embajador peruano en Japón durante los tres mandatos de su cuñado Kenyo. Aritomi fugó el país en compañía precisamente del cobarde exdictador, el 13 de noviembre, quien renuncio vía Fax. El exembajador es otro de los implicados en la apropiación ilegal de las donaciones japonesas. Pero también tiene mucho que decir sobre el financiamiento de los estudios de Keiko, Hiro, Sachi y Kenji en el extranjero. Los cheques por 83 mil 687 dólares – dinero de la ‘venta’ de una propiedad en Surco – que entregó Kenyo Fujimori a sus hijos Hiro y Kenji para supuestamente financiar sus carreras, terminaron en la cuenta de Aritomi, en el Banco do Brasil, sucursal de Panamá. Es una clásica modalidad de lavado de activos. Por ese motivo, Rosa, Juana y Víctor Aritomi afrontan órdenes de captura por el papel que cumplieron en el desvío de las donaciones japonesas que, en lugar de destinarse a los niños desfavorecidos peruanos, terminaron en las cuentas privadas de la familia Fujimori, Otro de los implicados, Pedro Fujimori Fujimori, se dirigió a Estados Unidos el 25 de febrero de 2004, y nunca más retornó. Myriam Aritomi Fujimori, hija de Rosa Fujimori y Víctor Aritomi, no mucho después de iniciado el ilegal segundo gobierno de su tío Kenyo, el 11 de septiembre de 1995. Las autoridades señalan que Myriam Aritomi administraba desde el extranjero las cuentas de sus padres y que ha recibido dinero de origen desconocido en sus propias cuentas. Es importante señalar que Juana Fujimori, requerida por la justicia, es madre de Rumy y Jenny Kagami Fujimori, propietarias del inmueble en Surco donde reside Keiko Fujimori, lo que explica por qué evade responder por la situación de prófugos de la justicia de sus familiares directos. Fuentes de la Procuraduría Anticorrupción Judicial que ninguno de los acusados se ha tomado la molestia de presentar un abogado para responder a las imputaciones, en una evidente demostración de desprecio por las autoridades de su país de origen y saberse impunes en el Japón. El ocho de noviembre de 2000, como lo hicieron casi todos los Fujimori, Augusto Miyagusuku Miagui, conocido como “El cajero de Fujimori”, también fugó del país, aparentemente a Estados Unidos, aunque se tiene noticias de su presencia en Japón. Expresidente de la compañía de seguros Popular y Porvenir, íntimo amigo del ex dictador y de su familia, Miyagusuku está estrechísimamente vinculado con el manejo de fondos ilegales. Las autoridades descubrieron en los archivos del NBK Bank, agente del Bank of Tokyo en Lima, numerosas cuentas y transferencias de Rosa Fujimori y Víctor Aritomi relacionadas con cuentas de Augusto Miyagusuku. Aritomi y Miyagusuku conocen dónde está oculta la fortuna del genocida. El cuatro de septiembre y el seis de noviembre de 2000, el judío Moshe Rothschild Chassin y Enrique Benavides Morales, respectivamente, también escaparon del Perú. Sabían que sin la protección de Kenyo Fujimori y de su asesor Vladimiro Montesinos, irían directamente a la cárcel. Rothschild y Benavides fueron los vendedores de armas favoritos del régimen, y estos, en compensación, financiaban las campañas electorales de Fujimori. Están acusados como organizadores del caso más grave de corrupción del gobierno fujimorista: la compra de viejos y destartalados aeronaves de guerra MiG-29 y Sukhoi-25, además de un radar y paquete de repuestos y mantenimiento a Bielorrusia, por aproximadamente 410 millones de dólares. El propio Fujimori, en un acto excepcional, reconoció por escrito desde Tokio que en esta operación comercial Montesinos cobró sobornos. Las autoridades además cuentan con testimonios de que Rothschild y Benavides entregaban a Rosa y Juana Fujimori dinero para financiar las campañas presidenciales del ex-dictador, y también para cubrir gastos de su familia. Entre los testigos hay un general del Ejército que ha declarado a los tribunales que Kenyo Fujimori lo llamaba para que comprara helicópteros a la empresa Mobetek Representaciones. Como olvidarnos del folklórico exministro de Defensa, el general EP (r) Víctor Malca Villanueva, acusado de recibir sobornos de los vendedores de armas y que murió el pasado año en el Brasil con total impunidad. Se fue el 12 de diciembre de 2000, y lo siguieron sus hijos, Milagritos Malca Salaverry, el 16 de diciembre, y Víctor y Liliana Malca Salaverry, el 17 de diciembre. Todos con destino a Estados Unidos. A los hijos de Malca se les atribuye haberse prestado a ocultar en cuentas dinero ilícito obtenido por el exministro fujimorista. Liliana Malca Salaverry estuvo casada con el exasesor de la bancada fujimorista y exoperador de Montesinos, Óscar López Meneses. Asimismo, el exjefe de la Aviación del Ejército, y piloto del helicóptero presidencial, general EP (r) Edmundo Silva Tejada, voló para Méjico el 19 de noviembre de 2000, luego de revelarse su participación en la contratación de una empresa ucraniana para reparar motores de helicópteros Mi-17, que era de propiedad de su familia, y por el alquiler a precio sobrevalorado de dos helicópteros Mi-26T a las Naciones Unidas y no se supo mas de el. Entre los que se largaron del país aprovechando la confusión que siguió a la renuncia por fax de Kenyo Fujimori, aparece el exjefe del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), general EP (r) Enrique Oliveros Pérez, responsable de operaciones contra los políticos de oposición y los periodistas independientes, pero también señalado por su implicación con el Destacamento Especial Colina. Oliveros además intervino en el encubrimiento de los acusados. El dos de junio, y luego el 20 de octubre de 2000, Jorge y Giancarlo Bresani Terán y Meier, hijos del publicista de Kenyo Fujimori y Vladimiro Montesinos, Augusto Bresani León, tomaron un avión y se fueron a los Estados Unidos para no volver. Durante el juicio a la “prensa chicha”, las autoridades y los testigos señalaron que Jorge y Giancarlo Bresani repartían el dinero que entregaba Montesinos a los propietarios y directores de los periódicos para financiar las campañas de agravio a los opositores y periodistas independientes, así como para apoyar la campaña presidencial de Fujimori. Están acusados de receptación ilegal de dinero, peculado y asociación ilícita. Durante el juicio por el cual Fujimori fue condenado por haber aprobado el financiamiento de la “prensa chicha” su hija Keiko rechazó la sentencia, lo que representa un apoyo explícito a sus familiares prófugos de la justicia que cumplieron 16 años fuera del país. Como podéis daros cuenta, es a esta banda de delincuentes a los que tanto la justicia como la prensa basura debieran señalar y exigir en todos los tonos que sean entregados inmediatamente para ser procesados y condenados por sus delitos, pero ‘sospechosamente’ no se habla de ellos. Es mas, cuando en el Congreso se ha pedido en la Comisión de Fiscalización que se investigue el origen de los ingresos de Keiko Fujimori - que nadie sabe de que vive porque al igual que su marido, no trabajan - este ha sido rechazado una y otra vez por la mayoría fujimorista, que afirma que “no hay nada que investigar en este caso” demostrando con ello su complicidad con quienes saquearon sistemáticamente las Arcas del Estado durante los años de la dictadura. Esto confirma el doble discurso del fujimorismo respecto a las finanzas de Keiko Fujimori y su cacareada ‘lucha contra la corrupción’. La limpieza debiera comenzar por casa ¿no os parece? :)
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