EL ARTE MOCHICA EN EL ANTIGUO PERÚ: Simbolismo y Poder
Treinta y tres páginas de una sustanciosa y didáctica información constituyen la guía práctica histórica de la civilización Mochica, que encontramos en el libro The Moche art in the Ancient Peru. Symbolism and Power (El arte Mochica en el antiguo Perú. Simbolismo y poder) del arqueólogo y director del complejo arqueológico El Brujo, Régulo Franco Jordán, quien lo presentó de manera virtual el pasado fin de semana a través de las páginas de Facebook del CCE Lima y la Embajada de España en el Perú. Los comentarios estuvieron a cargo del Dr. Andrés Ciudad Ruiz, especialista en arqueología mesoamericana y catedrático de la Universidad. Complutense de Madrid; Guillermo López Gallego, consejero cultural y científico de la Embajada de España en el Perú; y Rochi del Castillo, presidenta de la Asociación Generación Cultura y directora de Art Lima. La obra, cuyo texto cuenta con traducción paralela al español, se estructura en cuatro capítulos que recogen la información corroborada acerca del territorio que ocupo el reino Mochica, su organización sociopolítica y económica, su arte asociada al mundo religioso, y los tesoros perdidos y recuperados en sus tumbas. Así, esta guía repasa la recreación de como los Mochica lograron elaborar la arqueología mediante el estudio de sus templos ceremoniales, entierros funerarios e imponentes construcciones; así como las escenas de sacrificios, danzas y actividades representados en su orfebrería, textilería y cerámica. Todo ese acervo patrimonial muestra que los moches constituyeron una sociedad muy influyente, jerarquizada y organizada; y permite apreciar el legado y la cosmovisión de esta poderosa civilización de la costa norte peruana. Al ser una sociedad militarista, se expandió por un amplio territorio mediante el uso de la fuerza, pero este crecimiento llego a su fin cuando a su vez fueron conquistados por los poderosos Wari - procedentes de Ayacucho - quienes los anexaron a su imperio y convirtieron sus templos ceremoniales en cementerios. Por cierto, Régulo Franco Jordán es un arqueólogo graduado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha sido becado en el curso de UNESCO Conservación textiles (UNESCO-MNHAAP), ha realizado estudios de especialización en Dumbarton Oaks, EE UU; y obtuvo el diplomado internacional en Gestión y Desarrollo del Turismo Sostenible, organizado por Johannes Kepler University, CADETUR y PromPerú. Tuvo a su cargo las investigaciones arqueológicas del Templo Viejo de Pachacamac. Ha sido reconocido nacional e internacionalmente por el descubrimiento de La Señora de Cao (2006), por su aporte a la Ruta Moche (2011) y por sus valiosas publicaciones de libros y artículos sobre la cultura del norte del Perú. Por todo ello, fue galardonado por el Congreso de la República con el Diploma en el 2015. Cabe destacar que el conocimiento que se tenía de los Mochicas ha variado en las últimas décadas. “La arqueología ha cambiado rotundamente la concepción clásica acerca de ellos”, indicó Régulo Franco. Puso como ejemplo a las conocidas huacas de El Sol y La Luna en Trujillo. De acuerdo con el especialista, antes se creía que alli se ubicaba la capital de su reino. Sin embargo, ahora se sabe que lo más probable es que cada valle haya sido gobernado independientemente, pero que estaban unidos por diferentes lazos. “Encontramos en dichos lugares los mismos patrones de asentamiento y culturales”, contó. Manifestó además que se ha extraído nueva información de los sitios mochicas en la costa norte del Perú. Por ejemplo, se ha determinado que hay diferencias entre los que se asentaron entre Jequetepeque y Piura, y los que lo hicieron entre Jequetepeque y Huarmey. Apuntó asimismo que hay una continuación en el lugar desde la cultura Cupisnique, contemporánea a Chavín; luego Salinar y posteriormente Gallinazo o Virú, hasta llegar a los Mochicas. Estos últimos coincidieron en el tiempo con los mayas de Mesoamérica y las culturas existentes en territorio peruano como en Cajamarca y Tiahuanaco. Otro dato importante que dio es que hasta hace unos años se creía que el apogeo Mochica se dio entre los siglos I y VII d.C. Sin embargo, los últimos estimados sugieren que fue entre los siglos III y IX. Refirió además que el Imperio Chimú, fueron sus descendientes, quieres rescataron varios de los conocimientos mochicas en las aleaciones de los metales y que se creían perdidos tras la caída de su civilización ante los Waris. “No toda su orfebrería y joyas eran de oro” refirió Franco. Anotó que muchas piezas doradas de los moches son de cobre y oro. Otras son a base de plata y cobre. No obstante, resaltó el arte que se ponía en las cerámicas. “Los huacos retrato eran la fotografía de la época”, se animó a decir el estudioso. Recordó que el arqueólogo norteamericano de principios del siglo XX Wendell Bennett calificaba estos ceramios mochicas como obras de gran ingenio. El especialista peruano lamentó finalmente que no se hayan encontrado tejidos ni material orgánico por el tipo de suelo y el clima que impera en el norte del Perú. Las únicas excepciones son algunos ídolos de madera que adornaban sus templos. Aun así, lo que ha podido recuperarse nos da un claro ejemplo del avance su civilización :)