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sábado, 24 de diciembre de 2022

PERÚ: Los 4 jinetes del Apocalipsis

En estos momentos en que el país andino hace frente a una asonada terrorista propiciada por seguidores del encarcelado Pedro Castillo - alias Abimael 2.0 - es repudiable la grosera injerencia mostrada por cuatro gobiernos latinoamericanos inmiscuyéndose en los asuntos internos del Perú, quienes en el colmo del ridículo y cual jinetes del Apocalipsis, anuncian sombrías amenazas al Perú, lo cual a todas luces es una intolerable intromisión que no debe ser permitida. En efecto, la hipocresía política de los parásitos izquierdistas que (des)gobiernan en América Latina es alucinante: denuncian airadamente a los golpistas de derecha cada vez que pueden, pero a su vez ‘justifican’ cínicamente - y en todos los tonos posibles - a los golpistas de izquierda. Eso es exactamente lo que sucedió, una vez más, cuando Argentina, Méjico, Colombia y Bolivia, emitieron una lamentable declaración conjunta el pasado lunes 12 de diciembre en apoyo al destituido Pedro Castillo en el Perú. Como recordareis, este delincuente terrorista, que fue “elegido” mediante el fraude el año pasado con la plataforma de un partido marxista-leninista-maoísta-mariateguista-Pensamiento Gonzalo, denominado eufemísticamente Perú Libre, fue vacado el pasado 7 de diciembre luego de anunciar en la televisión nacional que disolvería el Congreso de mayoría opositora y que gobernaría por decretos, pretendiendo instaurar una dictadura comunista en el país andino - autodenominada ‘república popular de nueva democracia’ - siguiendo las enseñanzas de su idolatrado maestro y guía, el genocida Abimael Guzmán (aquel sanguinario cabecilla de Sendero Luminoso apodado “Presidente Gonzalo” , muerto en prisión el año pasado cumpliendo una condena de Cadena Perpetua), pero fracaso miserablemente en su intento, siendo destituido por el mismo Congreso que quiso disolver con una mayoría abrumadora, y reemplazado por su exvicepresidenta, Dina Boluarte. Sabiéndose perdido al ser abandonado por sus secuaces, el golpista trato de huir cobardemente, siendo capturado por la policía en plena vía pública como un vulgar ladrón y encerrado en prisión desde entonces. Sin lugar a dudas, el fracasado autogolpe de Castillo fue una clara violación de la Constitución con el claro propósito de obtener poderes absolutos y lograr la impunidad de sus múltiples delitos , pretendiendo imitar a lo realizado por el ex dictador Kenyo Fujimori en 1992 con la diferencia que este si tuvo éxito en sus planes, pero el analfabeto no. Pero mientras la izquierda autoritaria de América Latina condeno a Fujimori en ese momento, ahora critica la vacancia de Castillo. Vía declaración conjunta, los cuatro países mencionados emitieron expresa “alarma” por la destitución de Castillo y se refirieron al golpista como “Presidente de la República del Perú” (?). La declaración también llamo al Perú a “priorizar la voluntad de los ciudadanos expresada en las urnas”, sugiriendo que Castillo “debía ser reinstalado en el poder” lo cual es absurdo desde todo punto de vista, mas aun cuando ahora cumple una prisión preventiva de 18 meses en espera de su juicio por golpista, corrupto y ladrón, por el cual puede ser sentenciado a 35 años de cárcel. Anteriormente, tanto el mejicano López-Obrador como el argentino Alberto Fernández habían defendido un golpe de izquierda cuando apoyaron al narcopedófilo boliviano Evo Morales luego de que este último permaneciera en el poder mucho más allá de su mandato constitucional y hubiera hecho un fraude electoral en el 2019. Como era de esperar - y ello no es ninguna sorpresa - las dictaduras de Cuba y Venezuela también salieron en defensa de Castillo. En un tuit que parece un broma de mal gusto viniendo de un régimen sanguinario que no ha permitido elecciones libres en casi 63 años, el dictador cubano Miguel Díaz-Canel se quejó de que “la oligarquía peruana había subvertido la voluntad del pueblo”… Menuda caradura que tiene ese despreciable asesino. Al respecto, Cynthia McClintock, experta en Perú que enseña en la Universidad George Washington, dijo que no hay duda de que Castillo violó la Constitución con su llamado a disolver el Congreso. “Fue un autogolpe clásico, como el autogolpe de Fujimori”, dijo McClintock. “Muchos dicen que el Congreso quería vacar a Castillo desde el principio de su desastroso régimen, pero nada de eso oscurece el hecho de que Castillo dio un golpe de Estado” aseveró. En tanto, Samuel Abad, profesor de derecho constitucional en la Pontificia Universidad Católica de Perú y la Universidad del Pacífico, dijo que la declaración conjunta de Méjico, Argentina, Colombia y Bolivia es absurda. “Es una declaración claramente política que no tiene ninguna base legal”, indicó Abad. Lo que hizo Castillo “es el delito más grave que puede cometer un presidente” expreso. Por cierto, la ignominiosa y rápida caída del régimen filosenderista sorprendió inicialmente a sus propios seguidores, quienes originaron una asonada terrorista simultáneamente en distintos puntos del país, que se han cobrado varios terroristas muertos y cientos de policías heridos. Su fracaso no significa que no vayan a seguir intentándolo. En tanto Boluarte que originalmente había anunciado que se iba a quedar en el cargo hasta el 2026, solicito al Congreso que adelante las elecciones, por lo cual esta se realizara a principios del 2024 en un esfuerzo por restaurar la calma. El Perú necesita mejorar su sistema electoral para permitir que los presidentes sean elegidos con mayor apoyo popular. Suele tener demasiados candidatos presidenciales y los ganadores son elegidos por una minúscula minoría de votantes, lo que dificulta que formen coaliciones de gobierno. Castillo obtuvo en la primera vuelta solo el 19% de los votos. Tal vez sea hora de que el Perú adopte tres rondas electorales si ningún candidato alcanza el 30% de los votos en la primera vuelta, como ha propuesto McClintock. Aunque también deben hacer profundas reformas políticas y electorales, ilegalizando por ejemplo a los partidos terroristas que apoyaron a Castillo, prohibiendo que asesinos de policías - como Antauro Humala - sean candidatos y destituyendo a las cuestionadas autoridades del JNE, ONPE y RENIEC, quienes avalaron el fraude de Castillo e inexplicablemente aun ocupan sus puestos. Si los próximos comicios tienen que ser limpios y transparentes, quienes los dirigen no deben estar un minuto más al frente de esas instituciones electorales. Pero no hay duda de que el Congreso del Perú hizo lo correcto al defender las instituciones democráticas y destituir a Castillo. América Latina no debe tolerar ningún golpe de Estado, especialmente los de izquierda. Quienes (des)gobiernan Argentina, Méjico, Colombia y Bolivia no solo están apoyando a un miserable golpista, sino que también se están disparando a sí mismos al legitimar los intentos de golpe que pueden ocurrir en casa. Con tantos y múltiples problemas en sus propios países, no tienen ningún derecho a inmiscuirse en asuntos ajenos. A que no tienen vergüenza :(
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