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martes, 21 de diciembre de 2021

UNA NAVIDAD ‘REVOLUCIONARIA’: Momentos para no recordar

En los actuales tiempos en que el Perú se encuentra en manos de una banda delincuencial liderada por un impresentable sujeto quien con sus burradas pretende hacer retroceder al país andino a épocas oscuras ya superadas, como fue la dictadura militar de tinte izquierdista encabezada por Juan Velasco Alvarado (1968-1975), el cual con sus trasnochadas ideas estatistas propias de su mente enferma hizo tanto daño al Perú, es menester ocuparnos en esta oportunidad de uno de sus disparatados proyectos ‘socialistas’ enfilados contra la Navidad, a la cual calificaba en su insania de “extranjerizante y ajeno a la realidad peruana” por lo cual el sátrapa había tomado la decisión en 1972 de suprimir la celebración cristiana por consejo de sus ‘asesores’, pero dada la extrema religiosidad de los peruanos que impediría ver cumplido su demencial deseo, decidió ‘peruanizarlo’ reemplazando a los tradicionales símbolos navideños como Santa Claus, el Árbol de Navidad, el Pavo al horno, el Panetón, la Chocolatada de Nochebuena, los Belenes (que los peruanos llaman ‘nacimientos’), los Villancicos y hasta los regalos, por otros acordes a la infame revolución velasquista, o sea ‘autóctonos’ y que se asemejaran a sus ideales ‘socialistas’. El resultado de todo ello fue de lo más desastroso como todo lo realizado por ese régimen. Como recordareis, ya en el 2018 le dedique una entrada a ese engendro llamado Taita Noel que busco reemplazar - sin éxito - a Santa Claus, por lo cual en esta ocasión me dedicare a describir los cambios que pretendió hacer con el resto de los nombrados ¿vale? La lista de ideotas era tan ridícula que si lo hubiese visto impresa en una antigua revista de la época no la hubiese creído. El Árbol de Navidad: Como sabéis, el símbolo por excelencia de estas fiestas proviene de los antiguos celtas, quienes adornaban abetos que crecen en los bosques europeos para sus celebraciones ancestrales, lo que al no poder ser erradicado, fue “cristianizado” por la Iglesia Católica. Al llegar la costumbre al Perú pero al no existir esa clase de arboles, se masifico el uso de los artificiales, lo cual durante el velasquismo se vio con malos ojos y ordenaron que sea reemplazado por el peruanísimo molle, un árbol leñoso que no se parece en nada a los abetos y que es utilizado por los indios para sus carnavales. Pero como no calo esa disparatada idea, simplemente fue prohibido por decreto; El Pavo al horno: Si bien esta ave es originaria de América, lo cierto es que recién a partir de los años 50 y 60 se convirtió en el Perú en una tradición influenciado sobre todo por los EE.UU. donde es consumido especialmente durante su Día de Acción de Gracias (Thanksgiving) y también en Navidad. Considerado por ello “alienante” por el régimen, se incentivo a cambio el consumo del Conejillo de Indias (cuy) en su reemplazo, acompañado de patatas secas (chuño) y maiz tostado, "aderezados" con mucho picante como les encanta a los indios; El Panetón: Este clásico integrante de la navidad peruana, llegó al país a finales del siglo XIX y comienzos del XX con la migración italiana, cuya gente en su mayoría provenía de Génova. Dicho panetón era muy distinto al actual ya que no se parecía al actual y además estaba preparado sin levadura. Con el tiempo y para hacerlo más atrayente, se decidió hacerlo de mayor tamaño para que alcanzara a toda la familia. Su éxito fue inmediato y así se ha fabricado desde entonces. Pero Velasco, en su paranoia, ordeno que sea reemplazado por el denominado pan de Oropesa, hecho artesanalmente en el Cuzco, caracterizado por su gran tamaño y que se venden especialmente a los turistas en la entrada al Aeropuerto del Cuzco y en las estaciones del tren a Machupicchu; La Chocolatada de Nochebuena: Infaltable en la noche del 24 de diciembre donde es habitual tomarlo caliente junto con un buen pedazo de panetón, también estuvo en la mira del régimen, por lo que se ordeno que en su lugar se tomara el dañino mate de coca, tomada por los indios y que es la puerta abierta al consumo de otras drogas más nocivas para la salud; Los Belenes: Se trata del clásico pesebre ideado en Italia, el cual aparece el Niño Jesús junto a sus padres y a los Reyes Magos venidos de Oriente quienes van a adorarle cargados de regalos. Sin embargo, al ser de raza blanca y con rasgos europeos como tener el cabello rubio y los ojos azules (donde Baltasar era la excepción al ser negro) fue anatemizado por el velasquismo, que “indianizaron” a los protagonistas, convirtiendo por ejemplo al caucásico Niño Jesús, en el llamado “Niño Manuelito”, que se diferenciaba del primero por su vestimenta y rasgos indígenas; Los Villancicos: Es una forma musical y poética tradicional de España, muy popular entre los siglos XV y XVIII. Originariamente eran canciones profanas con estribillo, de origen popular y a varias voces. Posteriormente comenzaron a cantarse en las iglesias y a asociarse específicamente con la Navidad con el fin de promover la evangelización. Por su origen peninsular, el régimen lo deformo groseramente, por lo que ahora los coros debían cantar incesantemente vomitivas loas a Velasco y su “revolución”; Los regalos: Como podéis imaginar, los juguetes caros e importados que abarrotaban las tiendas en Navidad “desaparecieron” como por encanto, siendo reemplazados por juguetes “autóctonos” fabricados con materiales peruanos, de ínfima categoría y desechables. Es lógico suponer que por más que el tirano intento cambiar las costumbres de los peruanos con sus locuras “socialistas” fracaso miserablemente en su intento. Solo el llamado Niño Manuelito pudo sobrevivir de toda esa época infausta, aunque se le quito todo tinte político que recordara sus negros orígenes. Venga ya, ese tipo estaba mal de la cabeza y termino en el ostracismo como todo dictador. Por cierto ¿cómo se vería esa “mesa navideña” con semejantes ingredientes? (Para actualizar la nota, me preguntan porque no incluí en la lista a la denominada Chicha de Jora - una conocida bebida fermentada hecha a base de maíz que los indios toman en cantidades industriales durante sus celebraciones - ya que ello estaba reservado para conmemorar el “Año Nuevo Velasquista”, otra absurda celebración de la que me ocuparé próximamente ¿vale?) :(
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