Lo negó tantas veces como Judas, pero nunca pensó que la prueba que lo incrimina plenamente en una conspiración contra la democracia fuera encontrada alguna vez, ya que su hallazgo lo sepulta definitivamente. Como podéis imaginar, nos referimos al delincuente terrorista Pedro Castillo - alias Abimael 2.0 - aquel infeliz que el pasado 7 de diciembre dio un autogolpe de Estado con el objetivo no solo de salvarse de su inminente destitución por el Congreso, que se iba a producir horas más tarde por las graves acusaciones de corrupción que pesan sobre él, sino también el de instaurar en el país andino una sangrienta dictadura comunista, siguiendo las enseñanzas de su idolatrado líder, el despreciable genocida Abimael Guzmán Reynoso (cabecilla de Sendero Luminoso y muerto en prisión en el 2021), pero que fracaso rotundamente desde el primer momento, terminando en la cárcel tras ser capturado por la policía durante su desesperada huida por el centro de Lima. Desde entonces, este oscuro individuo se encuentra detenido en la DIROES a la espera de su juicio que lo sentencie a 35 años de prisión por corrupto, golpista y ladrón. De ello no hay duda alguna. Tal como anotamos líneas arriba, la prueba para su condena por pretender dar un zarpazo contra la democracia acaba de ser encontrada. En efecto, la fiscalía ha hallado frente a la oficina de la subsecretaría del despacho presidencial un decreto ley con fecha 7 de diciembre del 2022 que termina de lapidarlo. En él, se dispone la disolución extraordinaria del Congreso y se convoca a elecciones para un nuevo Legislativo. El documento, difundido por el dominical “Contracorriente” de Willax TV, provee una prueba incontrastable de que el burro chotano planeó liquidar el sistema democrático y, sobre todo, que pensaba llevar su ruptura del orden constitucional hasta las últimas consecuencias: “(Se) Decreta: Artículo 1. Disolución extraordinaria del Congreso de la República. Disuélvase el Congreso de la República por vulnerar los artículos 113 inciso 2, 45 y 46 de la Constitución”, “Artículo 2. Convocatoria a elecciones. Convóquese a elecciones para un nuevo Congreso para el día domingo 4 de junio del 2023, para que complete el periodo constitucional del Congreso disuelto”, puede leerse en el citado documento. Para que un decreto ley conteniendo lo señalado estuviera ya redactado la mañana del infausto mensaje con el que el aprendiz de dictador anunció su atropello a la democracia, tiene que haber existido, en efecto, una conspiración. Improvisada, desde luego (como quedó evidenciado por la rapidez con la que fue conjurada), pero no por ello menos criminal. Tienen que haber existido también secuaces, porque es evidente que la redacción del decreto ley excede los conocimientos y el dominio del idioma del analfabeto ese, de limitado lenguaje y nula inteligencia. Como recordareis, una vez desbaratado el golpe, los defensores de oficio o espontáneos del golpista ensayaron diversos argumentos, cada uno más disparatado que el otro, para sostener que lo que todos los peruanos habían visto y escuchado en una transmisión en cadena nacional no era lo que era. Algunos formularon la risible teoría de que había sido drogado y no sabía lo que estaba leyendo, y otros aseveraron que lo que pronunció “fue solo una declaración política, ya que era consciente de que su proyecto no tenía cómo materializarse”. Pero los videos de los momentos previos y posteriores al mensaje en cuestión lo desmienten plenamente y dieron elementos de juicio más que suficientes para descartar aquellas fabulaciones. Y aportaron, además, indicios de algo que la aparición de este decreto ley confirma: Castillo no actuó solo en esta intentona. Recordemos, si no, el testimonio ofrecido por la reportera de TV Perú que acudió a Palacio de Gobierno para grabar el discurso golpista, Cintya Malpartida, en el sentido de que, una vez apagadas las cámaras, la entonces presidenta del Consejo de Ministros, la rabiosa maoísta Betssy Chávez, le comentó que tenían que sacar “ya mismo” un decreto que formalizase todas las medidas que había ordenado ese vil sujeto. Un testimonio que tras el hallazgo del Ministerio Público adquiere mayor verosimilitud. De esta manera, Pedro Castillo sí incurrió en el delito de rebelión y, en consecuencia, la prisión preventiva que se dictó en su contra tras su captura y detención es más que justificado (como también la que pesa sobre él por el delito de corrupción y organización criminal, como cabecilla de la Chota Nostra, creada ex-profeso para saquear al Estado mediante oscuros negociados, realizados en la casa de Sarratea desde antes de asumir el Poder). En honor a la verdad, es claro que, aun sin el descubrimiento de este documento, los elementos para acusar a este miserable filosenderista resultaban suficientes, y su permanencia en donde está, garantizada. Pero el hallazgo no solo lo lapida a él. Delata, asimismo, la postura hipócrita de quienes buscaron subterfugios descabellados y absurdos para tratar de hacerlo pasar por inocente e invertir la figura en lo que concierne a quién era la víctima y quién el victimario de lo ocurrido el 7 de diciembre pasado. Impresentables elementos que ahora han sido expuestos ante la opinión pública y que, en más de un caso, verán su situación legal complicada. Haría bien la cancillería, por otra parte, en divulgar lo descubierto, ya que termina de echar por tierra las coartadas que, con enorme desparpajo, han ensayado aquellos parásitos comunistas que (des)gobiernan Méjico y Colombia desde que el frustrado dictador fuera vacado por el Congreso y detenido. Tanto López Obrador como Petro - ambos terroristas convictos y confesos: el uno zapatista, el otro de las FARC - han sido los principales voceros de la interesada versión según la cual Castillo fue la víctima “de un golpe de la derecha”, pero con la aparición de este documento esclarecedor terminarán de ser objeto del escarnio que merecen por inmiscuirse en asuntos donde ambos no pintan nada. Las mentiras, dicen, tienen piernas cortas, y las que improvisaron los aliados y valedores del actual inquilino de la DIROES lo acaban de confirmar. A ello debemos agregar el revelador audio dado conocer por el dominical Cuarto Poder de América TV, donde el “asesor en la sombra” de Perú Libre en el Congreso, Alberto Nieves, revela como desde el Parlamento se tuvo pleno conocimiento del autogolpe de Castillo, involucrando al legislador Guillermo Bermejo y a su asesor Lenin Romero en las coordinaciones, gestionado la entrega de 90 celulares y dinero en efectivo a los grupos terroristas que iban a desatar el caos y la violencia en Lima, apenas el Congreso fuera cerrado. Según el material difundido, Nieves señaló a Lenin Romero como la persona que iba a estar detrás de las marchas que se iban a convocar para respaldar la decisión del golpista, tras quebrantar el orden constitucional el día en que iba ser sometido a un tercer proceso de vacancia. “Ese día nomás que hubo el golpe, me llama: ‘Compadre, métete al grupo de Bermejo’. Almorzamos y me dice: ‘Vamos a repartir plata. Plata, estás ganado. Dame a mí, para comprar mi camiseta o marchar’. (Le responde) ‘No, no, a la firme’. Me dijo: ‘Esta vaina no (la) vamos a perder. El poder no lo vamos a perder’”, indicó Nieves a una persona. “Han repartido 90 celulares, yo tengo uno de ellos, me han dado a mí uno. Yo le pedí: ‘Compadre, dame el celular pe’. ‘Toma, compadre’, me dice. ‘Es para coordinar a la hora que el presidente cierre el Congreso. Ahí vamos a reventar con todo’. Ellos han estado invirtiendo. Estos han estado previendo lo que iba a pasar, hermano (...) Es asesor de la bancada de Bermejo, está trabajando toda la vaina ahí. Él es el que está moviendo toda la ficha, metiendo el billete”, anotó la periodista Karla Ramírez. Ante estas graves imputaciones, Bermejo trato de negar lo evidente. Sin embargo, es sabido que desde siempre, él se ha manifestado en contra de la democracia. “Si tomamos el poder no lo vamos a dejar, con el perdón de ustedes y todas sus pelotudeces democráticas” dijo en cierta ocasión durante la campaña. Abierto admirador de genocidas como Castro, Chávez, Maduro y Ortega, no puede negar además sus estrechos lazos con los narcoterroristas del VRAEM, que financiaron la campaña de Castillo. De allí su cerrada defensa de que sea despenalizada la producción de la coca y el tráfico de drogas, así como exigir que sean retiradas las bases militares de las zonas cocaleras para que sus financistas no sean “molestados” en su infame labor. Bermejo lambien impulso la construcción de un aeropuerto internacional en la zona, para que los carteles de la droga pudieran “comerciar” libremente su carga maldita, siguiendo el ejemplo que el narcopedófilo boliviano Evo Morales aplico en su país. Con estos negros antecedentes, es obvio que Bermejo - al igual que Pedro Castillo, Bettsy Chávez, Aníbal Torres, Vladimir Cerrón y Guido Bellido, entre otros indeseables - forma parte de esa banda criminal al que le debe caer todo el peso de la ley. Cuanto antes, mejor.
El Museo de Arte de Lima - MALI, inaugurará este 21 de junio la muestra titulada “Los Incas. Más allá de un imperio”, una ambiciosa exposición que explora el surgimiento y la expansión del Tahuantinsuyo, sus proyecciones en el virreinato y su importancia simbólica para el Perú moderno a través del arte, el diseño y la cultura. Curada por Cecilia Pardo, Julio Rucabado y Ricardo Kusunoki, la muestra busca responder a una pregunta en apariencia simple: ¿Quiénes fueron los incas? Para responderla se ha partido de una perspectiva interdisciplinaria y de larga duración, que va más allá de la historia del propio Tahuantinsuyo para instalarse en nuestro presente. “Los Incas. Más allá de un imperio” reúne más de doscientos cincuenta 250 piezas muy diversas, entre cerámicas, metalurgia textiles, objetos líticos y pinturas, muchas de ellas nunca antes exhibidas. Es importante destacar que muchas de estas valiosas piezas han sido generosamente prestadas por otros museos peruanos y colecciones privadas. Gracias a ello, se podrá ofrecer a los visitantes una experiencia completa sobre esta muestra. Entre ellas destacan notables ejemplos de indumentaria Inca e Inca colonial, así como el llamado Jarrón de Vilcabamba, un excepcional testimonio asociado con la Conquista y los últimos Incas de Vilcabamba, que resistieron a la Corona Española entre 1537 hasta 1572, cuando fueron finalmente vencidos. La exposición desplegará abundante material audiovisual, siendo uno de los hitos del recorrido una gran maqueta que nos acerca a la complejidad territorial del Imperio Inca. En efecto, sobre ella se proyectarán diversos contenidos que acercarán al visitante a la importancia del sistema vial o Qhapaq Ñan, el registro de información en quipus, la lengua quechua y el legado tecnológico en la agricultura. La exhibición cuenta con cinco ejes temáticos: El Tahuantinsuyo; Invasión y resistencia; Paisaje y arquitectura; Los incas coloniales; Memoria y legado. El recorrido mostrará cómo surgió y se consolidó el gran estado inca, y la trascendencia de su legado cultural tras la Conquista española en 1532. Acompañan a la muestra dos proyectos editoriales concebidos como complementarios. El primero es un amplio libro catálogo que ofrece un amplio panorama sobre los contenidos de la muestra ilustrado con abundante material gráfico. A lo anterior se suma una publicación a cargo de la Editorial Pichoncito, que explica la historia de los incas desde una perspectiva diseñada para los niños. En paralelo se exhibe “Imagen de piedra. Los incas en la fotografía, ca. 1900-1940”. Esta exhibición, curada por Natala Majluf, explora el poder simbólico que adquirió la arquitectura inca en el imaginario moderno. Recuerda que esta exposición sobre los Incas estará abierta hasta el 26 de noviembre. A no perdérsela por ningún motivo ¿vale?