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martes, 17 de mayo de 2022

LA LIMA QUE NO CONOCES: La Alameda de los Descalzos

Ubicado en el barrio colonial del Rímac, se encuentra un antiguo paseo construido en 1611 por el Virrey Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros, que fue construida a semejanza de la Alameda de Hércules de Sevilla (un jardín público creado en 1574 y considerado el más antiguo de España y de Europa). Reconstruida en 1770 por el virrey Manuel Amat y Juniet, Se encuentra al final de la avenida Alcázar, aproximadamente a 900 metros al norte de la Plaza Mayor de Lima. Es la tradicional Alameda de los Descalzos, que tiene como perspectiva el Convento y la Iglesia de los Descalzos - de la cual proviene su nombre - ubicado al pie del Cerro San Cristóbal, A sus lados se hallan las iglesias de la Virgen del Patrocinio y Santa Liberata. Dicho paseo, que se ve muy distinto a cuando fue inaugurado, tiene una longitud de por los menos cuatrocientos metros. La tradición oral limeña recoge historias respecto a que en este lugar se daban encuentros furtivos entre amantes prohibidos, donde las muchachas de la época acompañadas en sus paseos por las chaperonas rozaban a sus pretendientes sin siquiera mirarlos. Es cuna de conocidos relatos sobre secretos, sonrisas pícaras y andar garboso de la coquetería de las famosas tapadas limeñas en sus paseos afanosos y seductores de caballeros enamorados. Es testigo también de candentes historias y memorias románticas, la más famosa: el romance entre el virrey Amat y la Perricholi que fueron la comidilla de las recatadas señoras de sociedad de la época. También se dice que, en la noche, pasan fantasmas de viudas, suicidas, personas que murieron en la Inquisición o misteriosas congregaciones de fantasmas que desfilan alrededor de la alameda. De acuerdo con los cronistas de la Colonia, su diseño original constaba de tres calles, dos laterales para los carruajes y una central para los peatones. Existían tres fuentes, donadas por el ciudadano Agustín Hipólito de Landaburu y ocho hileras de árboles que ofrecían a los paseantes sombra y frescor. La remodelación definitiva que experimentó en el siglo XIX la convirtió en un paseo romántico. En 1856 el presidente Ramón Castilla le dio un nuevo y definitivo trazo unitario al ordenar la colocación de una verja de hierro forjado importada de Inglaterra, dándole el toque romanticista de inicios del siglo XVIII. Actualmente cuenta con rejas laterales, cien bancas de mármol alineadas, doce estatuas de mármol de Carrara que representan los signos del zodiaco y los meses del año, así como 50 jarrones ornamentales de hierro forjado por los artesanos de la época. No hay duda alguna de que la Alameda de los Descalzos se impone como símbolo de la cultura limeña tradicional reciente. La compositora Isabel (Chabuca) Granda (1920–1983), consagró ese espacio público republicano de recónditos orígenes virreinales en tema central de su famosísimo vals La Flor de la Canela, junto con Victoria Angulo y el puente de piedra construido por el virrey de Montesclaros. Lamentablemente al estar ubicado en una zona hoy considerada peligrosa, sus rejas, bancas, jarrones y estatuas son víctimas del vandalismo, por lo que continuamente el paseo ha sido remodelado en parte, pero a menos que la Municipalidad del Rímac - al cual pertenece - no instale un efectivo sistema de vigilancia, continuara deteriorándose irremediablemente. No comprendo cómo pueda existir gente que destruya su propio patrimonio :(
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