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sábado, 30 de enero de 2021

PERÚ: Entre la angustia y la desesperanza

Como recordareis, el pasado mes de noviembre, el Perú tuvo tres gobernantes en diez días. Uno de ellos duró apenas seis. Y no sabemos si el actual y declarado admirador de terroristas, Francisco Sagasti llegará hasta abril, el mes en el que están programadas las elecciones generales. Y si lo hace, ¿quién lo seguirá? ¿Otro oportunista y advenedizo como el? Si ello ocurre, el país seguirá siendo ingobernable. Perú ha vivido ocho golpes militares en el siglo XX. Pero en las últimas dos décadas, el país andino daba la apariencia de haberse convertido en una democracia relativamente estable, con una leve disminución en los índices de pobreza y un crecimiento económico sostenido. Y, sin embargo, la corrupción se mantuvo profundamente enraizada. Cinco presidentes recientes - García, Toledo, Humala, Kuczynski, Vizcarra - estuvieron (en el caso del primero, quien se quito la vida en su guarida para evitar ser detenido por la policía) o están siendo investigados por acusaciones de aceptar pagos ilícitos de Odebrecht, la megaempresa de construcción brasileña que corrompió a todos los países de la región. Ello dio origen a una intensa campaña anticorrupción que sosegó la indignación pública, exacerbando el gusto por el canibalismo político. De esta forma, todos los esfuerzos de limpiar el pantano han terminado en caos. Y detrás de ello hay un enigma crucial: ¿Cómo combatir la impunidad cuando todo el sistema político está podrido completamente, incluyendo a los mismos políticos que, se supone, deben generar los cambios necesarios? Es, naturalmente, una situación complicada, en la que se juega la estabilidad de la nación. En este escenario, el drama peruano tiene una seria advertencia para América Latina, una región donde la corrupción se encuentra muy extendida. Esto invita a los ciudadanos a desconfiar de cualquier campaña que se presente de ciertos candidatos de oscuro pasado como una cruzada heroica para erradicar la corrupción “prometiendo penas más severas para los funcionarios corruptos”, algo que nunca ocurrirá, a menos que sea claro, su adversario político. En el Perú, la guerra política alcanzó un punto crítico en los últimos tres meses. Nada estaba fuera de la mesa en la lucha por eliminar a los rivales, incluidas nuevas formas de golpes de Estado. No había necesidad de usar a las fuerzas armadas cuando la Constitución provee algunas lagunas convenientes. Por ejemplo, la oposición en el Congreso puede vacar con rapidez a un presidente con la causal de incapacidad moral permanente, un concepto ambiguo que podría referirse tanto a la aptitud mental como moral de un mandatario. Así tenemos el caso del conocido lobbysta y Traidor a la Patria, Pedro Pablo Kuczynski, un banquero de inversión retirado de Wall Street, quien fue elegido presidente en el 2016 por un periodo de cinco años, pero que luego de menos de dos años en el cargo, fue forzado a renunciar cuando iba a ser vacado por el Congreso, al descubrirse sus profundos nexos con Odebrecht. Entretanto Keiko Fujimori, hija del genocida Kenyo Fujimori (condenado ejemplarmente a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad) y cabecilla de Fuerza Popular, quien había sido derrotada en las elecciones presidenciales por un margen muy estrecho, se negó a aceptar los resultados alegando fraude aunque sin pruebas para demostrarlo, usó la mayoría de su bancada en el Congreso para destituir a Kuczynski acusándolo de corrupción, quien desde entonces debido a su avanzada edad - 82 años - ha permanecido bajo arresto domiciliario. Lo que Keiko no imagino es que promoviendo la caída de PPK origino la llegada a Palacio de un miserable traidor, ladrón y oportunista como Martín Vizcarra - vicepresidente de Kuczynski - quien conspiró abiertamente junto con la mafia para destituir a su jefe, pero que a continuación en nombre de una hipócrita “cruzada anticorrupción”, arremetió contra sus socios del delito, disolviendo ilegalmente el Congreso en septiembre del 2019, una decisión radical que destruyó el equilibrio de poderes en el país posibilitando la instauración de una brutal dictadura. Esto le permitió a Vizcarra gobernar demagógicamente por decreto durante más de seis meses. Como era de esperar, el golpe fue “justificado” por aquellos sectores de la izquierda totalitaria que lo vieron como una medida necesaria “para impulsar una reforma política” mediante el llamado a una asamblea constituyente para redactar una nueva constitución de carácter estatista. No es de extrañar por ello que la corte más alta de la nación, el Tribunal Constitucional - liderada por la hija del terrorista Genaro Ledesma - aprobara el asalto a la democracia realizado por Vizcarra. A continuación se celebraron elecciones legislativas y, en marzo se instaló un nuevo Congreso, que no resulto como el déspota esperaba, dócil y sumiso a sus deseos. El infeliz pretendía eternizarse en el poder, presentándose inconstitucionalmente a las elecciones generales programadas para el 2021 donde mediante el fraude buscaba ser “reelegido” pero su mundo de fantasía se vino abajo cuando en noviembre, los medios noticiosos locales publicaron sendos reportajes en los que se le acuso de aceptar sobornos de constructoras cuando fue gobernador de Moquegua. Siguiendo las leyes del karma, el Congreso lo destituyó ignominiosamente. Unos días más tarde, un juez le prohibió salir del país por 18 meses a consecuencia de las investigaciones por corrupción en su contra. Desesperado y para evitar ingresar a la cárcel, el muy cobarde sorprendió a los incautos peruanos al anunciar que se presentaría en las próximas elecciones para el Congreso con un partido corrupto, cuyos integrantes votaron paradójicamente a favor de su vacancia. Cree que si resulta electo congresista, tendrá algunos años de protección legal para evitar ir a prisión, acogiéndose al privilegio parlamentario contra el que luchó con tanto fervor cuando usurpaba el cargo en Palacio. No es de extrañar que “la cruzada contra la corrupción” que el encabezo terminó en una farsa. Una desilusión para millones de ciudadanos que creyeron en Vizcarra; una señal de advertencia y una situación embarazosa para sus partidarios incondicionales y los medios de prensa vendidos al Poder que apañaron a un delincuente que llevó al país al borde del abismo para su beneficio personal. Hay una lección que los peruanos deben aprender de la debacle de Vizcarra. Necesitan tener convicciones democráticas firmes para evitar volver a ser engañados por demagogos autoritarios como ese vil sujeto. Las élites liberales y las figuras democráticas más respetadas deben liderar el camino para reconstruir el país. Los medios de comunicación y la sociedad civil deben tener la humildad e integridad para reconocer el daño ominoso que han causado con su respaldo ciego a un charlatán oportunista que en solo dos años arruinó al país y destruyó los avances tan arduamente ganados en su camino al progreso y la estabilidad. Por casi dos décadas, la economía peruana creció a un promedio de 4,5. Pero cuando Vizcarra usurpo el cargo, ese porcentaje disminuyó al 2,3 por ciento antes de que la pandemia del Coronavirus se extendiera, lo que causó una caída de 11,5 por ciento, una de las mayores en la región. Los índices de pobreza, que se habían reducido constantemente durante tres décadas, están aumentando de nuevo a un ritmo alarmante. Para empeorar las cosas, debido a la incapacidad del vizcarrismo para enfrentarlo, el Perú ha tenido una de las tasas de mortalidad más altas del mundo por la COVID-19, donde más de cien mil peruanos han perdido la vida. En la sociedad peruana persisten profundas raíces autoritarias. Alan García, alcanzó sus mayores índices de popularidad cuando en 1986, siguiendo sus órdenes, las fuerzas armadas aplastaron sangrientamente unas protestas en penales, en donde murieron alrededor de 300 prisioneros que habían sido integrantes de Sendero Luminoso. Kenyo Fujimori se convirtió en una especie de “héroe nacional” cuando desplegó tanques para disolver el Congreso en abril de 1992 e instauro una sangrienta dictadura donde la vida no valía nada, asesinando a mas de 70 mil peruanos durante su “guerra contra el terrorismo” que fue un genocidio sistemático realizado tanto por “las fuerzas del orden” como por grupos paramilitares. No cabe duda que los peruanos no aprendieron la lección y apoyasen una vez más a otro golpista como Vizcarra cuando vulneró la Carta Magna. Los diez días que sacudieron al Perú en noviembre son solo un pico dramático de la decadencia de su decadente clase política. No hay sistema que pueda sostenerse cuando su Constitución es usada para propiciar el abuso de poder. Las instituciones están en ruinas. La presidencia ha sido denigrada hasta el infinito y carece de legitimidad. Los peruanos están desmoralizados y hartos de políticos deshonestos que se traicionan unos a otros en medio de una pandemia letal. Lo triste de todo es que engañados por los mismos medios de comunicación que sostuvieron a Vizcarra, estos vagos y malvivientes desataron el terror y la violencia en las calles de Lima liderados tanto por MOVADEF (organismo de fachada de Sendero Luminoso) como por el vizcarrismo. Como consecuencia de ello, dos delincuentes requisitoriados por la policía murieron en las protestas obligando a la salida del presidente constitucional Manuel Merino, quien lamentablemente dio un paso al costado en lugar de emplear la mano dura para imponer el orden. Su sucesor, un terrorista convicto y confeso - Sagasti - espera durar lo suficiente para entregar el cargo al próximo presidente electo. En estas circunstancias, el 11 de abril (fecha en la que están planeadas las elecciones generales, si es que llega a realizarse en esa fecha ya que hay rumores que de puede ser aplazado so pretexto de la pandemia) luce lejano. Muchos peruanos han dicho que no están interesados en ninguno de los candidatos enlistados en las boletas en unos comicios que no ofrecen una esperanza tangible para mejorar la situación del país. ¿Quién puede culparlos, considerando el evidente deterioro de la calidad de los candidatos, tanto a la presidencia como al Congreso? El candidato oficialista es un mantenido por su mujer y sin trabajo conocido. Tres candidatos presidenciales han sido acusados de corrupción o asesinato y decenas de aspirantes al Congreso están siendo investigados por penas administrativas o criminales. A todas luces, un panorama desolador. En las vísperas del bicentenario de la Independencia del Perú, la cuestión de su gobernabilidad democrática ha empañado cualquier motivo de celebración. Construir las bases de una república democrática sigue siendo una promesa elusiva :(

jueves, 28 de enero de 2021

CHEVROLET GROOVE 2021: Descubre nuevos caminos

Es la más reciente SUV compacta de la marca americana que llego al Perú con una combinación única que conjuga un diseño innovador, gran equipamiento, seguridad y tecnología a un precio muy competitivo, convirtiéndose en el segundo mercado de Sudamérica donde debutará esta nueva camioneta del segmento SUV compacta. De esta manera, Chevrolet continúa ampliando su portafolio de SUVs, buscando ser uno de los más completos y variados del mercado peruano. Llega al país andino en dos versiones, LT MT y Premier MT. Ambas incorporan un motor de 1.5L, transmisión de 6 velocidades, suspensión independiente McPherson y cadena de distribución para una mayor eficiencia y durabilidad. “La All New Groove 2021 es un modelo nuevo, no solo para la región, sino también para los principales mercados del mundo. Desde General Motors, queremos seguir ofreciendo a nuestros clientes en Perú una camioneta que agrupe lo que tanto buscan en una SUVs compacta, es por eso que somos uno de los primeros países en el mundo en tener la presentación oficial de la Groove 2021. Con este nuevo lanzamiento nos convertimos en la marca con uno de los portafolios más completos del país, ofreciendo productos con excelentes prestaciones en diseño, seguridad y tecnología”, comentó Marco Kohatsu, Gerente General de General Motors Perú. Cuenta con un diseño deportivo y aerodinámico, con líneas que brindan un innovador estilo deportivo y juvenil. Ofrece llantas de aleación 16” Bi-tono, toda la luminaria es con luces LED, neblineros traseros, espejos exteriores eléctricos, calefaccionados, con señalizador y abatibles eléctricamente, barras de techo, sunroof panorámico, además de detalles cromados que resaltan su personalidad. “La Groove 2021, es una de las SUV compactas más esperadas del segmento. Tiene la combinación perfecta de diseño, tecnología y seguridad. El diseño posee un look más juvenil y deportivo, manteniendo todo el lenguaje y ADN de la marca Chevrolet. Por dentro, encontramos un vehículo muy tecnológico con acabados en eco cuero y detalles que lo ponen muy por encima del segmento”, comentó por su parte Juan Yokens, gerente de Marketing de General Motors Perú. “En Chevrolet creemos que la seguridad no debería estar sujeta ni comprometida al equipamiento, y menos al precio de un vehículo. Es por eso que todos nuestros vehículos cuentan con elementos de seguridad activa y pasiva desde su versión de entrada. Y el caso de la nueva Groove 2021, no es la excepción, ya que es la SUV compacta mejor equipada en su segmento desde su versión de entrada” afirmo. Esta SUV llega con un alto nivel de seguridad desde su versión de entrada como cuatro airbags que protegen de impactos frontales y laterales, control de estabilidad y tracción para tener un mejor control frente a situaciones de riesgo, frenos de disco en las cuatro ruedas, asistente de frenado hidráulico que permite realizar frenados de emergencia más controlados, asistente de partida en pendiente y apoyacabezas en todos los asientos para una mayor seguridad de sus ocupantes. Además, la nueva Groove 2021 posee una cámara de retroceso con líneas guías y sensor de retroceso con alertas de proximidad en todas sus versiones. All New Groove 2021 incorpora además una pantalla touch de 8” de alta resolución en todas sus versiones. Este sistema de infoentretenimiento posee conectividad Bluetooth, USB doble y AUX, control multimedia al volante y una pantalla de 3,5’’ monocromático en el tablero de conducción. En su interior, cuenta con un completo equipamiento para brindar el mejor confort al conducir, incluyendo de serie asiento eléctrico de 6 posiciones, segunda fila reclinable y abatible 60/40, control crucero, apoya brazo delantero, aire acondicionado con climatizador, llave inteligente, asientos de ecocuero o tela, según la versión. La nueva Chevrolet Groove 2021 ya se encuentra disponible en toda la red de concesionarios Chevrolet a nivel nacional, en dos versiones LT MT y Premier MT, con un precio de lanzamiento desde los $15,990 :)

martes, 26 de enero de 2021

EL MARMOL DE CARVAJAL: Aquel infame recordatorio del pasado

En algún rincón de los depósitos municipales de Lima, tal vez olvidado, debe encontrarse el llamado Mármol de Carvajal, que recordaba a modo de advertencia la rebelión que contra la autoridad del Rey de España promovió Francisco de Carvajal, maestro de campo, consejero y brazo derecho de Gonzalo Pizarro, hermano de Francisco, el fundador de Lima, y que fuera retirado como secuela de la proclamación de la Independencia del Perú. El famoso mármol estuvo colocado en el solar que perteneció al llamado Demonio de los Andes, en la esquina de la avenida Emancipación y el jirón Camaná, donde se levanta el edificio que hoy ocupa el Ministerio de la Mujer, y años antes fuera sede del Banco de la Vivienda. Fue el primer presidente José de la Riva Agüero quien solicitó al ayuntamiento el retiro de dicha lápida, por considerar que era un objeto difamatorio destinado a recordar la pena que sufriera en su persona, honra y bienes quien se rebeló contra la autoridad del rey y concibió la idea de independizar al Perú de España. Una vez conseguido este objetivo, no cabía mantener una placa que condenaba un acto de insurrección contra la Corona, que las autoridades españolas consideraron una traición. Tras ser retirada la lápida y llevarla a los salones consistoriales - según consta en el expediente ‘Cuenta documentada de gastos efectuados por el Ayuntamiento de Lima en las celebraciones de la Independencia’ - se desconoce su paradero final, aunque si bien Ricardo Palma en sus Tradiciones Peruanas afirma haberla visto incrustada en una de las paredes del Salón de la Biblioteca Nacional del cual fue su director, actualmente no hay noticias de su paradero. Quizás desapareció con el incendio que sufrió el edificio en 1943 y que la redujo a escombros. Se sabe que el mármol fue colocado inicialmente por orden del pacificador Pedro de La Gasca, el 10 de abril de 1548, luego de la derrota y decapitación de Gonzalo Pizarro y el ahorcamiento de Carvajal, tras la batalla de Jaquijahuana, ocurrida dos días antes. Robado por sus partidarios al poco tiempo, fue repuesto por el virrey Pedro de Toledo, en 1645. Vuelto a desaparecer, fue colocado por tercera y última vez en 1617 por el virrey Francisco de Borja, manteniéndose en el lugar hasta la Independencia. Cabe recordar que Francisco de Carvajal, quien llegó con Pizarro a Lima con más de 70 años a cuestas, fue hijo natural del aventurero italiano César Borgia, hijo del papa Alejandro VI; Estuvo unos años sirviendo en los temidos Tercios Españoles, esas tropas que eran la pesadilla de Europa. Así, estuvo presente en las batallas de Ravena (1512) y Pavia (1525) como en el saqueo de Roma en 1527. Llegado al Perú, destacó en los primeros años de la conquista por su temeridad, audacia y un desprecio solemne de la vida convirtiéndose en un enemigo declarado de los almagristas, y se le atribuye la muerte de no menos de 300 hombres por su propia mano, incluso del propio Diego de Almagro, a quien hizo decapitar en el Cuzco sin consultarlo con Francisco Pizarro. El cronista Agustín de Zárate refiere que se ganó el apodo de Demonio de los Andes durante la campaña contra los realistas por su fama de “mala y cruel condición, que por cualquier sospecha mataba a quien le parecía que no le estaba muy sujeto”. Cuando Gonzalo Pizarro se rebeló contra la Corona de España, en la persona del primer virrey Blasco Núñez de Vela a quien hizo decapitar en el campo de batalla tras su derrota en Iñaquito, proclamándose Gobernador del Perú, el Demonio de los Andes, ya octogenario en ese entonces y dueño de una sabia elocuencia, le aconsejó declararse rey de estas tierras “conquistada por vuestras armas y las de vuestros hermanos. Harto mejor son vuestros títulos que el de los reyes de España. Los gobiernos que creó la fuerza, el tiempo los hace legítimos. Reinad y seréis honrado”, remataba sabiamente. Pero Gonzalo se negó a aceptar su sugerencia y por el contrario busco reconciliarse con sus adversarios, quienes rechazaron su oferta, quienes lo declararon traidor. La suerte estaba echada. Vencidos ambos, fueron condenados a muerte en el propio campo de batalla, tal como ellos hicieron con el primer Virrey. La Gasca ordenó enviar sus cabezas a Lima para ser exhibidas en la picota de la Plaza Mayor. Al mismo tiempo, dispuso confiscar sus bienes, derribar sus propiedades y sembrar sal sobre ellas, para que no crecieran plantas; y colocar en cada lugar sendas placas. En la casa de Pizarro en el Cuzco se colocó una piedra negra con la inscripción: “Por haber sido traidor a la corona real de España”. Lo mismo se hizo con su solar en Lima, en el lugar que hoy ocupa la Municipalidad de Lima. De aquí desapareció muy pronto. En cambio, en el solar de Carvajal, en la calle llamada desde entonces la del Mármol de Carvajal (tercera cuadra de Emancipación), la placa consignaba, entre otras cosas, su condición de “… aleve y traidor a su rey y a su señor natural”. Así se mantuvo, como hemos dicho, hasta su retiro definitivo tras la Independencia, como una especie de reparación póstuma a su memoria. Su recuperación y exhibición pública en uno de los museos contribuiría a las generaciones de hoy a esclarecer algunos aspectos pocos conocidos de la historia del Perú :)
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