TV EN VIVO

sábado, 27 de mayo de 2017

PERÚ: Lo que mal empieza mal acaba

En lo que puede considerarse como la mayor derrota política sufrida por este (des)gobierno de improvisados y oportunistas presidido por el conocido lobbysta y Traidor a la Patria Pedro Pablo Kuczynski, quedo sin efecto el cuestionadísimo contrato y la adenda firmada con el consorcio chileno Kuntur Wasi, para la construcción del Aeropuerto Internacional de Chinchero (Cuzco) debido a las gravísimas irregularidades encontradas en ella y denunciadas en su momento por la Contraloría General de la República. A pesar de estas objeciones, Kuczynski (como buen lobbysta que es) insistió en que sea firmado, no importándole que fuera sumamente lesivo para los intereses del Perú. Sin embargo, obligado por las circunstancias como fue el pedido de censura para su hoy ex ministro Martín Vizcarra en el Congreso donde la bancada oficialista es minúscula, tuvo que retractarse y anunciar la cancelación de dicho contrato, lo que sin duda ha sido sumamente doloroso para su bolsillo, por lo que ahora afirma que este será ‘renegociado’ pretendiendo que siga adelante un proyecto que nació muerto. No puede haber acabado de la peor manera algo que había sido cuestionado desde el principio, pero que su obsesivo afán de hacer ‘negocios’ a costa del Estado lo llevo a esta situación. Como sabéis, en el 2014, Kuntur Wasi se comprometió a financiar, construir, darle operatividad y mantenimiento al nuevo Aeropuerto Internacional de Chinchero. El costo de la obra iba a alcanzar los 540 millones de dólares, bajo la modalidad APP (Asociación público-privada), es decir, el Estado también se comprometería a ayudar a culminar la obra. ¿Cómo? Pagaría los intereses de los préstamos bancarios de Kuntur Wasi luego de cinco años. Ello ocurriría cuando la empresa entregara la obra y estaría en funcionamiento. Sin embargo, pasaron dos años y Kuntur Wasi no empezó ningún trabajo, aduciendo que ‘no tenía liquidez’. Cuando los conminaron a comenzar las obras, señalaron que cinco bancos, liderados por el Goldman Sach, iban a otorgarles un préstamo, pero a un 22.4% de intereses. Es decir, el Perú tenía que desembolsar 580 millones de soles en intereses. Con razón muchos críticos sostuvieron que sería mejor que el Perú asumiera el costo completo del proyecto y una vez concluido se otorgaba en concesión a una empresa verdaderamente responsable y no a una como Kuntur Wasi que pretendía lucrar con la obra sin haber colocado un centavo de su bolsillo para construirla como era su obligación, porque así estaba estipulado en el acuerdo. Cualquier gobierno, ante una situación similar, hubiera anulado la sociedad por incumplimiento de contrato del cuestionado consorcio (que tiene por cierto, como uno de sus principales accionistas al ex presidente chileno Sebastián Piñera). ¿Pero qué hicieron Kuczynski y su ministro Martín Vizcarra? El 30 de enero anunciaron que el gobierno iba a firmar una adenda para poder dar inicio a la obra en cuestión. ¿Qué es una adenda? Es un procedimiento que se ejecuta entre acuerdos de empresas privadas y los gobiernos, ante contratiempos en contratos. No es una renegociación, sino una modificación. Estas pueden, casi siempre, afectar el costo de la obra, el plazo de entrega, lo cual siempre genera beneficios a las constructoras y perjuicios al Estado. No es de extrañar por ello que Kuczynski - feliz de la vida por el ‘negociado’ realizado con los chilenos - llegó al Cuzco para festejar ese ‘beneficioso’ acuerdo para su bolsillo y colocar la primera piedra el 3 de febrero de este año. Su alegría duro poco, ya que tras la revelación por parte del congresista Víctor Andrés García Belaunde, principal denunciante del contrato, de que Ximena Zavala, hermana del premier Fernando Zavala, trabajaba como gerente de asuntos corporativos de Andino Investment Holding, una de las empresas integrantes del Consorcio Kuntur Wasi, se armó un escándalo y quedo a la vista de todos el descarado favoritismo hacia ese consorcio por parte del gobierno. Ante tamaña irregularidad, la Contraloría General de la República, dirigida por Edgar Alarcón, formó una comisión para auditar el acuerdo. Aunque Ositran, el ente que se encarga de supervisar lo relacionado al Ministerio de Transportes, puso en tela de juicio el tema de la adenda, en una sesión extraña dos directivos - Alfredo Dammert Lira y Antonio Balbuena Vela - de una forma por lo demás apresurada, dieron el visto bueno a la polémica adenda, mientras que la presidenta Patricia Benavente votó en contra y renunció, dejando por escrito que esta largamente era favorable al consorcio chileno en grave perjuicio de los intereses peruanos . Ella se opuso porque el Estado (que inicialmente debía financiar el 28.6% de la obra) ahora con esta adenda se le obligaba a hacerse cargo del 80.7%. Como era obvio, al enterarse del resultado de la votación favorable a sus intereses, Kuczynski se froto las manos de gusto pensando en los ‘beneficios’ que iba a obtener personalmente por la firma de ese leonino contrato. Sin embargo, la Contraloría le dio la estocada final a su intento de otorgar ilegalmente 40 millones de dólares a Kuntur Wasi para que inicien la obra, ordenando por ello suspender el pago de ese dinero. Ante la polémica surgida, el ministro Martín Vizcarra asistió al Congreso para responder un pliego interpelatorio por la cuestionada obra. Al enterarse que no había conseguido convencerlos y que por el contrario, se preparaba su censura, anuncio el domingo que el proyecto con Kuntur Wasi no iba más, por lo cual se anularía el contrato y la adenda, renunciando al cargo de ministro al día siguiente. Pero allí no acaba su responsabilidad, ya que la Contraloría ha recomendado que se tomen acciones legales contra el, junto a otros diez funcionarios implicados en las flagrantes irregularidades en el caso Chinchero. Es decir, la misma responsabilidad penal que se le imputa a la viceministra del MTC, Fiorella Molinelli ´- quien fue la que estampó su firma en la adenda, que incumple la normativa de las Asociaciones Público Privadas, según el informe de la Contraloría - se le atribuye a Vizcarra. Según el órgano de control, la renegociación contractual favoreció únicamente al consorcio chileno y puso en desventaja al Estado peruano, porque la adenda, tal como se suscribió, implicaba una potencial pérdida de 40.6 millones de dólares en perjuicio de los fondos públicos, porque del fisco iba a salir el 80% del costo de la obra, mientras que Kuntur Wasi solo ponía el 20% pero que además iba a tener la concesión del terminal por 40 años. "Es irregular la suscripción de la adenda al contrato de Chinchero (porque) modificó las condiciones de competencia que se utilizaron en el proceso de promoción que llevaron a la firma de dicho contrato, tales como: (a) Cambios en el esquema de pagos; (b) Adelanto de pagos; (c) Traslado del cierre financiero; y (d) Garantías otorgadas por compañías aseguradoras" dice el informe. Los otros funcionarios señalados en el informe por irregularidades en la firma de la adenda son en total 11 (incluidos el exministro y Molinelli). Todos ellos, de acuerdo con la Contraloría, deben ser denunciados por el Ministerio Público por el delito de negociación incompatible. Ante la gravedad de las acusaciones muchos sectores están exigiendo a Vizcarra que también renuncie a la primera vicepresidencia y se allane a las investigaciones. En ese sentido, el procurador anticorrupción, Amado Enco, precisó que la renuncia de Vizcarra al Ministerio de Transportes y Comunicaciones no lo libera de una responsabilidad penal en la investigación fiscal por la suscripción de la adenda del aeropuerto de Chinchero. "Los hechos ya están consumados, la negociación de la adenda se concretó, se suscribió y en consecuencia generaron obligaciones y derechos. Lo que haya ocurrido luego, insisto, en tanto sea relevante para esclarecer los hechos se incorporará, pero la decisión de renunciar a un cargo no lo exime de ninguna responsabilidad ni administrativa ni penal”, señaló en entrevista con Ideeleradio. "Las cosas hay que enfocarlas y analizarlas en sus contextos. Uno es el contexto político que es la decisión que ha tomado aquí el ministro y otra completamente diferente es lo que ocurrió en el proceso de negociación de la adenda", agregó. La desesperación de Kuczynski en ver fantasmas donde no hay y su anuncio de ‘renegociar’ el contrato afirmando que ‘Chinchero va si o si’ demuestra los intereses subalternos que existen así como su deseo de no perder la jugosa ‘comisión’ que le tocaría por autorizar la construcción del terminal aéreo a como de lugar.Para agravar el caso, este viernes quedo al descubierto los estrechos nexos existentes de la viceministra de Economía con Kuntur Wasi. En efecto, según denuncia ‘Hildebrandt en sus Trece’ el informe presentado por Claudia María Amelia Teresa Cooper Fort fue decisivo para favorecer económicamente al consorcio chileno. ¿Por qué la viceministra no se abstuvo de su participación del proceso previo a la firma de la adenda para el contrato del aeropuerto de Chinchero en Cuzco? ¿Que intereses ocultos hay detrás de su decisión perjudicando con ello gravemente al Perú? Trascendió que Claudia Cooper trabajó con Kuntur Wasi a través de asesorías y resulta que el consorcio tomó como referencia para firmar la adenda del aeropuerto de Chinchero, el informe que ella elaboró, el cual fue presentado por el consorcio en agosto del 2016, fecha en que coincidentemente se incrementaron sospechosamente las visitas de la viceministra al despacho presidencial. Se trata de una bomba de tiempo sin ninguna duda. Demás esta decir que el Cuzco merece un aeropuerto internacional de primer nivel que lo conecte directamente con el mundo, sin necesidad que se tenga que pasar por Lima, pero no a ese precio. Los responsables de estos graves delitos deben terminar en la cárcel, comenzando con el viejo lobbysta, por ser el verdadero impulsor de este negociado. Si es necesario vacarlo, que así sea :)
Creative Commons License
Esta obra está bajo una Licencia de Creative Commons.