“Peruano que no llora no es peruano” es una conocida frase que le cae a pelo a quienes nunca reconocen sus propios errores, echándole la culpa a otros de sus fracasos. Como sabéis, los peruanos son llorones por naturaleza, y ello puede comprobarse en todos los ámbitos de su vida, y el deporte obviamente no es la excepción. Por ejemplo cuando su paupérrima selección de futbol es continuamente humillada en los campos de juego, tratan de desviar la atención para que no se señale a los verdaderos responsables del desastre - como son sus viejos jugadores sacados de algún asilo de ancianos, que por cierto, tienen una gran “experiencia” en las derrotas - volcando su ira ya sea contra el estado del césped, el clima o el árbitro del partido. Venga ya ¿Qué culpa tiene este último de la falta de efectividad de ese grupo de perdedores que no saben patear al arco? Ello se vio reflejado claramente este martes durante el partido disputado contra Venezuela, donde tras la derrota señalaron al colegiado chileno como el “responsable” de su eliminación al Mundial a celebrarse el 2026, cuando su actuación ha sido de lo más correcta posible, anulando un gol de Reyna hecho con la mano, otorgando un penalty a la Vinotinto tras la brutal agresión cometida por ese salvaje de Zambrano al venezolano Martínez, y sobre todo, no haciendo el mas mínimo caso al show barato montado por ese vagabundo de Ibáñez (al que le dieron el buzo de la selección peruana por un sencillo), que gesticulaba desesperadamente exigiendo un penalty por una “falta” contra Guerrero, que solo estaba en su imaginación, ya que pudo apreciarse claramente en las imágenes como ese vejete de 41 años se tiraba al campo de juego sin que nadie lo tocase… quizá por su avanzada edad ya no podía ni con sus huesos. Pero de nada valió su número circense porque no se le hizo caso, terminando el partido con el triunfo venezolano que por méritos propios está en la repesca, mientras el Perú quedo eliminado una vez más. Que ningún imbécil salga por allí a decir que “matemáticamente aún es posible clasificar”, ya que ni se lo cree el mismo. Cada uno esta donde se lo merece y el Perú es colista, su lugar natural. Qué más se podía esperar de una selección conformada en un 90% de ancianos para el futbol - Guerrero, Advíncula, Carrillo. Lapadula, Zambrano, Gallese, Flores y Tapia entre muchos otros - quienes hace mucho ya están para el retiro, postergando una vez más a los jóvenes a quienes no les dan oportunidades para mostrarse. Así ¿Cómo van a poder renovar el equipo de cara al Mundial 2030 o piensan seguir llamando a esos vejestorios que por aquella época tendrán 50 años a cuestas? No los sorprenda que así ocurra y estén en silla de ruedas o con bastones, van a seguir convocando a esos inútiles. Por lo visto, los dirigentes de la FPF no piensan en el futuro, o simplemente no les importa, ya que solo les interesa seguir llenándose los bolsillos a costa de la candidez - o mejor dicho, cojudez - de los peruanos, cobrando una pasta para ver a esos fracasados haciendo el ridículo en el estadio. Mejor confórmense con observar los partidos del Mundial por la TV, que en esta ocasión no habrán puntos regalados ni ayuda del VAR para que asistan al torneo sin merecerlo como sucedió en el 2018. Es el precio de la improvisación… Lo que mal empieza, mal acaba (Por cierto, es vergonzoso que esos llorones se arañen porque les silbaron el himno, cuando ellos no solo hicieron lo mismo en Lima, sino también su policía agredió a hinchas y jugadores venezolanos, e incluso a estos últimos los tuvieron varados en el aeropuerto durante horas porque no querían venderle el combustible para su avión. A ese grado de bajeza llegaron los peruanos. Así que no se hagan las víctimas, y solo recuerden lo que les conviene ¿vale?)