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sábado, 4 de marzo de 2023

PERÚ: El que la hace, la paga

Como sabéis, el último martes la Segunda Fiscalía Suprema Transitoria Especializada en Delitos Cometidos por Funcionarios Públicos solicito una segunda prisión preventiva contra el encarcelado delincuente terrorista Pedro Castillo (alias Abimael 2.0) esta vez por 36 meses - cuya audiencia recién será vista el martes 7 de marzo cuando inicialmente iba a realizarse este viernes - por un caso que define mejor que cualquier otro lo que fue su desastroso régimen filosenderista. Si bien diecisiete meses es un plazo muy corto para que una gestión pueda emprender importantes reformas que dejen huella en un país con tantos problemas como el Perú, no lo es, en cambio, para robar a manos llenas las Arcas Públicas desde el primer día que accedió al poder - mediante el fraude - desde distintos sectores y con la complicidad de un gran número de funcionarios. En sus casi 17 meses de operaciones, la administración delincuencial encabezada por ese burro chotano, no dejó ninguna reforma sustantiva o política de Estado alguna que pueda perdurar a través del tiempo. Lo que sí dejó, por el contrario, fue una estela de corrupción que comenzó a advertirse desde sus inicios y que le ha permitido al Ministerio Público estructurar un caso bastante sólido. En efecto, la fiscalía solicitó al Poder Judicial que dicte 36 meses de prisión preventiva contra Castillo (actualmente recluido) y sus exministros Juan Silva (prófugo) y Geiner Alvarado (con impedimento de salida del país) en el marco de la investigación que se les sigue por el delito de organización criminal. Se trata de la segunda medida de este tipo que recibe ese aprendiz de dictador, quien se halla cumpliendo un mandato similar en el penal de Barbadillo por su golpe de Estado del pasado 7 de diciembre. Sin embargo, a diferencia de este último caso, el que nos concierne ahora es mucho más emblemático en la medida en que implica una radiografía completa del paso de Castillo por el poder. Allí están comprendidos los escandalosos actos de corrupción que marcaron su nefasto régimen de infausta recordación (el del puente Tarata III, el de Petro-Perú y el de las obras en Anguía y el famoso Decreto de Urgencia 102-2021) y, aunque no comprende otras investigaciones que empañaron igualmente su gestión (como la de los cuestionados ascensos en la policía y las Fuerzas Armadas, por ejemplo a los que pretendía politizar para colocarlos bajo su control), también hace referencia a ellas. De igual manera, en las pesquisas aparecen todos los personajes que protagonizaron diferentes escándalos de corrupción en su (des)gobierno, desde Zamir Villaverde hasta Hugo Espino, desde Yenifer Paredes hasta Karelim López y desde Samir Abudayeh hasta ‘Los Niños’ de Acción Popular. Así como las declaraciones de los cada vez más numerosos colaboradores eficaces y testigos protegidos, exfuncionarios que no quisieron ser cómplices de la ilegalidad y dimitieron (o fueron forzados a dimitir), y empresarios que abiertamente han aceptado haber entregado coimas a funcionarios de su gestión, que han permitido conocer el trasfondo de estos escandalosos negociados. Se trata, en suma, de una investigación que resume todo su infame paso por el poder. Pero no solo hay estos fundamentados casos de corrupción. También están reseñados los intentos del grupo delincuencial que lidero por obstruir la labor de la justicia, proteger a sus miembros, acosar testigos o captar legisladores para que Castillo y sus ministros Silva y Alvarado superaran todos los intentos que se presentaran en el Parlamento para destituirlos por corruptos y ladrones. Los elementos de convicción y la tesis trazada por la fiscalía en este caso, además, son importantes en esta coyuntura porque revelan que el analfabeto ese y sus secuaces (su “buró político”) ya tenían pensado esquilmar el Estado desde antes que el primero ganara fraudulentamente las elecciones del 2021 y que el nombramiento de funcionarios que claramente no cumplían con los requisitos para ser designados en puestos importantes del escalafón estatal no fue otra cosa que los movimientos de esta organización criminal (apodada La Chota Nostra) para asegurarse de que sus objetivos se cumplirían así como la impunidad de sus múltiples delitos. Con ello, la grita de los defensores de ese miserable golpista adentro y afuera del país sobre que este es “un perseguido político” (?) contra el que “no existen indicios de ningún tipo” queda reducida a lo que realmente es: una burda patraña realmente insostenible. Queda, obviamente, que el Poder Judicial evalúe los argumentos que le presentarán la fiscalía y la defensa de los implicados durante la audiencia del martes. Y nunca está de más recordar que estamos ante un pedido de prisión preventiva que está muy lejos de constituir una condena firme en este caso. Pero su avance, como decimos, es importante para que los peruanos puedan conocer toda la verdad del breve, pero no por ello inocuo, paso de Pedro Castillo por el poder y donde quiso eternizarse mediante el golpe que protagonizó y que termino en un rotundo fracaso. Ahora esperemos que el pedido de la fiscala sea aceptada y este impresentable sujeto continúe tras las rejas en espera de su juicio por el cual pueden condenarlo hasta 35 años de prisión. Aunque tratándose de quien se trata, merecería la Cadena Perpetua, sentencia que recibió su idolatrado líder, el genocida Abimael Guzmán y quien murió en prisión en septiembre del 2021. Es el destino que le espera. (Por cierto, es repugnante la miserable campaña montada por los caviares aún enquistados en la Junta Nacional de Justicia (JNJ) contra la Fiscal de la Nación Patricia Benavides con el claro objetivo de sacarla del cargo en base a absurdas acusaciones y retomar el control de la Fiscalía, buscando la impunidad para sus “engreídos” como Castillo, Toledo, Vizcarra y Sagasti, a quienes la mafia caviar pretenden salvar, buscando además desviar la atención pública de los escandalosos negociados descubiertos en los ministerios, donde esos parásitos que les gusta vivir a costa del Estado, cobraban millones en jugosas “consultorías” que no servían para nada.Asimismo, estarán desencantados por “la segunda toma de Lima” prometida por sus socios de Sendero Luminoso y que ha sido un absoluto fracaso. A la cárcel con todos ellos)
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