A la luz de los resultados electorales obtenidos en las elecciones regionales realizadas el pasado domingo, han salido diversos analistas para comentar el ocaso de los partidos políticos tradicionales, producto de su manifiesta desvinculación con las preocupaciones de una sociedad peruana profundamente fragmentada y que desconfían de aquellos sectores políticos quienes desde Lima lo ven todo con una mirada centralista, desoyendo los justos reclamos del resto del país que reclaman profundos cambios estructurales, por lo que no es de extrañar que esas agrupaciones “capitalinas” fueran barridas en estos comicios por movimientos regionales, ya que los electores del interior del país no se sienten representados por ellos. Sin embargo, un caso en particular ha generado rabia y desesperación entre los sectores empresariales y políticos afines y es lo sucedido en Cajamarca, donde a pesar de una intensa campaña de desinformación por parte de la prensa basura pretendiendo enlodar la figura del presidente regional Gregorio Santos, del Movimiento de Afirmación Social (MAS). -
debido a su firme posición en defensa de los intereses de Cajamarca y en contra del Proyecto Conga, lo cual le ha valido una infame persecución y que hoy se encuentre bajo arresto preventivo - no pudo impedir su arrollador triunfo con el 50% de los votos. Su aplastante victoria como era de esperar, ha concitado las iras tanto de la clase política tradicional como de los empresarios mineros, quienes faltando groseramente a la verdad, nos pintan un escenario apocalíptico, “pronosticando” una catástrofe para Cajamarca y un daño irreparable a la economía nacional, ya que su triunfo significa – a su juicio - “la paralización de un conjunto de inversiones mineras tan necesarias para retomar la senda del crecimiento económico, y remontar la desaceleración económica de estos meses” agregando que tras la reelección del presidente regional de Cajamarca, “no solo el proyecto minero Conga será inviable, sino también otros de similar envergadura como Michiquillay, Galeno y La Granja, por lo que Cajamarca dejará de recibir 22 mil millones de dólares en inversiones”, sin dejar de mostrar por este motivo su odio hacia quienes han hecho oír su voz en defensa de su propiedad, los cuales rechazan la pretensión de las compañías mineras de querer arrebatarles sus tierras y contaminar su agua con los relaves mineros, sin el cual se quedarían sin cosechas y su ganado no podría sobrevivir. De allí la firme reacción de los cajamarquinos ante este atropello, quienes bajo el lema “Conga no va” salieron en defensa de lo que es suyo, realizando grandes manifestaciones y paros indefinidos en la región, desbaratando de esta manera los planes de las mineras de apoderarse de los que no les pertenece. Cajamarca es eminentemente rural y la tierra es todo lo que poseen, por lo que están dispuestos a dar su vida por defenderlo ¿Acaso en Lima no lo pueden entender?.
Lo patético del caso es que tras conocerse los resultados electorales que confirmaron el triunfo de Santos (quien al estar detenido, no podría asumir el cargo siendo reemplazado por su vicepresidente, mas radical que el, tal como lo establece la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales), salieron de sus cuevas aquellos políticos inescrupulosos y oportunistas al servicio de la minera Yanacocha, como Alan García Pérez y Keiko Fujimori - integrantes de la mafia criminal aprofujimorista y con estrechas relaciones con el narcotráfico - para acusar rabiosamente al gobierno de ser el responsable de su reelección, al haberlo “victimizado”, demostrando con ello su hipocresía, ya que fueron ellos en su afán de congraciarse con los empresarios mineros para que financien sus campañas electorales del 2016, quienes exigían su arresto, creyendo ilusamente que así descabezarían las protestas contra el proyecto Conga, pero fracasaron miserablemente en su empeño. “Hay un intento de contar con los millones de la minería, con los cuales financiar su campaña presidencial en las elecciones del 2016. Es por ello que vemos a García y Keiko presentándose como los defensores consecuentes de la gran minería que representa Yanacocha”, indicó el analista Pedro Francke, quien agrego que habría que preguntarles por qué no hablaron antes de la reelección de Gregorio Santos, cuya detención, ahora criticada por ambos, fue aplaudida por sus parlamentarios” Indicó.
Asimismo, estos resultados son una llamada de atención para un gobierno que ha traicionado sus promesas de campaña y que hoy se muestra obsecuente con las posiciones de las mineras. Las inversiones privadas son bienvenidas siempre y cuando respeten las leyes y protejan el Medio Ambiente, por lo que la solución a este problema generado es mediante el dialogo - y no la imposición - entre todas las partes enfrentadas para llegar a un acuerdo satisfactorio para Cajamarca. Si el pueblo cajamarquino no quiere que se realice ese proyecto que la perjudicara en gran medida, no se hace y se acabó. No hay vuelta que darle. Conga no va :)