Venga ya ¿Cómo no podría estar contento, si luego de un duro batallar durante año y medio denunciando sus múltiples delitos y dejando al descubierto sus planes golpistas, la pesadilla comunista que pretendió instaurar en el país andino el delincuente terrorista Pedro Castillo ha quedado atrás? Su final no ha podido ser más ignominioso y patético, ya que al enterarse que sus propios partidarios en el Congreso le daban la espalda ante las nuevas y explosivas declaraciones dadas a conocer en la víspera por el ex jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) - confirmando la putrefacción de su régimen criminal - de una forma desesperada y con una voz temblorosa, decidió, aconsejado sin duda por ese viejo senil de Aníbal Torres y la rabiosa maoísta Betssy Chávez, dar un autogolpe de Estado, cerrando el Congreso e interviniendo el Poder Judicial, el Ministerio Publico y el Tribunal Constitucional, para instaurar por fin su tan soñada y anhelada “república popular de nueva democracia”. Pero para su sorpresa, todas las ratas que lo adulaban de una forma nauseabunda, comenzaron a abandonar rápidamente el barco que hacia agua por todas partes y más aun al enterarse tanto del comunicado del Comando Conjunto de las FF.AA. - quienes rechazaron el golpe acusándolo de usurpador - como de su fulminante destitución por el Congreso, solo le quedo huir para intentar ponerse a salvo de la acción de la justicia, fracasando miserablemente en su pretensión de asilarse en la embajada de Méjico, al ser detenido como un vulgar delincuente en plena vía pública por la policía, tras ser previamente rodeado el automóvil donde fugaba por indignados ciudadanos que bloquearon su escape, quienes incluso quisieron ajusticiarlo allí mismo, no logrando lamentablemente su cometido. Detenido por incurrir en delito de rebelión, enfrenta una pena de 30 años de cárcel, estipulado en el artículo 346 del Código Penal. y que una vez sentenciado, deberá cumplirla completamente, sin indultos, ni amnistías ni reducciones de condena. Irónicamente, ahora comparte su celda con Fujimori en la DIROES. La democracia se impuso al final y ahora ese oscuro individuo de limitado lenguaje y nula inteligencia, deberá pagar por su vil intento de querer acabar con ella. Es cierto que el golpe que dio no prosperó, pero ello -contrariamente a lo que algunos de sus todavía simpatizantes descerebrados se aventuraban a asegurar - no lo hace menos golpe. Que nadie se confunda: lo que el país andino vivió el miércoles fue un golpe de Estado con todas sus letras, pero, que recibió una respuesta firme y encomiable de las instituciones que resistieron el zarpazo y no se dejaron aturdir por las ínfulas de un rufián que intentó chapuceramente capturar el orden democrático. Decir que las instituciones peruanas respondieron a la altura de la responsabilidad que la Historia les demandaba no es exagerado. Hizo bien el Congreso en tramitar cuanto antes la vacancia del usurpador y juramentar en su lugar a la vicepresidenta Dina Boluarte, preservando así la línea de sucesión y llenando el vacío que se había gestado tras el golpe del primero. Hicieron bien también las Fuerzas Armadas en mantenerse alineadas al mandato constitucional y los efectivos policiales en proceder con la captura del aspirante a tirano. De igual manera, debe destacarse la reacción del Tribunal Constitucional, el Poder Judicial, la Defensoría del Pueblo, la Junta Nacional de Justicia, los organismos electorales y el Ministerio Público en su condena unánime de la quiebra de la democracia. Si el Perú no cayó en una dictadura comunista, ello se debe en buena cuenta a la rápida respuesta de sus instituciones tutelares, muchas de ellas, como la Policía Nacional, habían venido siendo vilipendiadas y maltratadas sistemáticamente por ese analfabeto y sus secuaces, debido al profundo odio que le tienen por haber participado en la captura del genocida Abimael Guzmán y su cúpula senderista (de quienes se consideran sus herederos) en 1992. Por ello quisieron destruir a la institución, pero fracasaron en su absurda y deleznable pretensión. Ahora le tocará al frustrado dictadorzuelo de plazuela y a quienes lo acompañaron en su operativo de desmontaje de la democracia ser castigados ejemplarmente. Porque, como sabéis, el golpe no se gestó de la noche a la mañana. Hubo una seguidilla de mensajes que estaban allí para los que quisieran verlos y que ya advertían sobre la vena autoritaria del cuadrúpedo ese. Ciertamente, habrá algunos a los que la ley no alcanzará a juzgar, pero deberá ser el juicio de la Historia el que se encargue de recordar la manera cómplice y desvergonzada con la que apañaron cada una de las acciones de quien, desde su época como candidato, ya había dejado entrever su nulo respeto por las instituciones, la prensa y las formas democráticas. Yendo específicamente a ese tipejo que accedió al poder mediante el fraude, hay que decir que el legado de sus casi 17 meses en el cargo fue uno de incompetencia absoluta, corrupción sistémica, continuos ataques a las instituciones e intentos de polarizar al país en grado sumo. Jamás le interesó ser transparente ni convocar a amplios sectores que no comulgaban con sus trasnochadas ideas. Jamás estuvo dispuesto a respetar a las instituciones, como lo muestran sus constantes ataques a la fiscalía y al equipo especial de la policía, encargada de capturar a sus antiguos funcionarios y no dudó en cerrar el Parlamento cuando vio que la posibilidad de que este lo destituyera por una vacancia que estaba más que justificada era real. En consecuencia, no hubo ni habrá nada que reconocerle a este infeliz que durante su nefasto (des)gobierno, arrastro al Perú por el fango de la ignominia. Y ello no tiene perdón. Por cierto ¿Alguien sabe donde se encuentran Vladimir Cerrón y Guillermo Bermejo? Ambos pájaros fueron los primeros en volar tras el fracasado autogolpe de Castillo, y desde entonces se encuentran con paradero desconocido, twitteando eso sí desde sus escondites, abiertos llamados a la sedición, lo cual es un grave delito que debe ser inmediatamente sancionado. Me pregunto ¿A que está esperando la Fiscal de la Nación Patricia Benavides para dictar orden de captura contra esos referidos sujetos, así como contra Aníbal Torres, Betssy Chávez, Raúl Noblecilla, Antauro Humala, Sigrid Bazán, Verónika Mendoza, Alejandro Salas, Félix Chero, César Landa, Guido Bellido y demás fauna terrorista? No los deje escapar…. Agilidad señora Benavides, agilidad. Es prioritario además depurar el Congreso de todos esos “topos” y “niños” quienes con sus votos - dinero de por medio - ‘blindaron’ a ese filosenderista de todo tipo de investigaciones. Y en cuanto a Dina Boluarte, si bien ha solicitado una “tregua” al asumir el cargo, depende de quienes elija como ministros a que esta sea permanente. Ellos deben ser técnicos y con amplios conocimientos de su sector. Pero si por el contrario pretende nombrar a más de lo mismo - incompetentes, improvisados, arribistas, oportunistas y con un amplio prontuario delictivo como sucedía en el régimen caído - no va a durar mucho en el cargo y terminará igual que aquel pobre diablo que ya se encuentra tras las rejas. La temporada de caza de rojos ha comenzado (Por lo visto, sus seguidores sorprendidos por su rápida caída, ensayan tesis de los más disparatadas sin importarles caer entre el ridículo y la desvergüenza, afirmando entre otras cosas, que el golpista fue “drogado”, “inducido” u “obligado” a leer el mensaje, intentando así ‘justificar’ su ofensiva contra la democracia, cuando lo cierto es que basta ver sus discursos de odio desde la campaña electoral, donde no ahorraba epítetos para atacar a las instituciones que ahora pretendió disolver. Solo un descerebrado puede creer absurdas aseveraciones de esos narradores de cuentos ¿No os parece?) :)